LEYENDAS Y MITOS DE GUANAJUATO
Enviado por 230184 • 5 de Diciembre de 2013 • 1.351 Palabras (6 Páginas) • 554 Visitas
Leyenda de San Bartolomé, Guanajuato
Ahí en «Las Margaritas» hay un tesoro que dejaron los gachupines. Dicen que son unas ánimas las que dan razón de dónde está el dinero enterrado (es harto dinero). Dicen que se quejan las ánimas y que se ven las sombras que pasan porque hay gente que las ha visto y que esas sombras señalan en dónde está enterrado ese tesoro; un tesoro muy grande. Yo entiendo que en la mera puerta de la iglesia está enterrado un cajón que mide metro y medio de largo por 80cm. de alto y está lleno de puros centenarios que están acomodados muy bonito. Hay gente que le ha hecho la lucha pero luego les da miedo porque las ánimas los asustan. Eso me ha platicado los que han ido allá a buscarlo.
Una vez unos muchachos que vieron las sombras de las ánimas se decidieron a escarbar y escarbar bien profundo y luego dijeron que sí abrieron el cajón; por eso sabemos de qué tamaño es y cómo están acomodados los centenarios. Entonces fue cuando ellos escucharon que las ánimas estaban alegue y alegue y que se les vino una tropelada de caballos, y entonces los pobres muchachos con el puro susto nomás corrieron y hasta dejaron los picos y las palas ahí tiradas.
Pero cómo son las cosas, porque a la mañana siguiente agarraron valor y fueron a buscar el tesoro, pues al fin y al cabo el pozo ya estaba abierto, y cómo se sorprendieron al darse cuenta que ya estaba tapado y ni siquiera se miraban las señales del escarbadero que hicieron la noche anterior. Yo les dije luego que lo que les falló fue que uno de ellos debería haber estado rezando y echando inciensos mientras que otro debería haber tenido un Cristo y agua bendita, mientras que los demás escarbaban. Pero lo curioso fue que encontraron otra vez tapado el pozo y ya mejor decidieron no volver a escarbar nunca.
Esas ánimas ofrecen el tesoro porque ellas andan buscando descanso. Entonces digo yo que el buscatesoros también tiene que prometerles algo, como por ejemplo dar un socorro a la iglesia o a los prójimos pobres; una donación con parte del dinero que saque. Y además debe hacer un funeral en el panteón, aunque sea con una caja vacía.
En memoria de don Cirilo Hernández (1907-2004)
EL ESPÍRITU DE LA NIÑA QUE PIDIÓ CAMBIARSE DE TUMBA
Leyenda de Jaral de Berrio, Guanajuato
Una vez que andaban haciendo unos arreglos aquí en el templo, un muchacho de repente encontró un cajoncito, o sea caja de muerto pero de niño –explica el Sr. Juan Orta–. Luego, luego fue a dar aviso al párroco y a las autoridades porque estaba esa cajita empotrada en una pared y no tenía lápida ni nombre. Sacaron la cajita y la examinaron y luego la enterraron en el piso. Cuando hicieron el hoyo encontraron otra más abajo, también de niño. Nadie sabía de quiénes eran ni por qué estaban ahí. Sabemos que esta capilla de La Merced era de los hacendados, del conde de Jaral de Berrio (Juan Nepomuceno de Jaral y Berrio) y su familia y que a ellos los sepultaron en el área exclusiva donde están los nichos. Hay varios nichos vacíos, pero no han vuelto a enterrar a nadie allí porque ya no quedan familiares de los Moncada.
Parece que una de las cajitas es de una niña que allá por 1970, cuando hicieron la carretera, la mató un camión, o sea que la atropelló. Era una niña de San Francisco, un pueblo aquí cerquita, que tenía como cinco o seis años y quedó muerta en la carretera. Fue muy triste para la familia y para toda la gente ir al velorio, a la misa y luego llevarla a sepultar al panteón de aquí de Jaral.
No pasaron muchos días cuando la gente que vive cerca del panteón empezó a ver a esa niña que andaba caminando y llorando cerca de su tumba o se asomaba, pero sin salirse del panteón; no es que la vieran de carne y hueso, sino que era su ánima la que se aparecía.
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