Los fines de la educación a la luz de la Antropología Filosófica.
Enviado por anaruth7777 • 25 de Agosto de 2018 • Resumen • 1.555 Palabras (7 Páginas) • 307 Visitas
Los fines de la educación a la luz de la Antropología Filosófica.
Es de suma importancia identificar claramente los fines de la educación para realizar el quehacer educativo de manera precisa y asertiva, sin los cuales solo andaríamos por un mar de incertidumbre, puesto que no sabríamos el puerto preciso al que se debe arribar. Pero es importante a su vez, reconocer de dónde emanan estos fines, qué es lo que los inspira, es decir de dónde surgen.
Es bueno tener una concepción del ser humano que se desea formar, educar, antes de emitir alguna opinión o establecer algún juicio sobre la educación que se consideraría buena o necesaria.
La educación es así la base de la cultura, las civilizaciones antiguas se diferenciaban por los motivos educativos que las guiaron, así la educación no solo es la base de la cultura y a su vez es el resultado de la cultura. El éxito de la educación es el logro de sus fines.
Los griegos, por ejemplo, pusieron énfasis en la literatura, y sus grandes instrumentos de educación fue el teatro, reverencia a los dioses, libertad y desarrollo de la inteligencia, las artes, las ciencias, el valor y la fortaleza física, (Jaeger, 1992). Por otro lado, la educación china tradicional valoró ciertos tipos de ritos religiosos conectados con sus ancestros, así como con la estabilidad en las artes; pero más recientemente, en China, el valor se ha puesto en la educación para el progreso social, económico, industrial y científico, y en el cultivo de la identidad nacional.
El fin de la educación japonesa es formar ciudadanos devotos al estado a través de la formación de sus pasiones y del conocimiento para el desarrollo de la ciencia y la tecnología a fin de competir con éxito en el mundo presente. El ideal de la educación capitalista es la reproducción de las clases sociales sobre la base de la posesión de bienes materiales, el desarrollo de competencias científicas, tecnológicas, económicas y empresariales para satisfacer las necesidades y deseos individuales, atributos importantes de una sociedad competitiva en la que el éxito es una demostración de los resultados y triunfos del individuo.
En general, la educación en cualquier sociedad tiene el objetivo general de formar la personalidad ideal sustentada en la vitalidad, la sensibilidad, el esfuerzo, la sabiduría y la inteligencia.
Así los fines de la educación marcan el rumbo que los ideales que cierta sociedad requiere de sus ciudadanos. Uno de los ideales y propósitos de la educación es el orden, la disciplina y el desarrollo personal.
Bruno Hamman afirma que existen tres concepciones antropológicas fundamentales en la modernidad, a saber: la occidental-cristiana, la natural-biologista y la marxista (Hamann, 1992). Siguiendo este orden, la primera concepción antropológica centra su foco en el ser humano como homo sapiens, una suma de materia y espíritu. Por su parte, la concepción biologista contempla al hombre como homo faber, capaz de dominación, y, por último, la marxista presenta una imagen materialista del hombre, quien sólo adquirirá valor en la medida en que sea capaz de liberarse de las relaciones alienantes del trabajo productivo. Una revisión bibliográfica sobre la materia pone de manifiesto que cada época histórica ha presentado fundamentalmente una concepción concreta del hombre, no en vano la reflexión filosófica entorno al hombre siempre ha permanecido como constante.
Si la educación tiene una decidida tarea de ocuparse del hombre, ha de parecer de razón natural el que se llegue al conocimiento de aquél, pero ahora como hombre completo, hombre físico y hombre psíquico. Así, al entenderse en la referida época que la antropología debía ocuparse del conocimiento físico, psíquico y físico-psíquico, será lógico desarrollar estos conocimientos para crear una base de apoyo a la pedagogía. Se comprenderán entonces las palabras de un autor de la época: «No puede haber Pedagogía exacta y científicamente construida, ni verdadera y fecunda educación, entre tanto, sin la base de los conocimientos antropológicos» (Alcántara, 1880: 15). Se trata de una antropología aplicada. Un conocimiento que pretende ser de ayuda a la pedagogía y que surge de proyectar los resultados que se obtienen en la segunda mitad del siglo XIX por las conexiones entre la anatomía y la antropología.
Esta realidad no lleva así a la filosofía de la educación trata de comprender o interpretar la educación en relación con la realidad sin perder el punto de vista de esta realidad, reflexiona sobre su naturaleza, esencia y valores de la educación. Tiene por objetivos: Determinar la esencia y significado de la educación.
Determinar los fines de la educación en función de la vida. Existen varias teorías.
Teorías metafísicas de la esencia humana. Las teorías filosóficas dependen del desarrollo histórico de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales, también de las concepciones filosóficas generales del hombre, de su naturaleza y de su papel en la vida social. En cuanto a la del hombre, la concepción Idealista se manifiesta básicamente en dos formas: esencia humana y existencia humana.
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