Mi Experiencia

Cada uno de los ensayos cautivó mi atención e inmediatamente comenzaron mis pensamientos a fluir y lo más que odio: comencé a reevaluar mi vida, mi futuro. En “¡Adentro!” Miguel de Unamuno comienza hablando del alma, de buscar en nuestro interior donde podemos encontrar lo mejor de nosotros; sobre la codicia junto con la falta de ambición; que muchas personas pierden miles de oportunidades por perseguir solo una. En eso entonces menciona una de las frases que mas me cautivo: “Si te dijesen que es ése tu centro, contéstales: ‘¡mi centro está en mi!’. Siempre he creído en que realmente todo lo que somos, y lo más que buscamos se encuentra en nuestro fondo, solo que debemos de saber cómo y cuándo buscarlo. Existe un momento preciso. Además, todo aquello que queramos lograr depende de nosotros, y de cuanto esfuerzo le pongamos, porque el que quiere puede y lo consigue, claro está, Dios mediante. Más adelante leo algo de lo que siempre he hablado con mi mejor amiga… ”No hace el plan a la vida, sino que ésta lo traza viviendo. No te empeñes en regular tu acción por tu pensamiento; deja más bien que aquella te forme, informe, deforme y transforme éste. Vas saliendo de ti mismo, revelándote a ti propio; tu acabada personalidad está al fin y no al principio de tu vida; solo con la muerte se te completa y corona.” Pienso que uno si debe de tener un lugar donde mirar, una meta trazada, pero no toda una vida planeada. Nunca digas ‘de esta agua no beberé’ porque a la hora de la verdad nunca se sabe que nos ofrezca el futuro. He visto muchas personas (y lo he vivido propiamente) gastando saliva en lo que harían si enfrentaran con cierta situación, y cuando pasa hacen todo lo contrario. Cuando hablan no hay sentimientos ni emociones con las que luchar, mas aun cuando se encuentran con el dilema es en todo lo que piensan, y al menos yo, muchas veces me dejo llevar más por lo que me dicta el corazón, que mi pesimista razón. En todo caso, si algo malo llega a pasar o cometo un error por emoción, tengo una historia más que contarles a mis hijos y nietos. Tal vez de eso ellos puedan sacar algo más positivo que yo, aunque nadie aprende por cabeza ajena. También cada día uno aprende y descubre algo nuevo de sí mismo, cada día es diferente, cada día uno se forma. Cada mañana renaces.

Seguía mi lectura y me encontré con un poco de mitología griega, que me encanta, por supuesto fue lo más que me lleve del ensayo, y donde centre mi interés, pero no podía decir mucho más porque de Unamuno ya lo había dicho todo. Mi alma en dos oraciones. “Morir como Ícaro vale más que vivir sin haber intentado volar nunca, aunque fuese con alas de cera. Sube, pues, para que te broten alas, que deseando volar te brotarán.” Prefiero mil veces decir lo intente y fallé, a que estar preguntándome en la eternidad que pudo haber sucedido. Aun sabiendo en un principio que hay 98% de probabilidad que falle, que salga llorando y con el corazón hecho cantos, voy por ello. ‘El que no arriesga no gana, y a veces perdiendo también se gana’. Puede que saque más de la muerte, que del resto de mi vida (en referencia a Ícaro).

Tanto más por leer, y seguía, hasta que llegue a la ultima y palabra clave... ¡Adentro! La que le dio nombre al ensayo, y de donde salía todo, todo aquello que me hizo pensar y con lo que me pude identificar. Entonces es cuando me encuentro con el titulo de ¿Podemos ser felices? No un tema tan diferente porque en mi opinión la felicidad viene de adentro, no creo que nadie te la pueda dar, puede que te la complemente, pero no te la da.

Luego de un instante me vino la pregunta al pensamiento, ¿soy feliz? Pero, no pude contestarla,

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