La poesía barroca
Enviado por Aleragod0999 • 28 de Noviembre de 2022 • Monografía • 2.970 Palabras (12 Páginas) • 69 Visitas
La poesía barroca
La poesía barroca se refiere a un estilo distintivo de poesía que surgió en Roma a finales del siglo XVI y principios del XVII. Lleva el nombre de la palabra alemana barock, que significa "maravilloso" o "extraordinario". Este nombre se refiere a la complejidad y ornamentación sin precedentes de la poesía que caracterizó este período. Sin embargo, la poesía barroca también se ha descrito como un período de inquietud y exceso en el que el genio creativo se vio empañado por la intemperancia, la enfermedad y la locura.
El estilo de la poesía barroca surgió de la Iglesia Católica Romana como una forma de expresar sentimientos religiosos. El término barroco proviene de la palabra italiana barocco, que significa 'una explosión'. Esta explosión se refería a los eventos dramáticos que ocurrirían dentro del poema a medida que se completaba cada línea. Las líneas se completarían rápidamente para dar una sensación de urgencia y suspenso. Esto es similar a cómo un actor se apresura a pronunciar un discurso en una obra de teatro para aumentar el efecto emocional.
La poesía barroca incorporó aspectos del drama y la música de la época para aumentar el efecto emocional. Muchos de los primeros poemas usaban oraciones compuestas descriptivas llamadas cola di poesia o 'drams'. Estas oraciones harían una pausa para lograr un efecto dramático, como cuando un poeta quería expresar dolor o conmoción. Como resultado, estas pausas se conocieron como 'cola' en referencia a su instrumento musical de época: el cornet de vie. Estas pausas no estaban destinadas a ser leídas en silencio; estaban destinados a ser cantados con énfasis emocional por cantantes capacitados llamados cornetiers.
El énfasis dramático en el sonido sobre el sentido condujo a excesos en los juegos de palabras y las imágenes. En otras palabras, los poetas jugarían con las palabras en lugar de concentrarse en transmitir el significado de manera efectiva. Algunos ejemplos comunes de juegos de palabras en la poesía barroca incluyen juegos de palabras, aliteraciones, consonancia, rima y asonancia. Estas técnicas poéticas son similares a las que se utilizan en la música, donde diferentes instrumentos tocan notas diferentes al mismo tiempo. Con el tiempo, este juego de palabras puede conducir a absurdos involuntarios que distorsionan la realidad pero la presentan de una manera nueva e interesante.
La poesía barroca ha perdurado como uno de los períodos más significativos en la literatura mundial por su creatividad y expresión de emociones. , y subvertir los ideales en realidad a través del efecto dramático. Sin embargo, los contemporáneos lo vieron como tosco y carente de refinamiento artístico en comparación con otros estilos poéticos como el soneto o el verso blanco. En última instancia, el barroco se define como 'caracterizado por un desarrollo desenfrenado'. Tomada al pie de la letra, esta definición podría aplicarse a la poesía barroca, pero solo si uno la ve a través de una lente de exceso creativo estropeada por el desorden y la locura.
Poetas de Europa
Lope de Vega (1562-1635)
En este soneto, Lope de Vega representa el amor desde una mirada decepcionada ante sus vanas seducciones. Quedan reflejadas en el poemas las tensiones entre la razón y el deseo.
Cuando imagino de mis breves días
Cuando imagino de mis breves días
los muchos que el tirano amor me debe
y en mi cabello anticipar la nieve
más que los años las tristezas mías,
veo que son sus falsas alegrías
veneno que en el cristal la razón bebe
por quien el apetito se le atreve
vestido de mis dulces fantasías.
¿Qué hierbas del olvido ha dado el gusto
a la razón que sin hacer su oficio
quiere contra razón satisfacelle?
Mas consolarse quiere mi disgusto,
que es el deseo del remedio indicio
y el remedio de amor querer vencelle.
Francisco de Quevedo (1580-1645)
La muerte también es un tema recurrente en el barroco. Se presenta con angustia. El poeta se lamenta sobre el paso del tiempo, que anuncia el cruel destino de todos y cada uno. Este soneto reflexiona sobre un tópico de la literatura: tempo fugit. El tiempo se va, corre, y nada puede deternerlo. Con él, la vida espera su último aliento.
Conoce las fuerzas del tiempo, y el ser ejecutivo cobrador de la muerte
¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!
¡Qué mudos pasos traes, oh muerte fría,
pues con callado pie todo lo igualas!
Feroz de tierra el débil muro escalas,
en quien lozana juventud se fía;
mas ya mi corazón del postrer día
atiende el vuelo, sin mirar las alas.
¡Oh condición mortal! ¡Oh dura suerte!
¡Que no puedo querer vivir mañana,
sin la pensión de procurar mi muerte!
¡Cualquier instante de la vida humana
es nueva ejecución, con que me advierte
cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana.
El amor vuelve a hacerse presente también en Francisco de Quevedo, que señala las contradicciones de los sentimientos de enamorado que, rendido, ve inútiles los esfuerzos del amor por doblegarlo.
Inútil y débil victoria del amor, en el que ya es vencido amante
Mucho de valeroso y esforzado,
y viéneslo a mostrar en un rendido;
básteme, amor, haberte agradecido
penas, de que me puedo haber quejado.
¿Qué sangre de mis venas no te he dado?
¿Qué flechas de tu aljaba no he sentido?
Mira, que la paciencia del sufrido
suele vencer las armas del airado.
Con otro de tu igual quisiera verte,
que yo me siento arder de tal manera,
que mayor fuera el mal de hacerme fuerte.
¿De qué sirve encender al que es hoguera?
Si no es que quieres dar muerte a la muerte,
introduciendo en mí que el muerto muera.
Luis de Góngora (1561-1627)
Góngora se inscribe en la línea del culteranismo, en el que destacó de tal suerte que se acuñó el término gongorismo. En este soneto que presentamos, Góngora repasa vívidas imágenes de la juventud y belleza lozanas de la mujer admirada, a quien recuerda el deber de gozar de la vida, pues muy a pesar de cualquier esfuerzo, pronto las virtudes de la juventud, como la vida misma, se verán convertidas en nada.
El autor sintetiza en este poema la representación de los grandes tópicos de la literatura. En primer lugar, el collige virgo rosas, que se traduce como 'corta las rosas, doncella' dirigidos concretamente a las mujeres jóvenes que han de aprovechar su juventud. En segundo lugar, el carpe diem, que implica la valoración de cada instante. En tercer lugar, y para dar fin al poema, Góngora introduce el tempo fugit, que recuerda la inevitabilidad del paso del tiempo y de la llegada de la muerte.
Soneto CLXVI
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