Discurso Elitista

El discurso elitista hace una diferenciación entre cultura de élite y cultura popular.

     La sociedad está marcada por diferencias sociales, económicas, políticas, culturales, pero a pesar de todo existen factores que nos hacen empujar para un mismo lado, todo se resumiría a ser parte del proletariado o la burguesía.

     Entre ser la mano de obra barata de los grandes sectores productivos o el jefe que se enriquece a costillas del  obrero, se genera la cuestión de cómo resulta que se tenga apaciguados a millones de personas, la respuesta es el discurso que se maneja.

Achugar (1996) afirma. Las transformaciones y los desafíos políticos, tecnológicos y sociales de nuestro presente siguen, sin embargo y de hecho, reproduciendo las jerarquías entre clases sociales, entre regiones y entre los países de los distintos mundos que cohabitan el planeta (p.846).

     En el proletariado existen grandes brechas también, unos se sitúan en lo más alto por el simple hecho del color de piel, apellido o región, si algo mata a esta sociedad es el regionalismo, en lugar de unir para un fin, se crean barreras raciales, culturales.

Rama (1987) afirma. Esta apreciación muestra  que el regionalismo no sólo encontraba la oposición de las propuestas capitalinas oficiales que buscaban la unidad sobre modelos internacionales que implicaban la homogenización del país, sino también las propuestas no oficiales, heterodoxas u opositoras, que registraban también un apreciable dosis de internacionalismo (p.24)

Un factor que más se ha resaltado en el discurso elitista es que está dirigido a los sectores populares, esto es muy evidente en tiempo de política, que ofrecen sacar de la pobreza a los más necesitados, esto se refuerza cuando grandes movimientos migratorios llegan a la ciudad en la búsqueda de mejores días, y ante su incesante lucha por lograr una plaza de trabajo son presa fácil de las ofertas, se hace uso del populismo, donde esas élites se visten de pueblo.

López, Portocarrero, Santisteban y Vich (2001) expresan. Las grandes diásporas migratorias, la proliferación de los contactos entre diversos grupos humanos y el gran desarrollo de las comunicaciones (a escalas cada vez mayores) han situado al mundo contemporáneo ante la aparición de diferentes prácticas y símbolos que sin duda alguna han terminado por desestabilizar muchos de los marcos epistemológicos más conocidos (p.33).

Con el proceso migratorio, las personas que llegan a “tierra nueva” son menospreciadas, en el Ecuador, son los indígenas en gran mayoría quienes toman la opción de ir por nuevas oportunidades, sin importar si no tienen un lugar estable o una fuente de trabajo, si se habla de discurso elitista no se debe menospreciar que siempre han ido utilizados por el aparato político para sus intereses, movilizaciones, derrocamientos, protestas, pero porqué no pensar simplemente que son parte del conjunto social, y dejar de darles un apelativo, pensar que existe una igualdad total.

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