Estudios Literarios El amor como mercancía
Enviado por Natalia Castañeda • 11 de Noviembre de 2022 • Ensayo • 1.171 Palabras (5 Páginas) • 52 Visitas
Universidad de la Salle
Estudios Literarios
El amor como mercancía
El amor ha sido un tema recurrente en la vida del ser humano y ha sido la inspiración de miles de obras literarias y artísticas. Entendiéndose al amor como el propósito al que debe llegar el ser humano, es decir, amar y ser amado, pero esta concepción del amor la podemos entender hoy en día, acaso amamos con la misma intensidad con la que deseamos ser amados o solamente deseamos que otros nos amen. La realidad es que el amor se ha convertido en la satisfacción inmediata de nuestros deseos materiales, convirtiéndolo en un producto de comercialización que podemos utilizar a nuestro antojo, incluso deshaciéndonos del otro para amarnos a nosotros mismos y siguiendo unos estándares que en vez de hacernos diferentes nos hace parte del infierno de lo igual, el amor se ha cosificado y ha perdido su propósito.
En su libro “La agonía del eros” Byung-Chul nos dice que es imposible amar en la actualidad, debido al narcisismo exacerbado, entendiendo que la tecnología se ha encargado de limitar la libertad del hombre, la libertad de decidir lo que queremos, suscitando así el rechazo de aquello que consideremos diferente, desapareciendo al otro y convirtiéndonos una copia exacta de un modelo institucionalizado por la sociedad, lo considerado perfecto. Hoy en día la cultura aplasta todo para convertirlo en algo que pueda consumir y disfrutarse. Solemos comparar a nuestras parejas con otras como si fueran mercancía y exhibirlas como ganancias. La sociedad narcisista provoca que solo se tenga deseos eróticos sobre uno mismo, el narcisista no quiere que su pareja sea diferente a él, más bien quiere que sea el reflejo de su propio ego, el amor consigo mismo. En el cuento de Edgar Allan Poe “El retrato oval” uno de los aportados nos dice:
“Era una joven de peregrina belleza, tan graciosa como amable, que en mala hora amó al pintor y, se desposó con él. Él tenía un carácter apasionado, estudioso y austero, y había puesto en el arte sus amores; ella, joven, de rarísima belleza, todo luz y sonrisas, con la alegría de un cervatillo, amándolo todo, no odiando más que el arte, que era su rival, no temiendo más que la paleta, los pinceles y demás instrumentos importunos que le arrebataban el amor de su adorado” (Poe, 1942).
En este cuento el pintor más que amar a la joven amaba lo que el “era” un pintor con excepcionales destrezas artísticas, que lo único que retrataba en el lienzo, era la imagen de lo que tanto amaba, su yo, su yo profesional y lo que este representaba no solo para él sino para los demás, la necesidad de ser amado y de ser considerado como un gran pintor.
Ahora bien, cuando percibimos a los otros como el reflejo de nuestro yo, este termina perdiendo el respeto, el amor y el erotismo y se convierte en una fuente de placer; el amor toma otra perspectiva y se convierte en rendición sexual. El cuerpo es considerado un objeto de consumo que excita a quien lo compra, perdiendo así su valor y fragmentándose en mil pedazos.
En el cuento de Consuelo Triviño “La muñeca” la rendición sexual es uno de los temas principales, nos muestra como una mujer se entrega a los deseos del hombre, aun a sus más locas perversiones sexuales con el fin de estar a su lado, aun cuando este le provoca dolor y la utiliza como un mero objeto de placer:
“Qué fácil es cuando te dan placer sin pedir nada a cambio. Me compraste. No le debes nada a nadie. Me hicieron pensando en tus deseos, en tu soledad, aislamiento e incomunicación. Mi hombre tímido, hablo contigo, sólo si me dejas. Pero no debes olvidar que en el fondo de mi hay una fragilidad que amenaza nuestra unión. Disfruta entonces lo que puedas antes de reventarme. No olvides mi delicada condición. Después de tu explosivo arranque de júbilo. Quedaran desperdigadas las trizas de plásticos por los rincones. ¡Cuidado! Quiero perdurar para ti”. (Triviño Anzola, 2009)
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