PRUEBA LEYENDA Y MITO
Enviado por solekaczo • 9 de Septiembre de 2014 • 1.491 Palabras (6 Páginas) • 625 Visitas
Prueba Coef. 1 Lenguaje y Comunicación 4º años
NOMBRE:__________________________________________CURSO:____________ FECHA:_________
PTJE. IDEAL:__47__PTJE. OBTENIDO:_____ ____NOTA:_______
Unidad 1
OA3 Lee y profundizar leyendas y mitos. OA4 Profundizar su comprensión de las narraciones leídas: › extrayendo información explícita e implícita. OA 12 Usan verbos variados.
OA21Escribir correctamente para facilitar la comprensión por parte del lector, aplicando todas las reglas de ortografía literal y puntual aprendidas en años anteriores, además de: acentuación de palabras agudas, graves, esdrújulas y sobreesdrújulas
I.- Lee atentamente los siguientes textos:
Texto 1
PEGASO
Pegaso era un caballo con alas que nació de la sangre de la Gorgona Medusa, cuando Perseo le cortó la cabeza.
Vivía en el monte Helicón; al poco tiempo de nacer dio una coz en una roca del monte y en ese lugar surgió una fuente que sirvió de inspiración a los dioses y por eso, desde entonces, las musas lo cuidaban y alimentaban en invierno cuando no tenía hierba para comer.
Como era un caballo mágico muchos hombres quisieron poseerlo pero ninguno podía atraparlo. Hasta que llegó Belerofonte, príncipe de Corinto, que le pidió ayuda a la diosa Atenea para capturar a Pegaso y ésta le regaló unas bridas de oro con las que sería fácil domar a Pegaso. Belerofonte fue con las bridas al prado preferido de Pegaso donde lo encontró paciendo tranquilamente y cuando se le acercó se dejó montar sin resistirse.
Pegaso ayudó a triunfar a Belerofonte en sus aventuras contra la Amazonas y la Quimera.
Desgraciadamente Belerofonte se volvió muy orgulloso y se paseaba montando en Pegaso diciendo que podía volar como los dioses. Un día se atrevió a subir al monte Olimpo y cuando lo vio Zeus, el padre de todos los dioses, se enfadó mucho y lo castigó haciendo que una mosca picara a Pegaso que tiró a Belerofonte anda solo por el mundo, rechazado por los dioses, sin poder hablar con nadie. Texto 2
LA LAGUNA DEL INCA
(adaptación)
Antes de que los españoles llegaran a estas tierras, los Inca habían extendido sus dominios hasta las riberas del río Maule, y como se consideraban hijos del Sol, esas cumbres andinas eran el escenario ideal para realizar sus rituales y ceremonias religiosas.
Las blancas y poderosas montañas de la cordillera de los Andes eran para este pueblo lugares sagrados, y por esa razón construyeron en ellas ciudadelas y templos, los que eran utilizados para hacerle ofrendas a Inti, el dios Sol, creador del universo. No es de extrañar, entonces, que los integrantes de la nobleza Inca celebraran sus matrimonios en aquellas alturas.
Según cuenta la leyenda, el príncipe inca Illi Yupanqui estaba profundamente enamorado de la princesa Kora-llé, la mujer más hermosa del Tawantin suyo, el enorme imperio incaico. Los príncipes, que se profesaban un intenso y puro amor, decidieron casarse y escogieron como lugar para la boda una cumbre ubicada a orillas de una clara y bella laguna. De esta manera, el matrimonio se realizó según las estrictas normas incas y en medio de un majestuoso paisaje natural. Cuando la ceremonia nupcial concluyó, Kora-llé debía cumplir con el último rito, que consistía en descender por la ladera del escarpado cerro, adornada con su elegante traje y sus espléndidas joyas y seguida por su numeroso séquito.
Así lo hizo, tratando de mantener el equilibrio a pesar del difícil descenso. Pero este camino era estrecho, cubierto de piedras resbalosas y bordeadas por profundos precipicios. El fuerte y frío viento cordillerano también la empujó hacia el abismo. Fue así como la princesa, mientras cumplía con esta tradición, cayó fatalmente al vacío. Illi Yupanqui, al escuchar los desgarradores gritos de su mujer y del séquito que la acompañaba, se echó a correr, pero cuando llegó al lado de la princesa, esta ya estaba muerta. De nada sirvió su agilidad y su fuerza; de nada sirvieron sus lágrimas, sus súplicas y los tiernos abrazos con los que estrechó a su esposa. Angustiado y lleno de tristeza, el príncipe decidió que Kora-llé merecía un sepulcro único, por lo que hizo que el cuerpo de la princesa fuera delicadamente depositado en las heladas profundidades de la laguna.
Cuando Kora-llé llegó a las profundidades envuelta En blancos linos, el agua mágicamente tomó un color esmeralda, el mismo de los ojos de la princesa. Todos quienes acompañaban al príncipe presenciaron con asombro ese milagro. Se dice que desde aquel día la laguna del Inca está encantada. Hay quienes aseguran que en ciertas noches de plenilunio el alma de Illi Yupanqui vaga, solitaria y triste, por la quieta superficie de la laguna esperando a su amada, iluminada por el color esmeralda
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