DE LA PRACTICA REFLEXIVA AL TRABAJO SOBRE EL HABITUS

DE LA PRACTICA REFLEXIVA AL TRABAJO SOBRE EL HABITUS

Philippe Perrenound

Toda reflexión sobre la acción lleva consigo una reflexión sobre el habitus (en donde se ponen en juego facultades estables, que designarán la identidad, el carácter, los valores, las actitudes y la personalidad).

Pero muchas veces las personas no se dinamizan de la misma forma haciéndolo de manera inconsciente provocando de esta manera la no identificación de los esquemas en juego, motivo por el cual es necesario hacer una reflexión y concientización sobre nuestros actos.

El habitus es un conjunto de esquemas de los que dispone un individuo en un momento de terminado de su vida y un esquema es la organización invariable de la conducta para un tipo de situación concreta.

Por lo que muchas veces al intentar aprender un nuevo conocimiento, es el habitus y los propios esquemas los que provocan que esto únicamente se vaya superponiendo provocando que los conocimientos no tengan una esencia propia. Debido a que a diferentes situaciones reaccionamos de la misma manera. Y cuando este se hace consciente puede generar cierto grado de incomodidad.

Como docentes somos capaces de reflexionar sobre la acción, pero las rutinas están tan adheridas que cuando menos lo esperamos están salen a flote; por lo que es preciso distinguir entre una resistencia a la concientización de un esquema o pensamiento de acción, de la resistencia a la concientización del sistema de pensamiento que ensambla este esquema. Por lo que hacer una práctica reflexiva implica un cambio desde el sistema o fondo del esquema o solamente de manera superficial.

Generalmente, la misma acción procede de la conciencia y del inconsciente, por ejemplo:

Los esquemas inconscientes funcionan en estado de vigilia.

La conciencia no es un estado simple, estable e irreversible.

El grado de concientización varía cuando se trabaja sobre lo preconsciente o prerreflexionado.

Por lo que la práctica reflexiva no es cien por ciento

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