La etica como arma contra la corrupcion

LA ETICA COMO ARMA CONTRA LA CORRUPCION

“El principio de que el fin justifica los medios se considera en la ética individualista como la negación de toda moral social. En la ética colectivista se convierte necesariamente en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve "al bien del conjunto", porque el "bien del conjunto" es el único criterio, para él, de lo que debe hacerse.”

“Friedrich hayek”

A finales del siglo pasado  los entes gubernamentales pasaron por un proceso evolutivo debido a la llegada de conceptos y elementos provenientes del sector privado, desarrollando así un nuevo modelo de gestión pública. Estos elementos lograron una evolución importante en la forma de constituir y aplicar los servicios públicos, así como la diligencia de algunos servidores del estado, lo cual genero una desviación inevitable en el modelo de servicio público tradicional.

Este nuevo modelo de gestión involucra un sinnúmero de conceptos que  arroja una forma distinta de pensar y  actuar en cuanto a la gestión gubernamental, esto nos conduce hacia una un nuevo sistema más eficaz y responsable, enfocado hacia una maleabilidad  institucional, heredada lógicamente de la empresa privada que traslado sus ideas de agilidad y eficacia como principal herramienta para combatir la burocracia y la lentitud paquidérmica del estado.

La implementación de estas herramientas no fue fácil, pero encontró un ambiente propicio en el agotamiento del sistema burocrático y en la expansión del modelo capitalista. Pero ese sistema burocrático también fue novedad en su momento, pues era un pilar importante en la estructura del estado, ya estaba basado en lo racional y lo legal, creando delimitación de competencias, toma de decisiones centralizadas y ejecución de órdenes, todas estas basadas en el procedimiento, como arma clave para afrontar el modelo.

Pero fue este mismo instrumento, el que empezó el a debacle del sistema, pues tanta legalidad  provoco el crecimiento del aparato burocrático y el aumento del gasto público para su funcionamiento, lo que trajo como consecuencia el engrandecimiento de la imagen negativa del modelo como tal. Pero no todo fue malo, de este sistema nos quedaron elementos como la disciplina, el orden y la jerarquía.

Luego de esto, vino una nueva etapa  asentada en elementos científicos de racionalidad y eficiencia, basados en la implantación del estado de derecho, y el establecimiento de reglas y procedimientos, esto sumado a una creciente participación ciudadana que demandaba mejores resultados ante la necesidad de gestionar más y mejor con menos recursos, para así lograr un nuevo tipo de sociedad  con un aparato admirativo moderno.

Con el nacimiento del capitalismo, se vino también el nuevo modelo de gestión pública, amparado también en valores neoliberales y de espíritu capitalista como el  el libre comercio, la no intervención, del estado, y la libre acumulación de capital, iniciativa, innovación y competencia.

Este modelo capitalista, en el que el éxito se mide por los resultados, y estos se buscan como sea, fue lo que trágicamente golpeo de manera drástica la ética, pues en ese afán de éxito, el ser humano aplica el lema que dice: el fin justifica los medios.

Otro factor que ayudo a la aparición de un nuevo modelo, fue la victoria del capitalismo frente al socialismo, pues al salir victorioso, sus teorías e ideales se extendieron sobre el mundo, y su mismo espíritu capitalista también presente en el sector   privado, llegara al ámbito de gobierno y a diferentes sectores políticos, sociales, económicos y culturales.

Este modelo Neoliberal, tenía como principios la disciplina presupuestaria, priorización del gasto público, reformas fiscales, liberalización financiera, liberación comercial, apertura a la inversión extranjera, privatizaciones, y garantía a los derechos de prioridad, pero con la llegada de este nuevo modelo, también se implementaron nuevas técnicas de la empresa privada al ambiente público,  como la libertad para que los gerentes gestionen, Estándares y medidas explicitas de actuación, relevancia en los resultados más que en los procedimientos, cambio hacia una mayor competitividad, y un énfasis en una mayor disciplina.

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