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Enviado por   •  11 de Abril de 2014  •  4.751 Palabras (20 Páginas)  •  291 Visitas

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UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

CARRERA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL

FACULTAD DE ARQUITECTURA E INGENIERÍA CIVIL

PRESENTADO POR:

 Saya Flores Luis Alberto 2010224152

DOCENTE: Lic. Roberto Kcana Kcana

CICLO: X SEMESTRE

CUSCO – PERÚ

2013 II

INDICE

INTRODUCCION

PRIMERA PARTE

“La pobreza del hombre como resultado de la riqueza de la tierra”

CAPITULO I

Fiebre del oro, fiebre de la plata

CAPITULO II

El rey azúcar y otros monarcas agrícolas

CAPITULO III

Las fuentes subterráneas del poder

SEGUNDA PARTE

“El desarrollo es un viaje con más náufragos que navegantes”

CAPITULO I

Historia de la muerte temprana

CAPITULO II

La estructura contemporánea del despojo

ANÁLISIS Y/O COMENTARIOS

GLOSARIO

INTRODUCCION

El libro de las Venas abiertas de América Latina tiene como autor a Eduardo Galeano y fue publicado en el año de 1971.

En este trabajo se muestra como los minerales acabaron con Latinoamérica y como las potencias mundiales se aprovechan de una mala administración de un país. De nuevo se muestra como América Latina le da un bien al mundo y este le paga explotándolo y dejándolos en la ruina y se ve reflejado en las tierras ya que grandes y húmedos bosques quedaron reducidos a infértiles desiertos, es como si el destino de este continente fuera sufrir

En este trabajo se ve un repaso por los principales minerales que formaron parte de la historia de Latinoamérica, que cambiaron su historia y marcaron la vida de cada país, demostrando de nuevo que América Latina es una gran herramienta para el mundo.

Este señala la importancia que tuvo el petróleo, metal, cobre y otros más, sobre el mundo, todo lo que transformo el mundo y la influencia a nivel económico, social y político que desato.

Atte.

Luis Alberto Saya Flores

LA POBREZA DEL HOMBRE COMO RESULTADO DE LA RIQUEZA DE LA TIERRA

CAPITULO I

Fiebre del oro, fiebre de la plata

La esclavización de los indios fue formalmente prohibida al nacer el siglo XVI.

La población de las islas del Caribe dejó de pagar tributos, porque desapareció: los indígenas fueron completamente exterminados en los lavaderos de oro.

Los metales arrebatados a los nuevos dominios coloniales estimularon el desarrollo económico europeo y hasta puede decirse que lo hicieron posible.

Las colonias Americanas habían sido descubiertas, conquistadas y colonizadas dentro del proceso de la expansión del capital comercial. Europa necesitaba oro y plata.

Los empresarios mineros convirtieron a los indígenas y a los esclavos negros en un numerosísimo proletariado externo de la economía europea.

Cuando los españoles irrumpieron en América, estaba en su apogeo el imperio teocrático de los incas.

La explosión del oro no sólo incrementó la importación de esclavos, sino que además absorbió buena parte de la mano de obra negra ocupada en las plantaciones de azúcar y tabaco de otras regiones de Brasil, que quedaron sin brazos. Inglaterra y Holanda, campeonas del contrabando del oro y los esclavos, que amasaron grandes fortunas en el tráfico ilegal de carne negra.

El largo ciclo del azúcar dio origen, en América Latina, a prosperidades tan mortales como las que engendraron, en Potosí, Ouro Preto, Zacatecas y Guanajuato, los furores de la plata y el oro; al mismo tiempo, impulsó con fuerza decisiva, directa e indirectamente, el desarrollo industrial de Francia, Estados Unidos, Inglaterra y Holanda.

En la década de 1950, la industrialización en auge incrementó el consumo del azúcar en Brasil. Barbados fue la primera isla del Caribe donde se cultivó el azúcar para la exportación. En la asegunda mitad del siglo, el mejor azúcar del mundo brotaba del suelo esponjoso de las llanuras de la costa de Haití, una colonia francesa que por entonces se llamaba Saint Domingue. Recién en 1825 Francia reconoció la Independencia de su antigua colonia, pero a cambio de una gigantesca indemnización en efectivo.

Cuando la Revolución conquistó el poder, según Fidel Castro la mayoría de los cubanos no era ni siquiera antiimperialista.

El Che Guevara decía que el subdesarrollo es un enano de cabeza enorme y panza hinchada: sus piernas débiles y sus brazos cortos no armonizan con el resto del cuerpo.

El capital acumulado en el comercio triangular – manufacturas, esclavos, azúcar

– hizo posible la invención de la máquina de vapor.

A principios del siglo XIX, Gran Bretaña se convirtió en el principal impulsora de la campaña antiesclavista. En 1888 se abolió la esclavitud en Brasil. Pero no se abolió el latifundio. El boom del caucho y el auge del café implicaron grandes levas de trabajadores nordestinos.

La CEPAL informa que, por increíble que parezca, el café arroja más riqueza en las arcas estatales de los países europeos, que la riqueza que deja en manos de los países productores.

La reforma agraria se proponía desarrollar la economía capitalista campesina y la economía capitalista de la agricultura en general.

América Latina tuvo pronto sus constituciones burguesas, muy barnizadas de liberalismo, pero no tuvo, en cambio, una burguesía creadora, al estilo europeo o norteamericano, que propusiera como misión histórica el desarrollo del capitalismo nacional pujante. Las burguesías de esas tierras habían nacido como simples instrumentos del capitalismo internacional, prósperas piezas del engranaje mundial que sangraba a las colonias y a las semicolonias.

Frustración económica, frustración social: una historia de traiciones sucedió a la independencia y América Latina, desgarrada por sus nuevas fronteras, continuó condenada al monocultivo y a la dependencia.

En 1910 llegó la hora del desquite. México se alzó en armas contra Porfirio Díaz. Un caudillo agrararista encabezó desde entonces la insurrección en el sur: Emiliano Zapata, el más puro de los líderes de la revolución, el más leal a la causa de los pobres, el más fervoroso en su voluntad de redención social.

Después de la caída del régimen de Huerta, Emiliano Zapata y Pancho Villa, el “Atila del Sur” y el “Centauro del Norte”, entr5aron el Ciudad de México a paso de vencedores

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