Proyecto Ortografia
Enviado por pilytz • 12 de Octubre de 2013 • 961 Palabras (4 Páginas) • 252 Visitas
Santiago y Juan eran dos hermanos que traían un poco cansada a su madre. En el colegio eran muy malos estudiantes. En casa, su habitación era un completo desorden con la ropa tirada de cualquier forma, los zapatos fuera del armario y sin limpiar, los cuadernos amontonados sobre las sillas, la mesa de estudio llena de cómic, los bolígrafos perdidos. Y eran un mal ejemplo para su hermana pequeña, que ya empezaba a imitarles dejando los juguetes tirados de cualquier forma.
El padre había muerto unos años antes y la madre se vio con toda la responsabilidad de hacer de aquellos hijos buenos ciudadanos, y para ello trataba de llamarlos al orden a fuerza de razonamientos, pero ellos no prestaban atención a las palabras.
Un domingo, al llegar a casa, se encontraron con una sorpresa, A la entrada del pasillo había una gran pancarta en la que decía: MAMÁ EMPIEZA UNA HUELGA DE BRAZOS CAÍDOS HASTA QUE NO SE VEAN ATENDIDAS SUS REIVINDICACIONES: REBAJA DE HORARIO LABORAL Y AUMENTO DE SUELDO.
Se miraron y se echaron a reír; mamá, a todas luces, bromeaba. Si no hacía ella el trabajo de la casa, ¿quién lo iba a hacer?
Y lo del sueldo era todavía más divertido porque ella no cobraba nada por limpiar, guisar, lavar y planchar, esas eran unas obligaciones suyas que nadie discutía.
Encontraron a su madre en el cuarto de estar relajada, oyendo música mientras leía un libro. Les miró y se limitó a decirles: la pequeña y yo hemos comido; para vosotros preparad lo que veáis.
Así es que la huelga de mamá iba en serio. Lo comprobaron al ver que era la hora de comer y ni siquiera estaba puesta la mesa ni había indicio de comida. Se hicieron unos bocatas y vieron que en el fregadero estaban los cacharros y los platos que habían usado para comer su madre y su hermana.
En la habitación se encontraron sin hacer las camas y la ropa sucia tirada en el suelo.
¡Qué fastidio!, dijeron a dúo.
Mamá los miraba burlona y sonreía mientras hacía planes con sus amigas para irse al cine.
Al llegar la noche decidieron con sus ahorros comprar una pizza para la cena.
Habían pasado un mal día y pasaron peor noche con la ropa sucia por el suelo, ya que empezaba a despedir mal olor.
Al día siguiente empeoraron las cosas. Como no querían ensuciar cacharros para tenerlos luego que fregar, no se prepararon el colacao, y la leche la tomaron fría de la nevera con unas galletas que se encontraron en la despensa.
Cuando volvieron del colegio, como el día anterior, la madre y la hermana pequeña ya habían comido, con lo que habían aumentado los cacharros sucios del fregadero. Ellos no habían pensado en que se tenían que preparar la comida, por lo que malhumorados se volvieron a preparar otro bocata, ahora con pan duro y tuvieron que renunciar al postre porque se había acabado la fruta.
Por la noche se frieron unos huevos, por lo que la
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