Epicuro - Carta a Meneceo
Enviado por davidencina10 • 24 de Febrero de 2019 • Ensayo • 490 Palabras (2 Páginas) • 221 Visitas
Epicuro carta a Meneceo
El autor de esta carta, Empieza haciendo hincapié en que hay que filosofar en todo momento, tanto cuando se es joven como cuando se es viejo, poniendo como cuestión de razonamiento principal la felicidad, ya que según el: cuando se tiene, se tiene todo y si nos falta hacemos lo que sea para alcanzarla, al mismo tiempo el relaciona la felicidad con el placer que es el bien supremo y el dolor como mal supremo. Epicuro propone una total eliminación del miedo hacía, los dioses (aceptando sus existencia), el destino y la muerte. A los primeros no hay que temerles porque estos no pueden relacionarse con nosotros ni para ayudar ni para desfavorecer, haciendo inútil su respeto o su miedo, a la muerte tampoco hay que preocuparse porque no nos afecta en ningún sentido, mientras estamos vivos no está presente y cuando llega nosotras ya no estamos; en cambio el sabio, no considera la vida pero tampoco se esquiva de la muerte ya que para él, el placer y la felicidad no están en la riqueza sino en la intensidad. También hace una clasificación de los placeres: los primeros son los naturales y necesarios, después los naturales pero no necesarios y por último los no naturales ni necesarios. Desde la sabiduría de los placeres: el hombre puede establecer una alternativa de ellos (no de todos) para alcanzar el equilibrio un punto donde no tenga alteración ni de cuerpo ni de alma. Así mismo hay que tener presente que algunos placeres se vuelven después dolores más grandes y lo mismo en sentido contrario.
Lo que nos quiere decir es que el placer es la clave principal para poder encontrar esa felicidad o tener una vida feliz pero que a veces nos escapamos de esos placeres porque tienen como consecuencia un dolor o sufrimiento mayor. De la misma manera nos pasa con los sufrimientos, es decir, hay veces que preferimos mucho más algunos sufrimientos antes que algunos placeres, naturalmente porque algunos placeres no nos conmueven demasiado. El texto básicamente nos dice que tenemos que valorar siempre tanto los placeres como los sufrimientos, porque un bien no siempre viene de un bien y un mal no siempre viene de un mal.
Hasta lo más accesible y fácil de encontrar nos puede producir más placer que las cosas que son difícilmente de encontrar, como por ej.: el pan y el agua nos pueden dar más placer que lo que se ponen en las mesas más imponentes. Dicho de otra manera; que puede tener mucho placer el que solo tiene lo que verdaderamente necesita que el que tiene de todo, es decir, más de lo que realmente necesita.
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