Ana Estrada

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En el Perú, la aplicación de la eutanasia es considerada un homicidio culposo, que tiene como condena hasta 3 años de cárcel para quien pone fin a la vida de un paciente. Por lo que en nuestro país es un tema muy debatido, y más aún sobre el polémico caso de la compatriota Ana Estrada, donde ella espera que la eutanasia sea permitida y que la inaplicación de la pena (de cárcel) para su caso se convierta en una ley, permitiéndose la muerte digna. Por ello, desde el 7 de enero del 2021 la decisión está en manos de la Justicia. Por ende, nos surge la siguiente pregunta: ¿Crees que el caso de Ana Estrada es justificado al solicitar al poder Judicial la demanda de amparo para que se le aplique la eutanasia en el momento que ella lo pida debido a que padece una enfermedad degenerativa? Si, debido a que ella sufre polimiositis, una enfermedad degenerativa e incurable que debilita los músculos Por lo cual ella se siente muerta en vida y la única opción de poner fin a su vida a través del procedimiento técnico de la eutanasia. A continuación, les presentaremos los siguientes argumentos en la cual define nuestras posturas

En primer lugar, el poder judicial no considera la libertad de decisión de las personas que padecen enfermedades generativas a tener una muerte digna. Ética y libertad son dos palabras que no se pueden disociar “La “gran palabra” que puede ser la ética no debe distanciarse de aquello que la funda y sostiene, es decir, las acciones del ser humano.” (Cuenca, 2015, pág. 32). Así, le ética cobra sentido solo en las acciones de los seres humanos que deciden libremente su modo de vivir. Pero, además la ética “se basa en una concepción valorativa de la vida que pretende proponernos la mejor manera de vivir” (Giusti & Tubino, 2007, pág. 24). Esta tiene, o debe tener una carga en la cual la vida que se viva sea de calidad. En el caso de Ana Estrada, ella al ser consciente que su polimiositis es una enfermedad degenerativa irreversible sabe que algún momento su poca calidad de vida que dispone se va a ver afectada y que la enfermedad va a llegar al grado en que va a apagar su vida lenta y dolorosamente. Evitarse el sufrimiento y que la vean sufrir es lo que quiere lograr con la muerte asistida que tanta demanda, pero ¿quién más que ella debe determina cuándo y cómo morir? ¿quién más que ella debe establecer el límite de lo sufrible? La ética misma se basa en límites, en limites que no se deben sobrepasar en la cual se respeten con mesura la convivencia y conciencia humana (Giusti & Tubino, 2007, pág. 14). Pero, ¿hay mesura en dejar a una persona sufrir hasta que este sufrimiento le conlleve a la muerte? ¿no debe haber un límite en la cual la persona decida poner un alto al sufrimiento e irse de esta vida sin dolor? Como en el caso de la Ilíada narrada por Giusit, la muerte era lo esperable, y en caso de Ana Estrada lo desmesurado no es la muerte, sino la desmesura del sufrimiento innecesario para llegar al tan inevitablemente fin de su vida.

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