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LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS


Enviado por   •  17 de Agosto de 2014  •  2.315 Palabras (10 Páginas)  •  3.358 Visitas

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LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS

I. Localización:

Los gallinazos sin plumas es un cuento que pertenece a la obra La palabra del mudo escrito por el peruano Julio Ramón Ribeyro quien nació en el año 1929 y falleció en el año 1994. Ribeyro es considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura latinoamericana del siglo XX. Formó parte de la Generación del 50. Su obra pertenece a la corriente literaria denominada Realismo urbano, que se caracteriza por mostrar la transformación que sufre la sociedad limeña en ese tiempo. El tema central de este cuento es la explotación infantil.

II. Análisis de contenido:

Desde el inicio de la historia, el autor nos relata la historia de dos niños pobres (Efraín y Enrique) maltratados y explotados por su abuelo (Don Santos) quien los obliga a recoger basura en un muladar para darle de comer a un cerdo: “los miércoles y los domingos, Efraín y Enrique hacían el trote hasta el muladar. Pronto formaron parte de la extraña fauna de esos lugares y los gallinazos, acostumbrados a su presencia, laboraban a su lado, graznando, aleteando, escarbando con sus picos amarillos, como ayudándoles a descubrir la pista de la preciosa suciedad”. Esto nos muestra, la explotación que sufren estos niños por parte de su abuelo, quien no tiene reparo en utilizar la mano de obra de sus nietos para obtener ganancias en beneficio propio por la venta de un cerdo. La constante violencia (verbal y física) que sufren estos dos niños, el abandono de sus padres (la historia no refiere nada acerca de ellos) son temas secundarios que también se desprenden del tema central.

En cuanto a los personajes, podemos notar que son tres y principales:

Don Santos, un viejo lisiado que usa una pata de palo: “A esta hora el viejo don Santos se pone la pierna de palo” Es tirano, cruel y malhumorado, obliga sus nietos ir a las calles a recoger basura para su cerdo. No le interesa su salud ni su alimentación:”y sentándose en el colchón comienza a berrear: -¡A levantarse! ¡Efraín, Enrique! ¡Ya es hora!” Simboliza la opresión y el maltrato. No le importa en absoluto el bienestar de sus nietos. Piensa que solo el que trabaja es merecedor de comida: “A ver, ¿qué cosa me han traído? Don Santos los esperaba con el café preparado”. Cuando ambos niños se enferman y no pueden salir a trabajar reacciona de la siguiente manera: “¡No habrá comida hasta que no puedan levantarse y trabajar!” ¡Pedazos de mugre! ¡Ya saben, se quedarán sin comida hasta que no trabajen!

Los hermanos Efraín y Enrique, nietos de Don Santos a quien deben obediencia a cambio de comida y refugio. Ellos son los gallinazos sin plumas pues al igual que estas aves carroñeras rebuscan los basurales a cambio de comida. Son hermanos unidos que intentan escapar de los abusos de su abuelo. Enrique valiente y decidido, advierte a su abuelo con irse de la casa sino permite que su perro se quede:”Si se va el, me voy yo también” y persuasivo: “No le hagas nada abuelito” “Le daré yo de mi comida” evita que el abuelo golpee a “Pedro” con su vara y lo bote a la calle. Así mismo, Efraín es valiente y aguerrido, en la calle intimidaba con sus gritos a los otros “gallinazos” que recogían basura en el mismo lugar que ellos: “Efraín gritaba para intimidarlos y sus gritos se escuchaban a largo del mar”.

Como personajes secundarios tenemos a Pascual, un cerdo que Don Santos quiere engordar para venderlo y obtener dinero: “Dentro de veinte o treinta días vendré por acá -decía el hombre-. Para esa fecha creo que podrá estar a punto” […] “¡A trabajar! ¡A trabajar! ¡De ahora en adelante habrá que aumentar la ración de Pascual! El negocio anda sobre rieles” Es insaciable, cada día reclama más comida pero al no recibirla empieza a enloquecer: “Pascual lanzaba verdaderos rugidos”. Simboliza el exceso y la sociedad de consumo.

Por otro lado, está el perro Pedro, pequeño y chusco que Enrique adopta como mascota y lo lleva a su casa: “Te he traído este regalo, mira -dijo mostrando al perro-. Se llama Pedro, es para ti, para que te acompañe”. Su fin es trágico pues el abuelo arroja su cuerpo como alimento para el chancho:”Pascual devoraba algo en medio del lodo. Aún quedaban las piernas y el rabo del perro”. Este personaje representa el cariño en contraste con la crueldad mostrada por el abuelo.

Al analizar el ámbito, podemos ubicar la historia en un ambiente de clase baja en la década de los años 50, época en la que Lima recibe a migrantes que desde la sierra comienzan a llegar en grandes cantidades para cambiarle el rostro a la ciudad. Esto genera la creación de grandes barriadas o pueblos jóvenes que acoge a estos grupos sumidos en la crisis económica de ese tiempo y maltratados por la injusticia social.

III. Análisis de la forma:

Ribeyro ubica a los personajes en distintos espacios. Si bien no se dice explícitamente el lugar donde viven Don Santos y sus nietos podemos afirmar que el corralón se encuentra situado cerca a Miraflores: “Los basureros inician por la avenida Pardo su paseo siniestro, armados de escobas y de carretas”. Los niños deben recorrer calles con casas elegantes que llaman su atención. El autor lo describe de esta manera:”Siendo aún la hora celeste llegan a su dominio, una larga calle ornada de casas elegantes que desemboca en el malecón”. Se debe recordar que la historia fue escrita en los años 50 y en ese tiempo Lima era totalmente diferente a como es ahora.

Las calles son escenarios abiertos para estos niños, pues, es ahí donde se reúnen para recolectar la basura que dejan las empleadas cerca a la puerta para que el basurero los recoja: “Los cubos de basura están alineados delante de las puertas. Hay que vaciarlos íntegramente y luego comenzar la exploración”. Cuando no recolectaban suficientes desperdicios, el abuelo, los obligaba a dirigirse a otro lugar. En este caso, el muladar, cerca al malecón se convertirá en un escenario abierto para estos niños: “Por último los forzó a que se dirigieran hasta el muladar que estaba al borde del mar. “Allí encontrarán más cosas. Será más fácil además porque todo está junto”.

En cuanto al tiempo, la historia es narrada en orden cronológico. Los hechos se desarrollan de manera lineal, es decir, las acciones se desarrollan una tras otra:” ¡A levantarse! ¡Efraín, Enrique! Los dos muchachos corren a la acequia del corralón frotándose los ojos legañosos. Luego de enjuagarse la cara, coge cada cual su lata y se lanzan a la calle. Al inicio de la historia, el autor precisa el tiempo para determinar la hora en que la ciudad se levanta y los “gallinazos” salen a trabajar: “A las seis de la mañana, la ciudad se levanta de puntillas y comienza a dar sus primeros pasos”. Así

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