El Alma De La Toga
Enviado por aguiga • 24 de Febrero de 2014 • 7.635 Palabras (31 Páginas) • 507 Visitas
RESUMEN
En el prólogo del libro se mencionan tres importantes razones por lo que lo que se recomienda su lectura:
Primera, el libro ha tenido múltiples ediciones, ello representa una garantía de calidad y originalidad temática. La primera edición vio la luz en 1919. 1
Segunda, es una serie de vivencias en la práctica profesional de un abogado, de una enorme cultura jurídica, estupendo litigante, muy buen observador de los fenómenos sociales y un elevado concepto de la justicia.
Tercera, el autor logra desembarazarse, de la dominante idea legista cuando afirma que el Derecho no es una ciencia, cuando en ese tiempo dominaba el método dogmático de la interpretación del derecho. El derecho se consideraba como una ciencia, en su elaboración legislativa como en su aplicación en los negocios jurídicos.
Ossorio amó el derecho, pero del derecho lo que lo seducía era la profesión de abogado. En la profesión de Abogado decía: “la ciencia no es más que un ingrediente. Junto a él operan la conciencia, el hábito, el engranaje de la vida, el ojo clínico, mil y mil elementos que, englobados, integran un hombre, el cual, precisamente por su oficio, se distingue de los demás. 2
Ángel Ossorio y Gallardo estudió derecho en la Universidad Central de Madrid y emprendió una brillante trayectoria profesional, llegando a ocupar cargos como la presidencia de la Academia de Jurisprudencia y del Ateneo de Madrid, o el decanato del Colegio de Abogados. Políticamente militó siempre en las filas del Partido Conservador, y alcanzó los cargos de gobernador de Barcelona (1909) y ministro de Fomento (1917), aunque a raíz de la dictadura del general Primo de Rivera quedó relegado a un segundo plano. 3
1.- Cfr.Prólogo a la tercera edición (española) Ángel Ossorio. El alma de la Toga, ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1978, 9ª edición (Argentina), p. XXIX.
2. Ángel Ossorio y Gallardo prólogo, (2008) tercera edición, segunda reimpresión, El alma de la Toga, editorial Porrúa (México, D.F.), p. XI
3. Ángel Ossorio, prólogo, (2008 ) tercera edición, segunda reimpresión, El alma de la Toga, editorial Porrúa (México, D.F.), p. XII
Jurista de sólida formación, magistral conferenciante y periodista de ágil pluma, Ángel Ossorio fue autor de numerosas obras jurídicas e históricas, entre las que pueden citarse: El divorcio en el matrimonio civil, Historia del pensamiento político catalán durante la guerra de España con la República francesa, El alma de la toga, Los orígenes próximos de la España actual, Cartas a una señora sobre temas de Derecho Político, La reforma del Código Civil argentino y La España de mi vida.
Luego de 25 años de ejercicio profesional Ángel Ossorio escribió él Alma de la Toga en el que reflexiona sobre el comportamiento de los abogados de aquella época y que lamentablemente no dista mucho de la actualidad.
A lo largo del libro el autor insiste en que los abogados no solo deben conocer las leyes sino fundamentalmente tener un gran sentido común que les permita escoger el camino correcto, es decir el camino de la justicia, siguiendo no necesariamente lo que dicen los textos o los códigos sino lo que dice su conciencia.
En cada sección del libro presenta casos que ayudarán a los estudiantes en su momento a tomar la mejor decisión incidiendo en el lado ético de la profesión.
Los valores morales son inculcados en el individuo desde pequeños en casa, y no en una carrera, sea derecho o cualquier otra, la idea es que estos sirvan de base para conducirnos en la vida y escoger lo que consideremos correcto o incorrecto.
QUIEN ES ABOGADO
Refiere el autor que la abogacía no es una consagración académica, sino una concreción profesional. Y dice que nuestro título universitario no es de "Abogado", sino de "licenciado en derecho". 4 Y que para poder ejercer la profesión de "Abogado". Debe dedicar su vida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales. Y quien no haga esto será todo lo licenciado que quiera pero Abogado no.
En parte estoy de acuerdo con lo referido por el autor, ya que, en definitiva ser abogado y ser Lic. En Derecho no es lo mismo; pero de igual forma hay muchos abogados que a pesar de ejercer una profesión "digna", se han encargado de darle una mala reputación a ésta, y es por eso que a mi parecer personas así tampoco merecen ser llamados abogados.
4. Ángel Ossorio,, (2008) tercera edición, segunda reimpresión, El alma de la Toga, editorial Porrúa (México, D.F.), p. I
El autor sostiene que la rectitud de la conciencia es más importante que el ingenio del Abogado y que este no debe aceptar asuntos que para su conciencia sean perturbadoras o inmorales, también nos habla del secreto profesional, dejando claro que el Abogado no debe revelar los secretos que le haya confiado su cliente.
LA FUERZA INTERIOR
Considera que en el hombre cualquiera que sea su oficio, debe creer principalmente en sí. Sino halla la fuerza en sí mismo no la encontrará en ninguna otra parte. 5
Recomienda fiar en sí. Vivir la propia vida. Seguir los dictados que uno mismo se imponga y desatender lo demás.
Las decisiones de un hombre prudente no se forman por generación espontánea, sino como fruto de un considerado respeto a opiniones, conveniencias y estímulos del exterior.
Según el autor, el Abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en este punto debe cambiar de oficio. 6
LA SENSACIÓN DE LA JUSTICIA
Lo que realmente importa para un Abogado no es saber el derecho, sino conocer la vida. El derecho positivo está en los libros, pero lo que la vida reclama no está escrito en ninguna parte. Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de sentimientos para advertirlo, será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más guía que las leyes, será un desventurado ganapán. 7
El autor escribe que cuando visito al escritor Daudet y le manifestó que era estudiante de Derecho, éste le dijo: "las leyes, los códigos no deben ofrecer ningún interés. Se aprende a leer con imágenes y se aprende la vida con hechos. Procure ver y observar. Estudie la importancia de los intereses en la vida humana.
La pugna entre lo legal y lo justo no es invención de novelistas y dramaturgos, sino producto vivo de la realidad. El Abogado debe estar bien apercibido para servir lo segundo aunque haya de desdeñar lo primero. Y sostiene que esto no es estudio es una sensación.
5. Ángel Ossorio, (2008) tercera edición, segunda reimpresión, El alma
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