PARAFRASIS CAPITAN MONTOYA
xanatcasandra19 de Enero de 2012
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PARÁFRASIS
“EL CAPITÁN MONTOYA”
Se encuentra el capitán de pie fuera de la capilla, sin sospechar lo que ahí dentro acontecía.
El observaba desde afuera con un aspecto sombrío una muchedumbre entristecida y justo en medio de ella un sarcófago.
Ahí en el ataúd yace un cuerpo inerte que el ha podido vislumbrar gracias a la luz de las velas que alrededor de este se encuentran.
Los monjes recitan sus cantos que han de ser para esa ocasión y lo iluminan con sus luces algunos ayudantes.
De haber mucha gente ahí casi no se aprecia lo que el muerto esta vistiendo, pero aunque sea de lejos se ve que este tenia mucho dinero.
Mientras su alma en paz se esta yendo las personas que allí están se van despidiendo.
Van despidiéndolo con oraciones, agua bendita y sus cantos.
Pero no todas esas bendiciones son sinceras. Aunque haya muerto no quita el daño que les hiso.
Las personas aún le guardan rencor y entre murmullos lo maldicen.
Cada vez mas sus bendiciones se van convirtiendo en maldiciones que el difunto se lleva el mas allá.
Las maldiciones van cada vez más en aumento, son cada vez más siniestras.
Las personas no hacen mas que recordar todo el daño que les causo, desearían ellos que él se fuera al mismo infierno.
Pero algunos otros piden que su alma sea perdonada.
Don Cesar no puede creer lo que sus ojos ven, al fin se decide y le pregunta a uno de los afligidos que es lo que pasaba.
Don Cesar pregunto quien era aquel difunto a lo que el enlutado le respondió: -Es el Capitán Montoya-
Este se quedo perplejo pero lo ignoró.
Creyó que se burlaba de el ya que eso era imposible, él estaba ahí.
Avanzó dentro de la iglesia y que veía que alguien cavaba el hoyo donde pondrían el féretro.
Entonces preguntó para quien es esa fosa y él le respondió: para capitán Montoya.
Comenzó a creer que el funeral era por él, pero entro en razón porque para él no podía ser.
Entonces Don Cesar lo miró pero por mas que quiso no pudo recordar quien era, su cara era horrible descolorida y pálida, se dio la vuelta y vio que todos los demás eran iguales; con sus rostros con expresiones pobres, feas y tristes.
Hasta que vio a alguien de rostro noble, y volvió a preguntar quien es el que se encuentra en el féretro a lo que le respondió el capitán Montoya.
Asustado fue hacia el ataúd a mirar si lo que le decían era cierto, valla sorpresa la que se llevo al descubrir que era él; si él estaba ahí entonces que le pasaba.
No puede dejar de contemplarse a si mismo dentro de esa caja negra y fúnebre.
Es verdad, el que ahí dentro está es el Capitán Montoya, mas sin embargo el aún no lo puede creer, sigue atónito de tanta impresión.
Don Cesar voltea de nuevo a la multitud y descubre que poco a poco se van, pero observa bien y descubre que ahí también están Fadrique y Doña Diana.
Les implora que lo miren que lo reconozcan pero ellos están idos, no responden.
Montoya desesperado comienza a preguntarse si alguien lo puede reconocer, pero de repente desde el altar de la iglesia le habla una voz, le dice que es Inés.
Su amada Inés a él lo llamaba ella era un fantasma y a él ya le consideraba muerto.
Apenas dijo esto cuando este fantasma ya estaba detrás de él contemplándolo mas el no la pudo reconocer.
Ella lo llamaba para que fuera con el ya que los dos muertos estaban.
Él le preguntaba desesperado si aquel era el final de todo, le suplicaba.
De pronto algo sucedió ellos ya no se encontraban en el Templo si no en la Cruz del Olivar, aquella mujer era Ginés.
Sorprendido Don Cesar hiso todo tipo de preguntas, descubrió que él lo sacó de la iglesia; pero él no vio a nadie allí solo
...