Semiótica.Conclusión
Enviado por Nayeli Letourneur • 17 de Mayo de 2023 • Documentos de Investigación • 591 Palabras (3 Páginas) • 161 Visitas
Conclusión
La semiótica, en todas sus actividades simbólicas, es la realidad del ser, de todo lo que puede ser dicho o simplemente pensado y por lo tanto significado.
No podemos pensar sin signos, y su existencia y relación con ellos es la base de la posibilidad de los signos, ya que ellos también son en última instancia "seres". Si queremos tener conexiones significativas con la realidad, es decir, con la esencia y la esencia, nos vemos obligados a crear otras entidades llamadas "símbolos" que nos permitan captar cosas que tienen un significado determinado. Por eso, los signos precedieron al estudio de la nueva ciencia de la semiótica. En conclusión, un logo es una simulación de la realidad que comienza en nuestra mente. Por lo tanto, es correcto decir que un pensamiento, una idea, es un símbolo porque representa otra cosa, cualquier entidad que percibimos por dentro y por fuera, o que simplemente es creada por nuestra imaginación. Pero también son signos muchos otros objetos construidos para sustituir otras cosas: fotografías, señales de tráfico, saludos... y cualquier otra cosa que en general podamos reconocer como signos. Sin embargo, esta relación requiere que alguien perciba la línea de conexión entre los dos objetos. Estas banderas están destinadas a identificar e interpretar a sus destinatarios. El receptor interpreta la denotación y la connotación de los símbolos. Comprenderlo requiere el conocimiento del código, el sistema de reglas que gobiernan la estructura de los símbolos. Y si hablamos de signos no verbales, como las señales de tráfico, es bien sabido que tales signos no se pueden aprender sin la participación de signos lingüísticos. Por tanto, la semiótica no es una ciencia independiente de la lingüística. Si en el campo de las definiciones generales la semiótica se caracteriza como una ciencia que carece de sustento, en el campo de los conceptos es aún peor. Todo el mundo reconoce que la palabra es un símbolo de dos partes. Esta distribución tan diversa de términos que clasifican las dos partes del signo muestra que la semiótica carece de una representación estricta y confiable de sus objetos. Pero esta anarquía absoluta alcanza no sólo la representación de las dos partes del signo, sino también la representación de sus relaciones mutuas. Es claro que la ciencia no puede construirse sobre tal revoltijo de formulaciones y conceptos que carecen de definiciones estrictas.
Podemos concluir que la semiótica, en la historia de la humanidad, ha sido de gran importancia debido a que, en la actualidad, gracias a la misma, podemos comunicarnos con más facilidad, ha aportado con lo que hoy conocemos signos de la comunicación. De hecho, se dedica al estudio de los sistemas de comunicación dentro de las sociedades humanas. Dentro de la misma, la semiótica se encarga de describir los procesos de comunicación no en términos de intercambio de mensajes, sino en términos de producción de sentido, de acción de los signos, de semiosis (es cualquier forma de actividad, conducta o proceso que involucre signos, incluida la creación de un significado), de procesos de producción de significado, de sistemas de significación, de procesos culturales o de intercambios simbólicos, todo lo cual parece expandir el espacio de pertinencia no sólo del objeto "comunicación" sino de su naturaleza ontológica, epistemológica y fenoménica. Es decir, desde el punto de vista semiótico, la comunicación no sólo aparece como la emisión y recepción de mensajes y tampoco aparece necesariamente vinculada a los medios de comunicación de masas, sino que aparece como algo más, como un elemento constructivo y generador de estructuralidad tanto a nivel biológico como a nivel social.
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