El viaje

El viaje

Personajes

Gisela

Ezequiel

(Un matrimonio toma asiento en un avión. Estan sentados en los asientos del corredor. Sus rostros están extremadamente pálidos, casi verdosos. Visten ropa fina deslucidas, pasadas de moda.)

Gisela: No te olvides de ponerte el cinturón de seguridad.

Ezequiel: ¿Por qué? ¿Tenés miedo de que se caiga? Vos tenés una terrible inclinación para la tragedia.

G: Y, si hubieras reservado los asientos a tiempo.. ¿O te olvidás?

E: Vos perdiste los pasaportes.

G: Me hubiera sido fácil encontrarlos si vos no hubieses perdido las llaves de la caja fuerte.

E: Si me hubieras ayudado a buscar las llaves más rápido, no hubiéramos perdido el transfer.

G: Si hubieras guardado la tarjeta en mi cartera, no hubiera perdido la billetera.

E: ¿Qué? ¿Perdiste la billetera? No puedo creer que vos perdiste la…

G: Y vos perdiste… perdiste… el filtro solar.

E: (Irónico) Sí, lo perdí. Y también perdí el necesaire con todo adentro.

G: (Alterada) ¿Qué? ¿El necesaire?

E: Ahora ya sabés toda la verdad. No tenés más planchita.

G: ¿Perdiste mi planchita? ¡No!

E: Y vos perdiste los tranquilizantes.

G: ¿Y para qué querés vos tranquilizantes?

E: No, imaginé que vos los necesitarías cuando te enteraras la verdad sobre la planchita.

G: Realmente preciso un tranquilizante.

E: Yo también, por si acaso haya turbulencia. Vos sabes que no la soporto. (Comienzan las turbulencias) ¿Viste? ¡Las turbulencias! ¡Las turbulencias!

G: Estás perdiendo la calma. ¡Respirá! ¡Respirá!

E: ¡No tengo control! ¡No tengo control!

G: Claro, y si vos perdiste nuestra última sesión de terapia.

E: (Nervioso) ¿Y eso que tiene que ver con la turbulencia?

G: ¡Todo! Si vos hubieses ido sabrías qué hacer en un momento tan desesperante como este.

E: Las turbulencias se están volviendo más fuertes. Nunca pasé turbulencias así.

G: (Gritando y asustándose más) Tal vez no sean turbulencias, tal vez sea una explosión, un incendio, tal vez nos quede algo de tiempo.

E: (Con miedo) ¿Algo de tiempo? ¿Por qué?

G: Si tenés alguna cosa especial para decir, decila ahora.

E: ¿Por qué? ¿Lo que te dije antes no fue especial?

G: Fue, pero estas pueden ser las ultimas cosas dichas, por eso tienen que ser más especiales.

E: ¡¿A quién le podrían importar?!

G: Tal vez alguien podría oír nuestras últimas palabras. Se acostumbra grabar las conversaciones antes de los accidentes.

E: (Desesperado gritando) ¿accidente? Vos siempre tenés una inclinación para la tragedia.

G: (Gritando sin conseguir escucharlo) ¿qué decís?

E: Que vos siempre tenés una terrible…

(Explosión, estruendo. Apagón. Silencio total. Ahora están en una caja grande negra, rodeados de más cajas de diferentes tamaños, también negras.)

E: (desesperado) ¿Donde está el control remoto? ¡no tengo el control! ¡La señal! ¿Dónde está la señal? ¡La señal! ¡La señal!

G: Shhh dormite. (Ezequiel duerme, Gisela canta)

E: ¡La señal! ¡La señal! ¿Dónde está la señal? (Percibe las cajas negras y se asusta) ¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? Esta todo lleno de .. de… cajas… ¿Qué hacemos en este lugar?

G: Respiramos. Solo nosotros podemos respirar a voluntad.

E: ¿Y qué hacemos además de respirar?

G: Bueno, vos dormís, soñás, (insinuante) y dormido te la pasas haciendo preguntas y….

E: ¿Y qué?

G: ¿Ves?

E: ¿Veo qué?

G: Que estás haciendo preguntas, ¿me dejas respirar? Necesito mirar mis manos desde otros ángulos. (Mística) ¿Vos ya experimentaste hacer eso? (Muestra las manos desde distintos ángulos y Ezequiel comienza a hacer lo mismo)

E: (Entrando en trance) Ahora me acorde, me acabo de acordar… No soporto convivir con tus delirios de encontrar en esto una casa, digo una caja… casa casa. Caja. Caja? Casa? Cajsa.. Casja..  (Se tilda)

G: (Interrumpiendo) ¿Te acordás cómo estábamos antes de las perdidas? Perdiste la sensibilidad. No como yo, que perdí el paragüas a propósito para poder sentir la lluvia.

E: ¿No pensaste que yo no me quería mojar?

G: ¿Es que no podes fingir romanticismo alguna vez? … mirarme apasionadamente, ¿por qué no aprovechas que estas adentro de casa?

E: El problema es que esta enorme caja negra que vos llamas casa en cualquier momento se va a destruir y eso es doloroso.

G: Doloroso era cuando me tenías encerrada como una muñequita en una cajita de cristal. ¿Te acordás?

E: (silencio) … no. No puedo recordar nada. ¿Dónde están las fotografías?

G: Trabajé para guardarlas todas dentro de las cajas.

E: Necesito recordar cosas (se acerca a una caja).

G: No!. No quiero que las mires. Vas a recordar personas.

E: ¿Qué? ¿Murieron todos?

G: Yo diría que pasaron de esas cajas a unas cajas mejores…

E: (Interrumpiendo y señalándola) Ya me acordé de lo que me tenía que acordar...

G: (Abalanzándose para tapar una caja. Disimulando) Decime, ¿qué te acordás?

E: (Cambio abrupto de actitud) Se me fueron las imágnes.. ¿De qué hablábamos? … somos tan efímeros, tan finitos, cuanta cosa imaginaria. Entonces llegará el día del fin en que nosotros simplemente…

G: Desapareceremos.

E: ¿Cómo es que sabes todo lo que va a pasar? ¿Cómo?

G: (Fingiendo) vos lo decís, cuando dormís.

E: ¿Yo hablo dormido y vos encontrás en mis palabras un contenido psicológico profético? Huelo que hay una traición acá. Quiero salir a ganar la calle.

G: ¿Vos ves fuera de la caja? Te vas a desesperar cuando descubras que…

E: Que… ¿qué?

G: Que cuando no consigas estar protegido por tu caja negra no vas a tener nada. Ni hogar ni nada. Pero andá si querés.

E: (Atina a salir por una caja)

G: (Frenándolo) Pero, ¿a dónde querés salir? Sos un promiscuo. Huelo una traición en esto.

E: Quiero ver las otras cajas negras, a ver si hay alguien afuera (Abre la caja).

G: (Queriendo retenerlo) Yo creo que…

E: Decilo después. Necesito libertad.

G: ¿Para qué correr peligro con todas las personas que hay afuera?

...