Rafael Garcia
Enviado por nata.c.s • 29 de Agosto de 2013 • 2.194 Palabras (9 Páginas) • 248 Visitas
Yo quiero invitarlo a usted a entregarse, a suplicar a Jesucristo que le envíe su Espíritu Santo. Ore continuamente, ore en pequeños grupos, porque donde dos o tres estén reunidos en el nombre de Jesús, allí estará Él. Ore para que se efectúe en usted el bello milagro de Pentecostés: el milagro de la perfecta conversión, el milagro del amor inusitado, el milagro de la alegría y del entusiasmo invencible por la propagación del Reino de Dios.
En su tarea evangelizadora y de promoción vocacional, desde 1935 empezó el padre Rafael a desplegar gran actividad literaria con sus “Cuentos”, de los que publicó unos 250 a lo largo de su vida; luego fueron apareciendo muchos otros escritos: obras teatrales, vidas de santos, crónicas, oraciones, páginas espirituales, etc. El padre Rafael fue un místico y reflejó su experiencia interior en sus conversaciones, predicaciones, enseñanzas y escritos. Éstos, recogidos en diversos libros y folletos, han alcanzado varias ediciones. En la colección de Obras Completas del P. Rafael García Herreros, han visto la luz ya 24 tomos, con temas como: Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo, la Iglesia, la Virgen María, el cristiano, Colombia, la paz, la justicia social…
La primera inquietud del padre Rafael siempre fue amar y servir a Dios:
Palabras a Dios... ¡A Dios infinito, a Dios como una Realidad! Tú eres mi Dios. Mi infinito. Mi Realidad. Quiero recordar simplemente que Tú eres una Realidad, que no eres una palabra ni eres un sueño ni sólo un concepto, sino que eres algo real, absolutamente real…
Hablemos del amor de Dios. Yo quiero hablarles de Ti, Dios mío. De tu infinito amor, de tu infinita belleza, de tu infinita ternura. Quiero invitarlos a todos al amor. Quiero invitarlos a todos a sumergirnos en el abismo de Dios, de su infinita grandeza, de su infinito perdón, de su infinita misericordia.
Quiero decirles a todos ustedes que aprendamos a dar gracias, porque Dios nos rodea de su amor y de sus bienes.
¡Quién te pudiera amar, Dios mío! ¿Quién pudiera cumplir tu voluntad momento tras momento? ¿Quién pudiera no olvidarte? ¿Quién pudiera hacerlo todo por Ti, no alejar el pensamiento de Ti? ¿Quién pudiera tener una idea clara de Ti? Todo lo demás es nada. Todo lo demás no llena. Todo demás da nostalgia.
El padre Rafael García Herreros tenía un profundo amor por la Palabra de Dios, que leía permanentemente y que impregnaba sus predicaciones:
A pesar de la infinita lejanía que nos distancia de Jesucristo, como Dios, sin embargo, estamos en una inmensa cercanía con Él, porque nos hace cuerpo suyo, miembros de su cuerpo y quiere que nosotros podamos decir: “En Él vivimos, nos movemos y somos”. “¿Quién nos separará del amor de Cristo? Ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados ni las potestades, ni lo presente ni lo porvenir, ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”.
Jesucristo, el infinito, el eterno, el adorable, el Hijo de Dios, igual a Dios, se aniquiló y se rebajó hasta ser hombre, hasta la muerte y muerte de cruz. Todo hombre cristiano, aun en los puestos más importantes, tiene la oportunidad de ser humilde, de ser modesto, de imitar a Jesucristo en su kénosis, que siendo Dios, tomó forma de siervo y siendo hombre, se humilló haciéndose obediente hasta la cruz.
En 1946 comenzó en Cartagena su actividad radial, con el programa “La hora católica”. En febrero de 1950 inició, también en Cartagena, el programa radial “El Minuto de Dios”, que transmitió luego desde Cali en enero de 1952, desde Medellín en septiembre de 1954 y desde Bogotá en diciembre de 1954. En enero de 1955, empezó la transmisión de “El Minuto de Dios” por televisión, programa diario (el programa vigente más antiguo de la televisión colombiana) a través del cual durante 38 años habló acerca de Dios, del hombre y de la patria.
El padre Rafael fue un predicador que llamó permanentemente a los colombianos a la conversión, a la entrega personal a Jesucristo por la acción del Espíritu Santo, y al compromiso en la vida cristiana, con énfasis en los sacramentos del bautismo y del matrimonio. La Conferencia Episcopal Colombiana le otorgó, el 27 de agosto de 1981, la medalla Inter Mirifica “por su infatigable labor al frente del programa el Minuto de Dios, con todo lo que supone de labor social y evangelizadora”.
La experiencia en comunicación social y el interés por propiciar la restauración de los valores cristianos en el país llevaron al padre Rafael García-Herreros a fundar una emisora en Bogotá y a desarrollar el trabajo de El Minuto de Dios a través de los medios de comunicación social. En mayo de 1987, con la bendición del señor Cardenal Mario Revollo Bravo, salió al aire la Emisora Minuto de Dios (107.9 FM estéreo), “una emisora para la gloria de Jesucristo”, con programación cultural y evangelizadora, que fue la semilla de nuevas emisoras.
De 1955 a 1958, el padre García Herreros fue director de la revista Cathedra, para sacerdotes.
En 1955 inició la atención a los pobres, la erradicación de tugurios y la construcción de viviendas, en diversos barrios de Bogotá. En 1956 comenzó, en la capital, el barrio Minuto de Dios, experiencia que el BID consideró modelo de erradicación de la pobreza.
Evangelizador y catequista, el padre buscó que el barrio fuera una comunidad cristiana organizada, solidaria y progresista, erigida canónicamente como parroquia San Juan Eudes, en 1965, por decreto del señor Cardenal Luis Concha. El P. García Herreros fue nombrado párroco, servicio que desempeñó hasta su muerte. Desde allí ejerció un liderazgo espiritual que se extendió por toda Colombia, impulsando la Renovación Carismática de la Iglesia Católica en el país. Propició la realización de retiros para sacerdotes, concilios de jóvenes, congresos de evangelización y conformación de grupos y comunidades de oración. En la parroquia florecieron diversos movimientos apostólicos, como Cursillos de Cristiandad, grupos neocatecumenales y, sobre todo, la Renovación Carismática.
Dotado de gran sensibilidad ante la belleza, el padre creó en el barrio Minuto de Dios, en 1966, el Museo de Arte Contemporáneo, con el propósito de apoyar a artistas jóvenes y hacer accesible el arte y la cultura a personas y familias de todos los estratos sociales. En 1971 se construyó el Teatro Minuto de Dios, de manera que el barrio se fue convirtiendo en una ciudadela educativa y cultural, “maqueta de la futura Colombia, proyecto de una ciudad
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