VARIEDAD ESTANDAR
Enviado por unrecord027 • 3 de Noviembre de 2018 • Ensayo • 1.604 Palabras (7 Páginas) • 236 Visitas
Variedad estándar
Rossana Santos Salazar
El término estándar es una castellanización de la voz inglesa standard. En el español esta palabra se emplea como adjetivo para referirnos a algo que sirve como modelo o referencia como, por ejemplo, un “diseño estándar” que alude a un diseño común o un “servicio estándar” que refiere al servicio regular. Como sustantivo, en cambio, la palabra adquiere connotaciones positivas pues también refiere a calidad, como cuando hablamos de estándares de producción. En el ámbito lingüístico, a pesar de la manera particular en que cada hablante hace uso de su lengua, también se reconoce la existencia de un estándar, una forma de hablar o de escribir que recibe el nombre de variedad estándar.
Una variedad estándar es una forma de hablar o de escribir que socialmente se ha impuesto sobre otras formas lingüísticas como una variedad de mayor prestigio y que cumple, en este sentido, una función supradialectal (Cassany, Luna, & Sans, 2007), pues se presenta como modelo de corrección. Orienta el diseño de programas escolares, la corrección editorial y la publicación de noticias internacionales. Esta función supradialectal del estándar es la que lo ha llevado a constituirse como la forma de comunicación más habitual en contextos formales académicos y profesionales.
El carácter prestigiador del estándar, sin embargo, no proviene de su aparente corrección. La lingüística advierte con insistencia que no existen formas lingüísticas más correctas que otras, pero sí formas más prestigiosas. Los hablantes tienen la percepción de que existen formas superiores de hablar, incluso de que existen lenguas superiores e inferiores. No obstante, esto no es verdad. Todas las formas lingüísticas sin excepción están compuestas de rasgos de pronunciación, de vocabulario y de gramática, que en sí mismos no pueden ser unos mejores que otros.
Decir que un rasgo lingüístico es superior a otro es tan absurdo como decir que un color es mejor o peor que otro. ¿Puede ser el color rojo intrínsecamente mejor que el azul o el verde? Todos los colores constituyen una sensación o una impresión que se produce en la retina como consecuencia de los rayos de luz que un cuerpo refleja y absorbe. Los colores no son mejores unos que otros, son consecuencia del mismo fenómeno. Es cierto que algunos colores nos parecen más adecuados que otros en algunas circunstancias. Escribir un examen es mejor con lapicero azul o negro. Ir a una boda ajena con vestido blanco se ve muy mal. Pero esto no se debe a características inherentes a ellos, es un asunto puramente convencional. Lo mismo ocurre con el estándar. Si las lenguas son los colores, las variedades lingüísticas son simplemente tonalidades de una lengua. El estándar es un tono más del espectro. Hoy en día el estándar es la variedad adecuada para los contextos formales, pero no porque haya en ella una superioridad intrínseca, sino por mera convencionalidad.
¿Cómo logra imponerse una forma de hablar como la más correcta si no es realmente mejor ni superior? La verdad es que se impone por factores extralingüísticos. Un grupo social, política o económicamente dominante difunde a través de las instituciones, escuelas y medios de comunicación su forma de hablar y la propone como la forma correcta y de este modo se construye socialmente la idea de que existe una forma superior. Esto ocurre del mismo modo como una lengua hegemónica se convierte en la lengua oficial de un país. En otras palabras, ¿qué hace que una variedad se proponga como el estándar de una región o un país?, pues el poder del grupo que habla esa variedad. Por este motivo, por mucho tiempo se pensaba que la forma de hablar de los españoles era más correcta que todas las habladas en el continente americano; y por esa misma razón, la forma de hablar de la capital del Perú se impone hoy como variedad estándar del Perú.
Esta imposición de la variedad estándar fuerza a los hablantes a reprimir los rasgos regionales o sociales de sus variedades lingüísticas cuando se encuentran en contextos que exigen la variedad estándar, ya que suelen ser vistos como incorrecciones o usos impropios del idioma, a pesar de que son simplemente rasgos propios de otras variedades lingüísticas. La gran difusión del estándar, gracias a los recursos con que cuenta el grupo dominante que lo habla, y la atenuación de las formas lingüísticas no consideradas como parte de esa variedad son la causa de que el estándar sea la variedad que concentra los rasgos más generales de la lengua. Si en el Perú, llamamos, “churre” o “chibolo” o “ñaño” a un niño, el estándar nos exigirá usar “niño” en lugar de cualquiera de esas otras voces.
Si existe conciencia de nuestras particularidades lingüísticas regionales y sociales, este ejercicio de selección léxica no resultará difícil. Sin embargo, no ocurre lo mismo con algunos rasgos de pronunciación y construcción que quedarán en la forma de hablar de las personas revelándose como marca de origen. En este sentido, no existe un solo estándar, sino uno en cada región donde se habla un idioma. Cada estándar tiene rasgos particulares, pero la atenuación de los rasgos lingüísticos propios, regionales o sociales, hace que los distintos estándares sean más inteligibles entre sí, que las demás variedades dialectales o sociolectales.
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