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SEBASTIAN FAURE: ¿12 SON LAS PRUEBAS DE LA INEXISTENCIA DE DIOS?


Enviado por   •  2 de Abril de 2019  •  Trabajo  •  3.416 Palabras (14 Páginas)  •  191 Visitas

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SEBASTIAN FAURE: ¿12 SON LAS PRUEBAS DE LA INEXISTENCIA DE DIOS?

Jose Miguel Zapata

Universidad de Chile

jmzapata@ug.uchile.cl

Resumen

En clases del curso Filosofía del Ateísmo en la Universidad de Chile, entendimos que la forma de abordar tamaña propuesta teórica, no era del modo usual. Adentrándonos en el concepto y discutiendo sobre él, resultaría imposible en un semestre lectivo, llegar a conclusiones que nos permitan desentrañarlo; al contrario lo que se hizo fue un estudio sistemático de conceptos objetivos y de las expresiones de grandes filósofos acerca del tema. Es así como este articulo pretende realizar un estudio sistemático de las ideas del anarquista Sebastian Faure sobre la inexistencia de dios, nos adentraremos en lo central de su ideas y desarrollaremos la veracidad de estas, en cuanto a la formula aprendida en el curso.

Palabras Clave: ateísmo, dios, creyente.

Abstract

In class course Atheism Philosophy at the Universidad de Chile, we realized that the way to address such great theoretical proposal was not the usual way. Touching on the concept and discussing it would be impossible in a school semester, reach conclusions that allow us to unravel the contrary what you did was a systematic study of objective concepts and expressions of great philosophers on the subject. Thus, this article intends to conduct a systematic study of the anarchist ideas Sebastian Faure to the absence of God, we will enter into the core of his ideas and develop the veracity of these, as to the formula learned in the course.

Keywords: atheism, god, believer.

1. Introducción. ¿Por qué estudiar los postulados de Sebastian Faure?

Digamos que al ser Sebastian Faure un anarquista, las críticas que hace hacia la existencia de dios comienzan fundadas en un rechazo a la vida de la sociedad capitalista, a su religión y a su autoridad.

Aun así, el asunto fundamental para estudiarlo dice relación con el interés que demostramos por el estudio de la refutación al argumento teísta y es aquí donde confluimos con la tratativa de este autor. Sebastian Faure no se centra en la refutación científica, sino que se dispone a refutar al dios de los teístas centralmente y no se detiene en el dios filosófico de Platón o Aristóteles.

Tal vez puedan parecer débiles las refutaciones al dios creador de los teístas, esto debido al significado del término: el mismo concepto “creador” es incomprensible, ya que nadie en la tierra es capaz de crear algo, porque de la nada no puede salir nada. Aun así hay que convenir en que la misma tradición del lenguaje nos ha acostumbrado a atribuir una realidad a unos términos, meramente por su uso repetido durante siglos. Esto pasa, según Faure, con el término “crear”; a la fuerza de tanto repetirlo, hemos llegado a considerar que tiene algún cometido. Es curioso observar que los filósofos griegos, incluso los que admitían una cierta divinidad, como Platón, Aristóteles o Plotino, consideraron siempre como absurda la posibilidad misma de creación.

2. El problema de la creación

A saber, existen dos formas concretas de abordar la inexistencia de dios. El primero consiste en eliminar la hipótesis dios del campo de las conjeturas posibles, por una explicación clara y precisa de un sistema positivo del universo, de su origen y de sus fines.

La otra fórmula consiste en examinar la existencia de dios que las religiones proponen a nuestra adoración, esta sería la refutación a los postulados teístas. Este examen se realizaría al dios expresado por la cultura, al dios del “catecismo”.

Vamos entonces sobre esta última línea argumentativa y definamos para nuestro estudio quien es entonces dios.

Este dios es el que ha hecho todas las cosas de la nada; el ser del no ser, y por su sola voluntad ha sustituido con el movimiento, la inercia y con la vida la muerte. Es el

“creador”, que lejos de volver a su inactividad y continuar indiferente a la cosa creada, se preocupa de su obra, se interesa, interviene cuando lo cree necesario, la administra, la

dirige, la gobierna. Es la providencia que, convertida en tribunal supremo, hace comparecer ante él a cada uno después de la muerte; le juzga según los actos de su vida, pesa en la balanza sus buenas y sus malas obras, y pronuncia en último extremo, sin recurso posible, la sentencia que hará del juzgado por todos los siglos de los siglos, el más dichoso o el más desgraciado de los seres. Es la Justicia Suprema.

Dios, entonces es quien que posee todos los atributos, no excepcional sino infinitamente, no admite grados de comparación: es la justicia, la bondad, la misericordia, la potencia y la sabiduría infinitas.

Ahora definido lo que entendemos por la persona de dios, pasemos entonces al estudio de los doce argumentos que Sebatian Faure construyo para proceder a refutar la existencia de este.

3. El dios creador

I. La acción de crear es inadmisible: detengámonos en la premisa de: ¿Qué es crear?, juntar un par de piezas, un sinónimo de transformar. Aglutinar elementos, aplicar procesos experimentales, sinónimos más o sinónimos menos, ejecutar acciones con el fin de hacer algo. Acción.

Sebastian Faure enuncia que crear se aleja de estos conceptos. Ejemplos: ¿Puede decirse de una casa que ha sido creada? ¡No! Ha sido construida. ¿Puede decirse de un mueble que ha sido creado? ¡No! Ha sido fabricado. ¿Puede decirse de un libro que ha sido creado? ¡No! Ha sido escrito y luego impreso. Así, tomar materiales existentes y hacer con ellos cosa alguna no es crear. ¿Qué es crear entonces? Crear, el autor enuncia, es obtener algo de la nada; es formar lo existente de lo inexistente.

Comentario: este postulado es puramente lógico, el autor pone en duda la existencia de la acción creadora, no en cuanto a que dios sea capaz o no de crear, sino en términos de que crear es algo imposible teóricamente y a la luz de la razón. Con nada, nada puede hacerse; de nada, no puede obtenerse nada, y el famoso aforismo de Lucrecio “ex nihilo nihil”, resulta de una certeza y una evidencia manifiestas. El gesto creador es un gesto imposible de admitir, es un absurdo. Crear es, pues, una expresión místico-religiosa y que puede ser de algún valor a los ojos de las personas a quienes place creer lo que no comprenden y a quienes la fe se impone tanto más cuanto menos la comprenden. Es, en cambio, un contrasentido para quien las palabras no tienen más valor que el que adquieren al contacto con la realidad o una posibilidad.

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