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El Lenguaje


Enviado por   •  8 de Marzo de 2015  •  2.870 Palabras (12 Páginas)  •  176 Visitas

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Lectura 1: Repensar como entendemos el lenguaje

El lenguaje es uno de esos fenómenos en el que vivimos pero como vivimos en él, no lo vemos y no reflexionamos sobre él. Literalmente es como la vieja frasecilla de “como el agua para el pez” que aquí funciona perfectamente.

Desde los griegos la interpretación del lenguaje es que es un acuerdo social por el que nosotros nombramos las cosas, de esa manera nos referimos a ellas y sabemos de qué estamos hablando, si por ejemplo yo digo silla, los dos sabemos a qué me estoy refiriendo. El lenguaje se entendió por 25 siglos como un fenómeno descriptivo. La filosofía del lenguaje a comienzos del siglo pasado hace algo diferente y dice que es cierto que el lenguaje puede ser descriptivo pero es mucho más cierto que el lenguaje es un fenómeno generativo. Los seres humanos no sólo describimos el mundo del lenguaje sino que también lo constituimos. Un ser humano que aprende el mundo desde pequeño en conversaciones no podría aprenderlo si no tuviera el lenguaje a mano y los pocos seres humanos que conocemos que nunca accedieron al lenguaje, en realidad dejaron de ser seres humanos.

Si yo te muestro el cielo con sus estrellas y tú no tienes el poder de las distinciones vas a ver un cielo muy distinto al cielo que tu ves cuando tienes esas distinciones. En otras palabras, si yo salgo a mirar el cielo contigo una noche y no sabemos nada de astronomía, los dos vamos a mirar el cielo y vamos a ver puntos que les vamos a llamar estrellas pero si yo soy un astrónomo y converso contigo y tengo distinciones y te hablo de las constelaciones, de los planetas y de los satélites, tú vas a empezar a ver con los mismos ojos que tenías antes un mundo que antes no podías ver y eso lo produce el lenguaje a través de la capacidad de distinguir que es un elemento fundamental. Nos permite acceder a un mundo que antes de tener esas distinciones no veíamos.

Si yo miro un motor y un mecánico mira un motor, los dos vamos a ver una cosa diferente. El mecánico mira un motor y ve cosas de las que yo no tengo ni idea y esto pasa en todas las profesiones. Por ejemplo un médico chino y un médico occidental. No sólo ven el mundo diferente sino que intervienen en mundos diferentes.

Ocurre que nosotros creemos que todo el que tiene ojos ve lo mismo y no nos damos cuenta que lo que uno puede ver depende del mundo de intenciones en el que vive y eso es lo que hace que las culturas sean tan importantes. Un español ve un mundo distinto a un rumano o a un peruano y no es porque sea mejor ni peor, es porque ve una cultura que le provee, le constituye en mundos diferentes. El lenguaje nos constituye mundos y cuando ese mundo que hemos constituido lo tenemos enfrente, creemos que todos los demás van a ver el mismo mundo que yo miro. La diferencia con que miramos el mundo lo constituyen los diversos aspectos lingüísticos en que vivimos. No es el único elemento determinante, por supuesto que hay otros, pero es un elemento esencial.

QUIEBRE, DECLARACION Y EXPLORACION DE POSIBILIDADES

Considerando los actos lingüísticos con que operamos en el lenguaje, se distinguimos cuatro tipos básicos: peticiones, promesas, declaraciones y afirmaciones. Sin detallar aquí en qué consiste cada uno de estos actos lingüísticos3 , digamos que para el fenómeno de la creatividad, lo central son las declaraciones, pues ante un quiebre dado, será una nueva declaración la que, al configurar un nuevo espacio de coherencias operacionales, una nueva realidad entre paréntesis, haría posible que emerja un camino nuevo y eventualmente distinto. La creatividad surge, entonces, cuando se produce un nuevo acto declarativo que genere un nuevo espacio de posibilidades coherentes de coordinaciones de acción, que a su vez están determinadas por actos declarativos que, explícitos o no, las definen. Consecuentemente, una determinada narrativa depende también de una o varias declaraciones. En el operar cotidiano estamos inmersos en distintas conversaciones4 , permanentemente, con otros o con nosotros mismos. Lo creativo, lo innovador con signo positivo, por así decirlo (recuérdese que depende de un juicio), puede surgir

3 Recomiendo el libro: Ontología del Lenguaje de Rafael Echeverría. Editorial JCSaez.

4 Para Humberto Maturana conversar es el continuo entrelazamiento de emociones y lenguaje, como un fluir de coordinaciones consensuales de acciones y emociones solamente cuando alguien, un observador, ha declarado un quiebre que interrumpe determinada rutina o transparencia operativa.

Me encuentro, por ejemplo, realizando una actividad (digamos, conducir un automóvil) y ese operar se ha hecho transparente. Conducimos el auto sin "pensar" en ello, sin darnos cuenta a veces. Si se revienta un neumático, inevitablemente "escuchamos" un quiebre y lo declaramos. Ahora bien, en una situación dada lo que es un problema para alguien, puede no serlo para otro; este otro puede no percibirlo, dado que los quiebres no tienen una existencia objetiva; los quiebres, más bien, se declaran. Así, para el conductor del automóvil, un neumático desinflado es, en el 99% de los casos, un problema. Lo interesante es cómo escuchamos un quiebre, qué juicio hacemos sobre él. De hecho, como dijimos, un problema puede ser entendido como un quiebre más un juicio negativo al respecto. Por qué esta situación, u otra cualquiera, posibilita la creatividad? Porque, declarado el quiebre, cierta narrativa se ha desarticulado y, en definitiva, se trata de articular otra. Un neumático pinchado (u otro evento que revele un quiebre) no genera automáticamente creatividad; bien puede el conductor angustiarse, deprimirse y entonces el juicio de una comunidad será que él no actuó creativamente. Pero ese quiebre, según como sea escuchado, puede presentar la oportunidad de iniciar conversaciones de exploración de posibilidades. Una conversación (con otros o con uno mismo) para crear posibilidades de acción nuevas y efectivas, que se hagan cargo del quiebre. Por ejemplo, a partir de este quiebre, explorar la posibilidad de utilizar el vehículo con neumáticos impinchables. De esta exploración, entendida como una conversación de posibilidades con una red de ayuda de individuos, emergieron los neumáticos tubulares que resultan, al menos, impinchables mientras el automóvil está en movimiento. Sin duda, resultó un acto declarativo creativo que inventó una nueva variedad de productos comerciales, rentables y que se han consolidado de manera dominante en la industria de los neumáticos. En general un quiebre provoca en nosotros, para empezar, un juicio. ¿Qué juicio? El quiebre nos cierra posibilidades, o bien lo vemos como una apertura de posibilidades? En esto influyen significativamente los estados de ánimo. Un estado de ánimo es un automatismo biológico que

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