Gramática Textual Y Oracional, En Educación Primaria.
Enviado por estherdacunda • 17 de Julio de 2012 • 3.625 Palabras (15 Páginas) • 2.229 Visitas
Didáctica.
1 - La enseñanza de la gramática textual y oracional.
Su incidencia en la comprensión y producción de textos.
Sumario:
1. Introducción: Didáctica de la Lengua.
2. Textos, portadores de textos, enunciados, proposiciones y oraciones.
3. Adquisición gramatical.
4. Qué gramática enseñar.
5. Cómo enseñar gramática.
6. Conclusiones.
7. Bibliografía utilizada.
1. Introducción: Didáctica de la Lengua. -ver-
2. Textos, portadores de textos, enunciados, proposiciones y oraciones.
Conceptos hermanos, a veces unidos y a veces enfrentados, textos y portadores de textos por
un lado, y enunciados y oraciones por otro se entrecruzan y tejen una maraña de significados que a
veces nos complican la tarea de trazar los propósitos para la intervención didáctica. Comenzaremos
analizando los puntos en común, para luego pasar a diferenciarlos conceptual y disciplinarmente.
La enunciación es el acto de lenguaje donde se genera el discurso: es la lengua pragmática,
en uso. El enunciado es la “unidad de medida” de la enunciación, es el subproducto a través del cual
se da esa función pragmática, que no es otra que la comunicación. Decimos que es la unidad de
medida porque es mirando los enunciados que podemos analizar la comunicación, los procesos de
interrelación entre cada enunciado y la consecuente conformación de la trama textual.
En la relación pragmática, o sea la comunicación, se consideran:
- Enunciador y enunciatario.
- Situación comunicativa.
- Función social del texto.
Los enunciados son el resultado de la unión estrecha entre una forma material (señas,
dibujos y grafías) y el contexto. Explorar el territorio discursivo es recuperar el sentido dialógico de
la comunicación y desde esa perspectiva entender el valor de la palabra. La palabra es la base, sin la
que no existe esta relación dialógica. Cada palabra que se crea, que se construye, se mediatiza en la
relación intersubjetiva; es decir que cada palabra se vuelve un vínculo entre los dos sujetos
comunicadores, emisor y receptor, construyendo entre ellos una relación semántica, de sentido. Pero
debemos entender que este sentido no es literal, sino que el significado trasciende lo dicho: en la
oralidad, son elementos significantes todo lo paralingüístico, los gestos, el tono de voz, los
ademanes. En la escritura también hay elementos paralingüísticos que construyen sentido, como el
soporte y la tipografía. Debemos lograr que el niño investigue y descubra el mensaje entre lo dicho
y lo no dicho, para que luego interaccione ese mensaje con sus saberes previos y así construya el
sentido del texto. Desde esta perspectiva, es indudable que los elementos desde los que partimos
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son todos agentes de comunicación, son el disparador con el mensaje, pero no son, en ninguna
forma, el mensaje en sí mismo, ya que este se construirá desde la interacción del que recibe con el
que emite. En la comunicación se hermanan, veamos ahora en qué se diferencian.
Texto: En nuestro Programa de Primaria vigente, citan a Reyes quien sostiene que “el texto es una
estructura verbal, producto de cada uso efectivo del lenguaje realizado con el propósito de
participar en una interacción lingüística, de la naturaleza que sea”. Es entonces producto del
discurso, del habla, y se produce con el sentido de comunicarse. De las distintas prácticas sociales,
de los distintos objetivos de los emisores y distintos contextos comunicativos surgen distintos
géneros discursivos, distintas tipologías textuales. La palabra “texto”, proviene del latín textum, que
quiere decir “tejido” o entramado de distintos elementos que mantienen una interrelación,
construyendo sentido. Todo el pensamiento formal se estructura en textos, sean imágenes, o
pensamiento lingüístico. En el pensamiento vemos con claridad como los textos no son entidades
aisladas, sino que se interconectan unos con otros, pudiendo pertenecer al mismo género o a
diferentes. En la escuela debemos fomentar la intertextualidad, presentando en torno a un tema
varios textos: poéticos, informativos, narrativos, etc. Todos los textos tienen tres características
fundamentales: coherencia, cohesión y adecuación al medio.
Adecuación al medio: Es la funcionalidad de cada texto en cada situación comunicativa. Hay textos
que pueden ser significantes sin mucho contexto, pero otros dependen específicamente del entorno.
Pensemos en el número “9”. No es lo mismo en una camiseta de fútbol, que en la puerta de una
casa, que en una etiqueta de precio. Es un texto altamente dependiente del contexto.
Coherencia: Le da al discurso (y por lo tanto al texto) unidad temática y sentido. La coherencia
afecta a la estructura semántica o de significados. Se dice que un texto es coherente cuando su
estructura interna muestra organización semántica y pragmática entre sus partes: es el orden de
sentido en una situación y en la construcción de significados. Desde el punto de vista externo la
coherencia se define en la relación establecida del texto en el discurso, lo que permitirá incorporar
la nueva información a marcos de referencia conocidos; interpretarla y procesarla.
Cohesión: Es la propiedad de la textualidad que refuerza la coherencia. Tiene que ver con todos
aquellos recursos que hacen posible la conexión de las palabras, enunciados, oraciones, párrafos, a
fin de que el texto avance y se expanda sin perder su ilación y unidad. Abordar el análisis cohesivo
es abordar la gramática en el texto.
Portador de texto: Los portadores de texto son, como se entiende, lugares físicos y virtuales en
donde existen textos que se intercambian. Los más comunes son todos aquellos materiales escritos
(libros, diarios, revistas, enciclopedias, folletos, la XO, etc.) de uso frecuente en la sociedad, pero
también es un portador de textos el pensamiento en sí mismo. El objeto de enseñanza no es ni nunca
será el portador de texto, sino el texto en sí. El portador de texto es un mediador, hace el texto
accesible y atractivo al niño. Muchos docentes confunden texto y portador de texto; son
esencialmente diferentes: en una alegoría un poco tonta, el texto son las arvejas y el portador es la
lata: sin la lata, no podemos tener las arvejas. Sin el portador, no
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