Liderazgo

El aprendizaje continuo es la competencia relacionada con el crecimiento personal y el fortalecimiento de las capacidades personales. Capacidad para aprovechar las oportunidades de aprender de la propia experiencia o de la de otros o de lo que se realiza en el entorno. Otras competencias implicadas son iniciativa, confianza en sí mismo, persistencia, y propensión al estudio y a la investigación. Son procesos donde las emociones juegan papeles muy diferentes: hay emociones que favorecen el aprendizaje y otras que lo dificultan. La gente inteligente forma una actitud de aprendizaje continuo. Su confianza, combinada con su curiosidad, les permite buscar constantemente nuevos y mejores caminos. La gente con este hábito de la mente, está siempre queriendo mejorar, crecer, aprender y modificarse. Toman los problemas, situaciones, tensiones, conflictos y circunstancias como oportunidades valiosas para aprender.

Un gran misterio sobre los seres humanos es que muchas veces confrontamos las oportunidades de aprendizaje con gran temor en vez de con asombro. Parece que nos sentimos mejor cuando conocemos más que cuando aprendemos. Defendemos nuestra credibilidad, nuestras creencias y almacenes de conocimiento, en lugar de invitar a lo desconocido, lo creativo y aquello que puede inspirarnos. Esta certeza y cerrazón nos da comodidad, mientras permanecer con dudas nos provoca miedo.

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