LA POESÍA BARROCA: CULTERANISMO Y CONCEPTISMO
Enviado por silvia.af • 4 de Marzo de 2014 • 1.281 Palabras (6 Páginas) • 714 Visitas
LA POESÍA BARROCA: CULTERANISMO Y CONCEPTISMO
El barroco es un movimiento cultural y artístico el cual tuvo lugar en el siglo XVI. Este confluyó en el tiempo junto con una gran crisis económica política y social, que resultó de acontecimientos como: la expulsión de los moriscos, la guerra de los treinta años, epidemias como la peste o la independencia de Portugal. El barroco torna a un estilo de vida religioso, y a una escritura con recursos expresivos renacentista pero más recargados. Dentro de este movimiento surgieron dos corrientes: culteranismo y conceptismo, las cuales serán desarrolladas a lo largo del epígrafe, junto con sus autores respectivos, Luis de Góngora y Quevedo.
A continuación trataremos los temas y las formas que surgen dentro de la poesía de este siglo XVII. Dentro de la temática de esta poesía encontramos: la poesía metafísica, moral y religiosa, en la cual los autores reflejan sus preocupaciones sobre la concepción de la vida, la poesía amorosa, esta tiene un gran papel y abarca temas del amor cortés y petrarquistas, el cual está vinculado al llanto, el dolor y la muerte. Dentro de esto surge una corriente de inspiración horaciana la cual combina la intención moral con el sentimiento amoroso. Otro tipo de poesía de otra temática distinta es la poesía satírica y burlesca, la cual tiene una raíz moral la cual responde a una actitud paródica. Estas sátiras tienen como objeto un personaje concreto, los vicios o las costumbres de la época. En cuanto a la forma de esta poesía barroca cabe destacar que en el Renacimiento se mezclaron elementos cultos junto con otros vulgares. Emplea una métrica con, versos italianos, endecasílabo con sus combinaciones, versos castellanos, los cuales emplean el octosílabo en redondillas, quintillas y letrillas, y donde también se generalizó la glosa y se fijó la décima, y romances, los cuales se escribieron en gran número, siendo estos escritos acordes con las preferencias barrocas. En lo referido a la forma también es necesario recalcar los recursos expresivos utilizados, ya que la poesía barroca está llena de recursos expresivos como pueden ser, metáforas, paradojas, cultismos, juegos de palabras, hipérboles…
Como hemos mencionado en la introducción las dos tendencias que tuvieron lugar en el Barroco fueron el culteranismo y el conceptismo. Ambas se basan en la complicación de la expresión, aunque el conceptismo, lo hace en el contenido, y el culteranismo lo extiende en la forma. El culteranismo, fue una corriente poética, cuyo creador y cultivador principal fue Luis de Góngora. En esta poesía destaca el gran uso de cultismo que se lleva a cabo. Como rasgos principales cabe destacar: el uso abundante de cultismo que aporta una gran expresividad y un gran valor musical, la sintaxis latinizante. Mientras que en el conceptismo, corriente poética característica por la asociación ingeniosa de ideas y palabras, con Francisco Quevedo y Baltasar Gracián como principales cultivadores, los rasgos más característicos son: el uso de un léxico racionalista el cual busca el significado y no la emoción, la creación de palabras mediante la composición y derivación inesperada, y el empleo de recursos retóricos, entre los cuales destaca el oxímoron.
Dentro del culteranismo, Luis de Góngora fue un poeta muy destacado. Su poesía presenta las siguientes características: en primer lugar tenemos el sentido pictórico, con una poesía descriptiva y sensorial, la cual muestra una actitud contemplativa y crea imágenes de esta. Un segundo rasgo sería el paisaje, ya que la naturaleza destaca como motivo central de su obra. Aparte es característico el cultismo y popularismo, en el cual mezcla lo culto y lo popular. Su poesía proviene de la cultura humanista renacentista pero este la complica y adorna. Y como última característica está la sátira y panegírico, dos tipos de poesía contradictorios cultivados en esta poesía, la sátira, más crítica, y el elogio de nobles y héroes como en el Panegírico al duque de Lerma. Por otro lado
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