ÉTICA NORMATIVA
Enviado por brenda0908 • 6 de Septiembre de 2013 • 1.035 Palabras (5 Páginas) • 554 Visitas
Gran parte de los problemas con los que se enfrenta la ética filosófica y la teología moral son de tipo normativo; es decir, que se refieren al juicio que se formula sobre la vida moral del hombre. Situarse dentro de ésta significa comenzar el tipo de reflexión específicamente ética por la que esta ciencia se distingue de las otras disciplinas teológicas y filosóficas [/Epistemología moral Vlll]. Precisamente por esto la ética filosófica o teológica es definida con frecuencia como ciencia eminentemente normativa: a partir del carácter específicamente ético de su reflexión, se identifica el todo con la parte. Pero la ética, obviamente, no es sólo normativa; mientras en un contexto tiene zonas comunes con el derecho, en otros se le presentan problemas que también son propios de la filosofía y de la teología. En cuanto ciencia normativa, la ética sigue el procedimiento que corresponde a su vertiente filosófica en paralelo al que adopta en su vertiente teológica. La reflexión normativa se basa fundamentalmente en el argumento de la razón. Es verdad que la teología moral especial, con la que sustancialmente se identifica la ética normativa teológica, piensa que debe remontarse a la Sagrada Escritura; pero esto ocurre porque se hace evidente la importancia genética del nacimiento de un juicio moral, porque apelamos al 'argumento de autoridad en sustitución o además del de razón o porque a la reflexión normativa se añade la perspectiva parenética.
En esta reflexión basada en la argumentación, la ética normativa se dirige a la inteligencia de la persona humana, a diferencia de la l parénesis (1), que se dirige a la voluntad o al corazón. En ella se buscan los motivos a favor y en contra de una determinada solución y se procede apelando a todas las capacidades comprensivas del hombre de modo que se presenten razonamientos extremadamente coherentes y lineales desde el punto de vista lógico.
En la ética normativa a veces se ven posiciones que difieren según que el contexto sea filosófico o teológico. Tales diferencias, sin embargo, hay que atribuirlas no tanto al modo de procedimiento -sólo filosófico o también teológico-cuanto más bien al hecho de que dentro de una u otra perspectiva no se sigue con coherencia el procedimiento normativo, o a que se sigue una u otra de las dos argumentaciones normativas conocidas en ética. Seguir una u otra de estas dos argumentaciones o seguirlas de modo más o menos coherente, determina a veces diferencias también dentro del mismo contexto filosófico o teológico en el que nos movemos.
Sobre la ética normativa se tienen además posturas que anulan por completo el proceso normativo: tanto en campo filosófico como teológico, algunos sostienen que la formulación de los juicios morales y hasta la elaboración de los mismos criterios normativos es algo imposible, puesto que el juicio moral puede surgir sólo de la situación en la que el sujeto moral se encuentre y exclusivamente de la valoración moral que sobre él establece. Hay quien llega a pensar que un juicio moral vale tanto como su opuesto y una solución normativa tanto como su contraria [! Relativismo]: En el campo teológico hay también un gran debate sobre la necesidad de renovar
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