Ego
Enviado por juan_aviles • 11 de Enero de 2022 • Apuntes • 1.036 Palabras (5 Páginas) • 120 Visitas
Ego
Para la psicología es el concepto del yo, el termino se adopta para designar la conciencia del individuo y posteriormente su identidad (sentimiento de pertenencia).
Pero, ¿Qué es el ego fuera del concepto dado? Básicamente es un mecanismo de adaptación social, ese conjunto de máscaras que creamos sutilmente para sobrevivir de la mejor manera en el entorno social dado; a medida que crecemos, basándonos en los estímulos del exterior, en lo que los demás dijeran o pensaran de nosotros, nuestro ego fue formándose ayudándonos de cierta manera a crear una identidad de nosotros mismos. El ego es esa parte de nosotros que necesita aprobación, que necesita que le quieran, que necesita tener la razón, que se pone furioso ante las críticas y que busca todas las soluciones a sus males en el exterior. Es frecuente creer que el ego es la identidad real de nuestra conciencia, creemos que esa mascara es lo que somos, pero en realidad el ego no es más que el producto de los estímulos exteriores, son los restos de todas aquellas defensas que creamos para sobrevivir, es cada cirugía que se aprende para cada herida que se experimenta a lo largo de la vida.
El ego es una necesidad psico-biológica fundamental y en consecuencia nadie está libre de ella, sino existiera, de seguro nuestra supervivencia hubiera sido imposible, el ego es de vital importancia, y no es fácil de eliminarlo, es más, no hay necesidad de eliminarlo, es irónico a veces pensar que el ego es algo malvado al que hay que eliminar, sin saber que es el ego la fuente de este concepto, es decir, pensar que el problema está en el exterior y no en nosotros mismos, o sea el ego es tan falso que se culpa así mismo de su fracaso, entonces, ¿por qué es “malo” el ego? El ego fue inicialmente concebido para proteger al ser esencial que fuimos antes de nacer, lo que fue creado para proteger a nuestro ser más puro, lo que fue un instrumento de protección se convierte años más tarde en nuestro mayor enemigo, pues a medida que crece se hace insaciable, porque sin ser conscientes de ello le entregamos el poder de controlar nuestra vida y sobretodo sobre nuestra esencia, nuestro verdadero yo; nuestro “ser” es aquella que cuando el ego pierde el control se manifiesta en forma de vacío, esa sensación de que ni tú mismo te conoces. En resumen la esencia es uno con el universo, es intuitivo, calmada y humilde, y ve la realidad como acciones y consecuencias; el ego es más bien lo contario, busca la separación, la comparación, la competencia y el raciocinio lógico, actúa obsesionado con la supervivencia en sintonía con el miedo.
El problema del ego
Los seres humanos nacemos en la inconsciencia más profunda, dentro del vientre materno el ser inconsciente está unido en lo más profundo con su madre y por ende con todo lo que existe, él bebe no tiene juicios ni prejuicios, está en paz hasta el momento de nacer, y de pronto tiene frio, tiene hambre y poco tiempo después experimenta el sufrimiento. Aquella cicatriz emocional también marco el nacimiento de nuestro yo falso, un individuo que su propósito fue protegernos. No se puede negar la importancia del ego en nuestra supervivencia, sin ello es imposible, pero el problema llega cuando el ego va adquiriendo poder sobre nuestro “ser”, tanto que él pasa a ser la esencia a modo de impostor, y cuando este fracasa en el más mínimo detalle se hace evidente la presencia del “ser”, esta se manifiesta como un intenso sentimiento de vacío, una sensación de desconexión, una sensación de no saber qué hacemos y para que existimos, y sobre todo como una crisis de identidad, el sentimiento de no saber quién eres o que nadie te conoce. A todo esto, ¿Qué es el ser? Mi mano, mi mano derecha, ha escrito hermosos poemas que compuse, en cambio mi mano izquierda no ha escrito nada. Pero mi mano derecha no piensa: “mano izquierda tú no sirves para nada”. Mi mano derecha no tiene complejos de superioridad y por eso es muy feliz, mi mano izquierda no tiene complejos de inferioridad. Por lo tanto en mis manos existe un tipo de sabiduría conocida como la sabiduría de la no discriminación. Recuerdo que un día me di un golpe con el martillo en el dedo, y automáticamente mi mano derecha protegió al dedo como si fuera él mismo. Yo jamás oí a mi mano derecha reclamarle a mi mano izquierda por haberla cuidado, y jamás vi actos de venganza de la mano izquierda hacia la derecha por haberla golpeado (Hanh, 1967). Ese es el ser, un individuo en armonía consigo mismo y con la existencia.
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