VALLE-INCLÁN

VALLE-INCLÁN

I.- CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL

        Los últimos años del siglo XIX suponen uno de los periodos más negros de la historia de España. En esta etapa se suceden los cambios de gobierno, los golpes de Estado, hubo monarquías, una dictadura, una república, guerras y revueltas ciudadanas. Estos cambios constantes sólo significaban una enorme incapacidad para solucionar los problemas del país.

        Por si fuera poco, el Imperio español tocaba a su fin. A lo largo de todo el siglo XIX se habían ido independizando las repúblicas americanas sin que desde España se hubiera hecho más que lamentarse. La indiferencia presidió todo el proceso de desmoronamiento del Imperio. Sin embargo, la guerra con Cuba caló en lo más hondo del sentimiento español, porque era un punto clave para la economía española y porque era el último bastión que quedaba del desmoronado imperio. El enfrentamiento con Estados Unidos por la isla ocasionó una derrota bochornosa, a pesar de que en España se había vendido la idea de que la victoria sería fácil.

        Mediante el Tratado de París, España se vio obligada a ceder Filipinas y Puerto Rico a los Estados Unidos y a conceder la independencia a Cuba.

        La situación social de España en estos momentos era calamitosa: subdesarrollo, pobreza, analfabetismo, injusticia social...

        El siglo XX también fue dolorosamente convulso, incluyendo los tres años de guerra civil (1936-1939). En el ámbito internacional, la situación tampoco es mucho más tranquila. Baste citar como ejemplos la I Guerra Mundial (1914-1918), la Revolución Rusa de 1917 o la gran crisis económica de 1929. Todos estos hechos influirán también tanto en la política como en la literatura española.

        Paralelamente a todos estos hechos, la vida cotidiana en España era de una dureza extrema. La situación del campo es penosa, y en las ciudades se vive en condiciones lamentables. Con el desarrollo de la industria, la aristocracia pasa a un segundo plano, cediendo el terreno a una burguesía cada vez más fuerte, tanto a nivel económico como político. A su vez, el proletariado se va organizando en partidos y sindicatos. Entre ambos polos (la alta burguesía y el proletariado) encontramos otra clase social: la pequeña burguesía, sin ningún poder de decisión, deprimida, encerrada en sí misma, abocada al pesimismo. Esta clase es la cantera de la que nacerán los grandes escritores de este momento.

        II.- CONTEXTO LITERARIO: MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98

        Las corrientes artísticas de este momento son variadas, contradictorias y se entrelazan confusamente, pero en todas ellas se puede apreciar una característica común: la reacción contra el realismo-naturalismo en arte, contra el positivismo en filosofía y contra el conformismo en la vida burguesa.

Estas formas de pensamiento artístico se están dando simultáneamente en muchos países de Europa, y en España van a tener también su repercusión. En, los nuevos autores españoles van a adoptar dos posturas diferentes:

1. Unos se preocupan fundamentalmente del arte. Su rechazo del mundo materialista y gris les lleva a buscar la belleza, lo raro, lo exótico, a través de un lenguaje preciosista. Son los llamados "modernistas".
2. Otros no aceptan quedarse sólo en el esteticismo. Su preocupación se centra en el tema de España, cuyos problemas y decadencia tratan de analizar en su literatura, mediante el uso de una lengua sobria con la que expresar sus inquietudes sociales, históricas y culturales. Son los miembros de la Generación del 98.

        Pese a esta diferencia, los límites entre Modernismo y 98 no están muy claros, y hay algunos autores, como Valle-Inclán y Antonio Machado, que participan de ambas tendencias.

        EL MODERNISMO

        1.- Los orígenes de la poesía modernista

        Los primeros síntomas de renovación de la lírica se van a dar hacia 1890 en Hispanoamérica, donde desean separarse de las modas literarias de España y vuelven los ojos hacia otros países, sobre todo Francia. En este país, hacia mediados del siglo XIX  surge un tipo de poesía "pura", es decir, que busca casi exclusivamente la belleza de las formas sin preocuparse excesivamente del contenido. A la tendencia de poesía pura pertenecen dos movimientos:

a) Parnasianismo, cuyo lema es "el arte por el arte". Buscan una poesía bella, serena y equilibrada. Evocan temas de mitología griega, exóticos ambientes orientales y civilizaciones remotas (Egipto, los pueblos germánicos, la España medieval).

b)Simbolismo. Aunque también buscan la belleza, tratan de ir más allá, y construyen una poesía llena de símbolos con los que tratan de aludir a otras realidades ocultas.

Lo más importante en cuanto a su forma es que usan un lenguaje marcadamente musical.

        2.- La estética modernista

        El Modernismo es una síntesis de Parnasianismo y Simbolismo, pero por encima de todo, tanto en temas como en estilo, el Modernismo está presidido por la búsqueda de lo bello (no en vano toman como símbolo al cisne, el animal que representa la belleza):

        a) Los temas.- Se pueden dividir en dos grandes bloques:

        1.- Los que se dirigen hacia lo exterior, en los que domina el ansia de evasión: El rechazo de la realidad en que viven provoca en los modernistas la creación de mundos ideales de belleza por medio del sueño y la imaginación. La evasión puede ser espacial (mundos exóticos como China, Japón, India) o temporal (época clásica, Edad Media, Renacimiento). Este universo idílico aparece poblado de dioses, princesas, musas, ninfas, que viven en jardines y palacios de ensueño, en los que abundan los metales y piedras preciosas, las sedas, las flores exóticas, los objetos valiosos. Además se impone el cosmopolitismo: los poetas huyen del provincianismo tan típico del Realismo, y se sienten ciudadanos del mundo, cuya capital es París. Se busca siempre lo aristocrático y exquisito.

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