Los pueblos indígenas se identifican como aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país desde el inicio de la colonización y que conservan sus propias instituciones socialesco

Los pueblos indígenas se identifican como aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país desde el inicio de la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, siendo la conciencia de la identidad indígena el criterio fundamental para determinarlos como tales.

Dichos pueblos tienen una serie de rasgos particulares, como lenguaje, usos, costumbres y tradiciones que han sido olvidados por el Estado, y que, a su vez, generan necesidades y derechos diferentes al resto de la población. A pesar de que en el Artículo dos, párrafo B de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, se establece que, “para promover la igualdad de oportunidades de los indígenas y eliminar cualquier práctica discriminatoria establecerán las instituciones y determinarán las políticas necesarias para garantizar la vigencia de los derechos de los indígenas y el desarrollo integral de sus pueblos y comunidades, las cuales deberán ser diseñadas y operadas conjuntamente con ellos”; continúa el hecho de que sufren de pobreza y marginación, lo que se ve reflejado en un rezago educativo, desempleo y problemas de salud, entre otras situaciones; sus zonas son explotadas, y no existen programas de gobierno que logren ayudar a superar toda esa problemática. 

Cabe destacar que el concepto de discriminación racial, se refiere a toda distinción, exclusión, restricción o preferencia, la cual se encuentra basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico. En base a dicho concepto, la Encuesta Nacional de Discriminación 2010 arroja que en todo México este tipo de discriminación es el principal problema que enfrentan los grupos étnicos.

Lo anterior puede verse reflejado en la realidad que viven actualmente. Primeramente es de suma importancia destacar que los indígenas son “los más pobres de los pobres”, lo cual, se ve palpado en sus condiciones de vida, tales como: falta de drenaje, electricidad, pisos de tierra, etc. También puede hablarse del gran rezago a nivel escolar, así como la alta tasa de analfabetismo presentada en las comunidades indígenas. Sin embargo, uno de los factores a partir del cual se desbordan muchos de estos problemas, es principalmente la desigualdad y discriminación hacia dichos grupos étnicos. A pesar de todos los logros positivos en el establecimiento de normas de derechos humanos, los indígenas continúan enfrentando diversas violaciones a tales derechos; principalmente, la discriminación. Dicha discriminación puede venir justamente de parte del mismo Estado y sus autoridades, y puede verse manifestada de diferentes maneras; tales como: interrogatorios frecuentes y mal fundamentados de parte de las autoridades o policías; actitudes completamente condescendientes de profesores hacia alumnos o simplemente en la descortesía de parte de cualquier persona. Lo anterior puede desembocar en faltas más graves, tales como violación, asesinato o simplemente intimidación y humillación.

Los pueblos indígenas no han aceptado de forma pasiva la integración y pérdida de sus recursos, cultura y lengua (y con razón, atentan contra su propia dignidad, y libertad de pensamiento); por el contrario, han respondido con una serie de movimientos con los cuales buscan la autonomía de las regiones étnicas, para así poder mantener sus propias costumbres, lengua e identidad. Los pueblos indígenas, sus comunidades y organizaciones se han convertido en sujetos políticos con una utopía común bien definida; ser reconocidos dentro de las sociedades en las que viven, con plenos derechos, igual que los demás miembros de ellas. 

Todo comienza con la falta de práctica y desarrollo del respeto hacia los pueblos indígenas, a la no discriminación, así como a las diferencias culturales; ¿qué tan difícil es desarrollar respeto hacia la libertad de creencias? Y es aquí de donde principalmente surge toda esta problemática a partir de la cual se desbordan tanto actitudes como situaciones que involucran un problema ético de mucha gravedad. 

Desde la época de la conquista, cuando los españoles se tratan de imponer, los indígenas comienzan a ser rechazados, lo indígena fue visto como “inferior o atrasado”, excluido de la nación y del progreso, justificando, incluso, su explotación; todo esto simplemente porque no poseen las mismas creencias, lengua o costumbres que los españoles estaban tratando de inculcar al pueblo mexicano. Dicha intolerancia por las diferencias culturales sigue viéndose hoy en día, lo cual ya no debe de ser permitido. De acuerdo con los Derechos Humanos de la segunda generación (que comprenden los sociales, económicos y culturales), se enuncia que toda persona tiene derecho a la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, entonces, por ley deben respetarse las ideas culturales de cualquier individuo. Además, dentro de los derechos humanos de tercera generación, también se enuncia el derecho al desarrollo cultural de los distintos grupos que conforman a un Estado, por lo cual, la cultura de las distintas etnias del país debe de impulsarse para que sea desarrollada, ya que es su derecho, y es una gran equivocación tratar de reprimirla. 

Actualmente, nuestro país, como muchos, está en constante búsqueda del crecimiento económico, y, debido a el pensamiento erróneo de que las diferentes etnias continúan viviendo en su mundo retrógrado, les han denegado ampliamente a dichos pueblos, su derecho al desarrollo. Como resultado observamos su gran rezago económico, y la manera en que se convierten en los grupos más empobrecidos de México. Este rezago económico, este problema de pobreza, es cuestión de una dimensión social; todo se debe a que existe una sociedad indiferente a todo lo que puede ser aportado por estos grupos, no existe una búsqueda del crecimiento y desarrollo común, debido al individualismo y egoísmo de algunos capitalistas. Si queremos que México sea un país desarrollado, primero debemos empezar por la búsqueda de la unión de los diferentes grupos y sociedades existentes para así poder llegar a un crecimiento común, como lo mencionamos anteriormente.

Por otro lado, si nos vamos a una de las principales causas por las que los pueblos indígenas han sido vistos como parte de una cultura inferior, primitiva, e intrascendente, llegamos a la conclusión de que hemos sido nosotros mismos los que formamos dicho estereotipo, ya que hemos excluido a dichas etnias de los procesos de adopción de decisiones e involucramiento con la misma sociedad. Esto solo nos coloca como una sociedad ignorante e intolerante, ya que dejamos que simples prejuicios nos lleven por un camino que nos conduce hacia la discriminación racial, lo cual nos pone en evidencia de que tomamos a otros como medios, y no como fines, tal y como dice Kant que no debemos hacerlo en su imperativo categórico; todos somos iguales, y debemos ser tratados como lo que somos, no como medios, lo cual muchas veces sucede con los indígenas porque son “usados” para mano de obra, trabajo y explotación.

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