Cómo Ayudar A Los Niños A Amar La Lectura
Enviado por dpinto • 26 de Junio de 2012 • 1.143 Palabras (5 Páginas) • 644 Visitas
Uno de los temas centrales de la pedagogía es cómo aprende el niño como sujeto activo del proceso educativo y como objeto de la tarea del docente. El niño suele entrar a la escuela a los tres o cuatro años momento en el cual utiliza las naciones como mecanismo de aprehensión del mundo. En la escuela encuentra un mundo nuevo que le exige un importante esfuerzo creativo y de adaptación. Su pensamiento funciona a través de imágenes encadenadas de causa y efecto lo que le permite el desarrollo de "cierta lógica" que le lleva a considerar el mundo en forma fantástica.
A los siete años, empieza para el niño la vida de la razón y este logro se da gracias a la capacidad de asimilar conceptos. Su comprensión de la realidad, su juicio va a dejar de estar en manos de imágenes y vivencias subjetivas, para pasar a depender de la razón y este hecho está determinado por la maduración de nuevos mecanismos mentales que le facilitarán operaciones de supraordinar, infraordinar, isoordinar y excluir.
En este aspecto, la escuela cumple un importante papel y los aprendizajes a partir de este momento van a constituir el eje de toda la actividad escolar: aprendizaje de la lectura, de la escritura, de los primeros conceptos de la vida social, lo que sin duda ofrece al niño una amplia posibilidad de intereses y de enriquecer sus instrumentos de pensamiento, y de comprender el mundo que le rodea.
Lentamente en esta etapa irá forjando en las relaciones sociales su propio criterio de auto-estima. Por lo tanto, ser aceptado va a constituir su mayor estimulo y ser rechazado una amenaza para su auto-valoración. En tal sentido tanto el docente como los adultos juegan papel importante. De todo lo dicho hasta aquí se deduce el valor que tiene en todo aprendizaje como instrumento de trabajo intelectual y la auto-valoración.
A partir de los doce años, el niño entra en una nueva situación escolar y de vida que le plantean nuevas dificultades. Ya con una inteligencia madura a nivel un pensamiento formal, con posibilidades de expresar y de emitir juicios, lo que le permite comprender, analizar e interpretar la realidad inmediata gracias a que puede deducir, inducir y realizar inferencias.
A partir de los quince años entra en una etapa decisiva de su vida, operan profundos cambios no sólo afectivos sino en el terreno del pensamiento. Intelectualmente está maduro para realizar abstracciones, generalizaciones y utiliza con propiedad las proposiciones. Las operaciones intelectuales propias de esta etapa son el análisis, la síntesis, la formulación o refutación de teorías.
Con este bagaje se espera que ingrese a la universidad. En ella se prioriza el mundo de objetivo, de los contenidos y la acumulación de conocimientos, y en general los intereses afectivos y vitales se sacrifican en beneficio de la academia y de la investigación.
Pero no esta resuelto el problema, ya habíamos anotado antes que los jóvenes ingresan a la universidad con serias carencias metodológicas y actitudinales y que es necesario desarrollar ciertas competencias. En tal sentido empecemos por preguntarnos: ¿Cuándo y cómo comienza a leer y a escribir el niño?. Sin duda este aprendizaje se realiza en la familia y se refuerza en la escuela, a través de metodología iniciales referentes al reconocimiento de palabras o letras. En la escuela primaria la lectura merece consideración especial porque es allí donde se desarrollan los buenos o malos hábitos de la lectura. Al niño necesariamente hay que orientarlo y guiarlo en los procesos tanto de la lectura como de la escritura: de ella depende el éxito del joven en la vida escolar.
Despertar pasión por la lectura y la
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