Un Final Muy Feliz

‘’ Un final no muy feliz’’

Era una hermosa tarde nublada, estaba yo sentado sobre una roca grande fumándome un cigarro y pensando que sería de mi vida. Pensaran ustedes ¿qué tal difícil podrá ser la vida de un lobo?, si no hacen sino dormir y comer, se equivocan señores yo tengo sentimientos, no siempre estoy feliz no siempre tengo ganas de vivir, pero aquella tarde era diferente sentía unas intensas ganas de vivir, el solo mirar el cielo nublado me daban ganas de revivir, hacer cosas que jamás había hecho como irme de parranda con mis amigos o incluso ir donde ‘’las niñas’’. Pero quien iba a imaginar que tan hermosa tarde se convertiría en el principio de mi fin. Salía yo del bosque decidí bajar a la ciudad a comprar unas manzanas, cuando tropecé con una cascara de plátano, la gente se burlaba diciendo: que lobo más idiota, se nota que viene del monte, pero yo no prestaba atención a eso solo agachaba la mirada diciendo en voz baja: ‘’hijueputas esos algún día me burlaré yo de ellos’’, pues sí aunque no lo crean soy súper orgulloso y vengativo, me tapé los oídos para no escuchar las burlas de la gente cuando levanté mi hocico vi la niña más hermosa que había visto, pensé que del golpe tan hijueputa estaba alucinando, pero no, era 100% real, ella me tendió su mano, me miró a los ojos y me dijo: levántate no le prestes atención solo son personas idiotas que no pueden comprender a un lobo como tú, yo me levanté y le dije: Acaso tú si me entiendes?¿ Que vas a saber tú de mi vida, le di la espalda y me marché. Me fui para la casa solitario, ninguno de mis amigos estaban se habían ido de vacaciones sin mí. Me senté sobre el techo a pensar en esa hermosa niña que me había cautivado es vergonzoso admitirlo pero hasta me sonrojé pensando en ella y en ese momento pensé que marica soy ¿acaso alguien como ella se fijaría en mí?, un guevon todo peludo y feo, en ese momento pensé: tal vez si cambio ella se fijará en mí, entonces bajé a la casa cogí una máquina de afeitar, unas tijeras y procedí a cortarme el cabello y depilarme los brazos, las piernas y la espalda, me hice en el cabello en una hermosa cresta, me miré en el espejo, me guiñé el ojo y me dije: Ahhh¡¡¡ que hijueputa más pasta, entonces salí a la ciudad a caminar con la esperanza de encontrar de nuevo a aquella princesa, pero lo único que encontré fueron burlas de la gente, me señalaban y me decían: miren que malparido tan feo, me sentí humillado y pisoteado solo me provocaba agarrarlos y darles una putiza a cada uno, pero fue entonces cuando apareció esa hermosa niña de nuevo, se me acercó y me dijo: te ves bien así y me guiñó el ojo, yo agaché el hocico y le dije: no te burles de mí, ella me cogió de la mano y me dijo lo que realmente importa es si eres lindo por dentro, me sentí conmovido y a la vez insultado: solo pensaba: ay que linda pero al mismo tiempo pensaba: estaba malparida

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