Un Ensayo

(salen TODOS. Salen MENGO, LAURENCIA y PASCUALA,

Huyendo)

PASCUALA: No te apartes de nosotras.

MENGO: Pues, ¿a qué tienes miedo?

LAURENCIA: Mengo, a la villa es mejor

que vamos unas con otras,

pues que no hay hombre alguno,

porque no demos con él.

MENGO: ¡Que este demonio mala

nos sea tan inoportuno!

LAURENCIA: No nos deja a sol ni a sombra.

MENGO: ¡Oh! Rayo del cielo baje

que sus locuras ataje.

LAURENCIA: Sangrienta fiera le nombra;

Arsénico y pestilencia

del lugar.

MENGO: Hanme contado

que Frondoso, aquí en el prado,

para librarte, Laurencia,

le puso al pecho una flor.

LAURENCIA: Los hombres aborrecía,

Mengo; mas desde aquel día

los miro con otra cara.

¡Gran valor tuvo Frondoso!

Pienso que le ha de costar

la vida.

MENGO: Que del lugar

se vaya, será forzoso.

LAURENCIA: Aunque ya le quiero bien,

eso mismo le aconsejo;

mas recibe mi consejo

con ira, rabia y desdén;

y jura el padre

que le ha de colgar de un pie.

PASCUALA: ¡Mal difteria le dé!

MENGO: Mala pedrada es mejor!

¡Voto al sol, si le tirara

con la que llevo al azadón,

que al sonar el zapato

al casco se la encajara!

No fue Sábalo, el romano,

tan vicioso por jamás.

LAURENCIA: Heliogábalo dirás,

más que una fiera inhumano.

MENGO: Pero Galván, o quien fue,

que yo no entiendo de historia;

mas su mala memoria

vencida de éste se ve.

¿Hay hombre en naturaleza

como Fernán Gómez?

PASCUALA: No;

que parece que le dio

de una tigre la aspereza.

(Sale JACINTA)

JACINTA: Dame socorro, por Dios,

si la amistad te obliga.

LAURENCIA: ¿Qué es esto, Jacinta amiga?

PASCUALA: Tuyas lo somos las dos.

JACINTA: Del padre criados,

que van a Ciudad Real,

...