Simbad el marino.
Enviado por jimet65 • 14 de Diciembre de 2016 • Apuntes • 2.037 Palabras (9 Páginas) • 587 Visitas
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Cuarto viaje: Simbad compró gran cantidad de mercadería en Persia y tomó nuevamente un barco, con tal mala suerte que chocó con una roca en el viaje y perdió todo. Al naufragar llegó, junto a otros viajeros a una isla habitada por negros salvajes. Todos comieron yerbas y arroz que les ofrecieron, menos Simbad quien se sentía mal. Los negros se comieron a todos los amigos, menos a simbad quien se sentía enfermo. Lo dejaron a cargo de un viejo, del cual pudo escaparse. Después de 7 días encontró laplaya junto a un grupo de personas. Les contó su historia y aquellas personas lo llevaron ante el Rey, quien fue muy bueno con él. En ese reino no usaban riendas ni sillas de montar para los caballos, así que Simbad hizo una montura para el rey. Todos los ministros y nobles del reino le pidieron riendas y sillas de montar que les hiciera. Simbad pronto llegó a ser rico. Al poco tiempo, el rey le pidió que se casara con una dama de la corte, ante lo cual no se rehusó. Un día, al ir a darle el pésame a un amigo por la muerte de su mujer, se enteró que cuando la esposa muere, el marido debe ser enterrado vivo con su esposa. Así presenció dicho acontecimiento, el primer ataúd va la esposa vestida con joyas y trajes costosos y en el segundo ataúd va el marido con agua y 7 panes. Ambos son tirados en una cueva y luego tapados con roca. Al poco tiempo murió la esposa de Simbad y él debió vivir en carne propia la misma escena. Fue enterrado junto a su esposa. Dentro de la cueva vivió varios días gracias al pan y al agua y cuando estaba por desfallecer se dio cuenta que llegaba un animal a ese lugar. Lo siguió y encontró una salida que daba a la playa. Agradeció a Dios por haberse salvado. Decidió sacar todas las joyas de las personas que habían enterrado y se fue a la playa a esperar que un barco lo salvara. Después de unos días los encontró un velero. Debiódecir que había naufragado para que no lo descubran. Llegaron al puerto de Kela y de ahí zarpó a Basora. Entregó joyas en agradecimiento al capitán del velero.
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Quinto viaje: Simbad construyó un velero y decidió irse a la mar junto a otros amigos. Después de extraviarse a causa de una tormenta desembarcaron en una isla desierta. Ahí encontraron un huevo de ave Roc. Sus amigos rompieron el gran huevo y se comieron el polluelo. Aparecieron dos aves Roc y los atacaron lanzando gigantescas piedras hasta hundir el barco. Simbad llegó a una isla y encontró a un anciano extraño que le hablaba sólo por medio de señales. El anciano lo tuvo prisionero por varios días mientras cogía frutas para alimentarse. Un día Simbad encontró una calabaza grande y colocó jugo de uva. La dejó fermentar por varios días hasta formar vino. Bebió él y el viejo extraño, pero éste último se emborrachó y cayó muriendo al fondo de un precipicio. Simbad bajó a la playa y se encontró con unos marinos quienes le contaron que el anciano era el Viejo del Mar y que era la primera persona que se salvaba de él. Simbad navegó con aquellos marinos y en un determinado lugar que desembarcaron se dedicaron a recolectar cocos tirando piedras a los monos que estaban en la copa de los árboles. Ellos respondían tirando cocos. Una vez obtenida una gran cantidad regresaron a la ciudad obteniendo una buena suma de dinero por la venta de los cocos. |
Sexto viaje: Después de un año Simbad estuvo preparado para su sexto viaje. En esta ocasión el piloto perdió el rumbo y chocó el barco estrellándose contra una rocas. Una vez más había naufragado. Salvaron algunos alimentos y mercaderías. Lamentablemente, al poco tiempo empezaron a morir algunos compañeros. Cerca de la playa había una cueva en la que penetraba un río. Simbad decidió salvarse construyendo una balsa y entrando a esa cueva seguido por la corriente del río. Cargó la balsa con telas y trozos de cristal de roca. Pasaron muchos días en medio de la oscuridad sin saber hacia donde se dirigía. Un día despertó y se encontró en un país encantador. Los negros que lo encontraron lo alimentaron y lo llevaron donde su rey en la ciudad de Senderib. Narró la historia al rey el cual dio orden de escribirla en letras de oro. Simbad le regaló al rey algunos trozos de cristal de roca y éste le otorgó la posibilidad de retornar a su país. El rey le entregó una carta y algunos regalos para que llevara al propio príncipe de Simbad, el califa Harún ar-Rashid. Estos regalos eran un rubí, piel de serpiente que podía curar cualquier enfermedad, madera de aloe y una esclava de admirable belleza. Al llegar Simbad a su país entregó los regalos y el califa le dio las gracias y una recompensa en agradecimiento.
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Séptimo viaje: El califa pidió a Simbad llevar un obsequio al rey de Senderib. Fue difícil rehusarse por los peligros que había pasado, pero finalmente accedió. Le llevó al rey obras de arte de gran belleza más una carta. En rey, en agradecimiento, le dio a Simbad algunos regalos por sus servicios. Al partir, el barco fue atacado por piratas quienes les robaron los llevaron como esclavos. Él fue vendido a un mercader, quien al descubrir que Simbad maneja bien el arco y la flecha, lo llevó a un lugar boscoso donde debía disparar flechas a cuanto elefante pasara por ahí. Si alguno caía debía ir a la ciudad a avisarle. Al día siguiente hirió a un elefante y corrió a buscar a su amo. Regresaron al bosque y extrajeron los colmillos del elefante. Esta tarea la realizó por casi dos meses, pero un día los elefantes los sacaron del árbol, lo pusieron en su lomo y lo llevaron a un lugar que más tarde Simbad se dio cuenta que era el cementerio de elefantes. Corrió a la ciudad a avisarle a su amo, quien ya lo daba por muerto. Al llegar al cementerio se encontraron con una inmensa cantidad de colmillos y tuvieron tantos colmillos como un hombre puede recolectar en su vida entera. En agradecimiento, el amo lo dejó regresar a su país con bastante riqueza para tener una vida feliz. Llegó a Basora y se dio cuenta que el marfil valía mucho más dinero de lo que él pensaba. Después de terminar de relatarle todas sus historias, Simbad invitó a Simbad el Faquín a permanecer a su lado como mayordomo de su casa. Y vivieron fraternalmente hasta que fue a visitarlos la muerte.
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