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Planificacion Linguistica


Enviado por   •  8 de Mayo de 2015  •  2.265 Palabras (10 Páginas)  •  704 Visitas

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La Planificación Lingüística

Es definida como planificación de cambio de liberados en las formas de uso de lenguaje. Los responsables de tales cambios deben adoptar decisiones de políticas y filosofía educativas sobre la base de realidades lingüísticas. Sin embargo, no existe una definición única y universalmente reconocida de la planificación, incluso hay desacuerdos respecto al termino que habría emplear para denominar esa actividad.

La Planificación Lingüística no es la primera expresión que apareció en los estudios publicados sobre el tema; tal vez el primer nombre que se le dio fue ingeniería lingüística (Miller, 1950). A veces se emplea políticas lingüísticas como sinónimo de planificación lingüística, pero el más popular y común es ese último.

Tiene como importancia la planificación lingüística establecer en una política pública que debe ser administrada y evaluada por las autoridades gubernamentales, destacando la idea de crear las condiciones para los intercambios lingüísticos y el respeto por el uso de la lengua materna en grupos minoritarios, como sería el caso de las comunidades sordas.

Con relación a la Comunidad Sorda Venezolana, entendida igualmente como comunidad o grupo lingüístico minoritario, no se tiene referencia alguna sobre las políticas educativas cuya base sea la Planificación Lingüística.

Las Políticas Educativa orientadas a satisfacer las necesidades e intereses de las personas sordas, en nuestro país, están contempladas en el marco de la Modalidad de Educación Especial.

En tal sentido, existe la “Conceptualización y Políticas de la Atención Educativa Integral del Deficiente Auditivo” (Ministerio de educación, 1997). Este documento es oficial constituye el basamento legal y teórico que sustenta la acción educativa.

Elemento de Variación Lingüística

La Variable Lingüística es una unidad de la lengua (fónica, léxica, gramatical, discursiva) en cuya realización difieren los hablantes según variables sociales del tipo edad, sexo, nivel sociocultural, lugar de origen o grado de instrucción.

Por otro lado, en la moderna sociolingüística se produce un cierto cambio en la percepción y la explicación de la variación diatópica: de concebir la lengua como un sistema propio de una determinada área geográfica, del que se derivarían los usos de las otras áreas, se habría pasado a la conciencia de la variación diatópica, que implica concebir todos las realizaciones lingüísticas como dialectos o variedades geográficas de una misma lengua.

En cuanto a los tipos de variación, se distinguen, por un lado, las variaciones determinadas por las características personales de quien emplea la lengua y, por otro lado, las variaciones condicionadas por factores del contexto:

1. La variación lingüística relacionada con el usuario tiene que ver con la interrelación entre variedad lingüística y características del hablante:

a. Según su origen geográfico, se distingue entre dialectos o variedades diatópicas

b. Según su formación cultural, se establecen distintos niveles de lengua o variedades diastáticas.

c. según su edad o profesión, se distingue entre jergas o lenguas especiales.

2. La variación lingüística determinada por el contexto de uso caracteriza los distintos registros de lengua, también llamados variedades funcionales o diafásicas.

La variedad lingüística hace referencia a la diversidad de usos de una misma lengua según la situación comunicativa, geográfica o histórica en que se emplea y según el nivel de conocimiento lingüístico de quien la utiliza. Así pues, en función de la variable que interviene, se distinguen cuatro tipos de variedades: las variedades funcionales o diafásicas (los registros de lengua), las variedades socioculturales o diastráticas (los niveles de lengua), las variedades geográficas o diatópicas (los dialectos) y las variedades históricas o diacrónicas.

Las variedades diafásicas se refieren a los usos lingüísticos exigidos por cada situación, en la que el hablante, o bien mide el alcance de sus palabras, como en una entrevista, un discurso, una conferencia..., o bien hace un uso relajado y espontáneo del lenguaje, como ocurre al hablar con la familia o con los amigos.

Las situaciones del primer grupo pertenecerían a un registro formal, mientras que las del segundo pertenecerían a un registro informal o coloquial. Los límites entre ambos registros no son tajantes, por lo que se puede hablar de situaciones intermedias.

La variedad diafásica está condicionada por tres factores: el oyente y el hablante, el marco en el que se produce la intercomunicación y el tema del que se habla.

* El hablante y el oyente.

La relación entre hablante y oyente determina en gran medida nuestra elección de una variante. Las lenguas poseen formas de expresar la mayor o menor formalidad de la situación. El español, por ejemplo, posee distintas maneras de dirigirnos a nuestro interlocutor. Sin embargo, no las utilizamos en las mismas circunstancias comunicativas. (Don o Doña y usted son formas de respeto, las utilizamos cuando no conocemos a nuestro interlocutor o cuando su posición social así lo exige). Sin embargo, cuando se generaliza un determinado uso se produce su desvirtuación como fórmula de tratamiento y pasa a ser despectivo, como sucedió con vos en los Siglos de Oro. Algo similar parece suceder hoy con usted, que puede indicar respeto, pero también distanciamiento o enfado con respecto a nuestro interlocutor.

*El marco de la comunicación

No nos vestimos igual para ir a clase que para ir a una boda o a una entrevista de trabajo. Y lo mismo sucede con nuestra actividad verbal. Nadie se expresa de la misma manera –o no debe hacerlo si quiere tener éxito- en su casa, en clase o en una entrevista de trabajo. Con el término marco designamos el entorno de la comunicación como elemento de variación en el uso de la lengua.

*Tema:

Por último, nuestro uso lingüístico también está condicionado por el tema de que hablemos. No hablamos de igual manera de nuestra vida privada, nuestras aficiones, nuestro trabajo o nuestras ideas: la formalidad varía en cada caso. Esto sucede porque los temas de conversación suelen responder a situaciones comunicativas específicas y, en consecuencia, asociamos los temas con los niveles de formalidad (no hablamos de la misma forma de nuestro entretenimiento favorito, de nuestros problemas con las matemáticas o de nuestra

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