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Fe y razón en la filosofía medieval


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  2.405 Palabras (10 Páginas)  •  695 Visitas

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Fe y razón en la filosofía medieval

En la época medieval, la razón era un elemento INFERIOR a la FE. Incluso cuando la razón nos indica lo contrario que le FE nos indica, lo que se nos dice que tenemos que hacer es caso a la FE.

Santo Tomas de Aquino piensa que la razón tiene el mismo peso que la fe. Pero si la razón y la fe no coinciden, lo que prepondera siempre es la FE.

Su obra es uno de los momentos culminantes del pensamiento medieval, ya que realiza la síntesis más acabada entre el aristotelismo y la doctrina cristina.

Para Tomas de Aquino estaba fuera de duda le existencia de Dios, pero comprendía que hubiera gente que dudara (porque no tenía la fe). Entonces cuando actúa como filosofo tiene esta duda en cuenta y da el mismo valor a la fe que a la razón, aunque en caso de disputa, la fe prevalecía siempre.

A partir de la filosofía cristiana (la gran ideología de Europa), la teología adquiere un peso mayor al que había tenido nunca. Porque la gran iglesia católica del medioevo era la única y gran fuerte de poder ideológico que había en Europa. En la época medieval la religión era la base de todo: la literatura, el arte, y también así de la filosofía y el pensamiento.

A partir del comentarista musulmán Averroes y la traducción al latín de sus comentarios, se recuperan (en el siglo XII) los textos aristotélicos y se produce una profunda crisis en el ambiente escolástico. Tomas entendía que no se podía renunciar a Aristóteles, sino que solo cabía corregirlo y depurarlo. Así pudo demostrar que las ideas aristotélicas no eran contrarias a la iglesia.

Su objetivo fue poner la razón al servicio de la fe. Es decir, veía a la filosofía como criada de la teología, y que a esta debía servir. Esto claro se contradice con la naturaleza de la filosofía, ya que la filosofía lo que hace es preguntar cuestiones que no saben a donde van.

Pero Santo Tomás lo que hace es llevar la filosofía a responder cosas que el ya sabe a dónde quieren llegar, toma los textos aristotélicos para fundamentar sus teorías sobre la fe. Lo que hace entonces es intentar convertir el pensamiento aristotélico en un “pensamiento cristiano”.

Por ejemplo, el primer mundo de Aristóteles no crea al mundo, pero el primer mundo de Santo Tomás sí crea al mundo. El alama era material (mortal) para Aristóteles, pero no para Santo Tomás.

Santo Tomás, Suma Teológica I-II, cuestión 93, artículo 1 

Así como en cualquier artífice preexiste la razón de cuánto produce con su arte, así en el gobernante tiene que preexistir la razón directiva de lo que han de hacer los que están sometidos a su gobierno. Y al igual que la razón de lo que se produce mediante el arte se llama precisamente arte o idea ejemplar de la obra artística, así la razón directriz de quien gobierna los actos de sus súbditos es lo que se llama ley, habida cuenta de las demás condiciones que el concepto de ley entraña, según ya vimos (q.90).

Ahora bien, Dios es creador de todas las cosas por su sabiduría, y respecto de esas cosas guarda una relación semejante a la del artífice respecto de sus artefactos, según expusimos en la Parte I (q.14 a.8). Él es además quien gobierna todos los actos y movimientos de cada una de las criaturas, como también dijimos en la misma Parte 7 (q.103 a.5). Por consiguiente, la razón de la sabiduría divina, al igual que tiene la condición de arte o de idea ejemplar en cuanto por medio de ella son creadas todas las cosas, así tiene naturaleza de ley en cuanto mueve todas esas cosas a sus propios fines. Y según esto, la ley eterna no es otra cosa que la razón de la sabiduría divina en cuanto principio directivo de todo acto y todo movimiento.

HOMBRE Y DIOS EN SANTO TOMÁS DE AQUINO

Fuente: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/resumen/santotomasbreve.htm

EL PROBLEMA DE DIOS

Santo Tomás distingue dos órdenes de conocimiento: el natural procede de la razón humana y da lugar a la filosofía, y el sobrenatural, que procede de la revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro. Ambos provienen, en último término, de Dios, por lo que entre ellos no puede haber contradicción, pero sí colaboración.

La razón puede servir a la fe para aclarar y defender los misterios de la revelación. Algunas creencias nunca podrán ser demostradas por la razón y otras sí, como los preámbulos de la fe (la existencia de Dios y la inmortalidad del alma), por lo que habrá dos tipos de teología: la racional o natural, que llega a Dios mediante la razón y la teología cristiana o sobrenatural, basada en la doctrina revelada y la fe.

Llama Santo Tomás “proposiciones evidentes en sí mismas” a aquellas en las que el predicado se incluye en el sujeto, y que describen propiedades esenciales de las cosas, como "los hombres son animales racionales"; parte de ellas serán, además, evidentes para nosotros, cuando vemos su verdad con sólo comprender el concepto sujeto. Algunos filósofos han creído posible la comprensión intelectual directa de la esencia de Dios, y, en esa medida, la demostración de su existencia a partir del concepto de Dios (el argumento ontológico). Sto Tomás mantendrá, por el contrario, que no cabe una argumentación meramente racional de la existencia de Dios, por no ser acorde con las facultades cognoscitivas humanas. La proposición "Dios existe" no es evidente para nosotros, aunque sea evidente en sí misma (pues la existencia de Dios se incluye en su esencia). Debemos llegar a Dios a partir de lo más conocido para nosotros, de la experiencia sensible. Las pruebas del Aquinate (las Cinco Vías) son demostraciones a posteriori: parten de los efectos de la actuación de Dios en el mundo (un dato de experiencia), introducen un principio metafísico, y concluyen en la necesidad de la existencia de un ser supremo trascendente. La Tercera Vía comienza destacando la contingencia de los seres finitos, su poder dejar de existir y de ser como son. Por ello es pensable un tiempo en el que no existían; y si nada más que ellos existiera en la realidad, ahora nada existiría. Como éste no es el caso, es preciso que junto con los seres contingentes exista un ser necesario, un ser que tenga la razón de su existencia en sí mismo: Dios. La Quinta Vía parte de la existencia de orden en la naturaleza y de la necesidad de que haya siempre una inteligencia que dirija el comportamiento de los seres que tienen conducta final, conducta ordenada a un propósito. Es el caso que los seres naturales no disponen de inteligencia, luego han tenido que ser creados por otro ser inteligente y que les haya dado su disposición al comportamiento más adecuado para alcanzar los fines que les son propios; debe existir una Inteligencia Ordenadora, Dios.

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