A razón en la cultura de la ilustración

                         A razón en la cultura de la ilustración.

La ilustración es el abandono por el hombre del estado de minoría de edad que debe atribuirse a sí mismo. La minoría de edad es la incapacidad de valerse del propio intelecto sin la guía de otro.

Ten la valentía de utilizar tu propia inteligencia Éste es el lema de la ilustración,- como diría Kant más tarde- nuestras mentes solo pueden liberarse de la servidumbre espiritual si se incrementa nuestro conocimiento.

La ilustración, en su sentido más amplio de pensamiento en continuo progreso, persiguió desde siempre el objetivo de quitarles el miedo a los hombres y convertirlos en amos, la ilustración consistía en liberar al mundo de la magia, eliminar los mitos y sustituir la imaginación por la ciencia, la verdad no tiene otra fuente que no sea la razón humana, la ilustración convierte a la tradición en objeto de crítica es decir, la razón, y no la tradición es, es la fuente última de la autoridad.

La ilustración es la filosofía hegemónica en la Europa del siglo XVIII, consiste en un articulado movimiento filosófico, pedagógico y político que va seduciendo de manera gradual a las clases cultas y a la activa burguesía en los diversos países europeos que van desde Inglaterra hasta Francia, dese Alemania hasta Italia pasando por Rusia y hasta Portugal, la ilustración se configura como un movimiento en cuya base se encuentra la confianza en la razón humana.

                                LA RAZÓN DE LOS ILUSTRADOS  

La ilustración es una filosofía que se esfuerza y trabaja por el progreso, algún día todo irá mejor según dice Voltaire, siempre y cuando aportemos nuestro esfuerzo ya que sin ello el desarrollo de la humanidad se estancaría y todo se perdería. Los ilustrados colocan el uso crítico y constructivo de la razón sobre la base de un progreso espiritual, material y político, el cual no es lineal, pero, ¿de qué razón se trata? En el siglo XVIII se le otorga a la razón un significado diferente, la razón ya no es un conjunto de ideas innatas que se hayan dado antes de cualquier experiencia, la razón no es una posesión, sino más una cierta forma de adquisición, es la fuerza originaria del espíritu, que conduce al descubrimiento de la verdad y a su determinación. Todo el siglo XVIII concede a la razón un significado especial y se enuncia como una facultad, como una fuerza que solo se puede comprender plenamente ejerciéndola y explicándola, la razón no es ya la noción de un ser sino de un hacer. La razón de los ilustrados es la del empirista Locke, la cual analiza las ideas y las reduce todas a la experiencia.

La razón de los ilustrados es una razón independiente de las verdades de la revelación religiosa, la razón hace referencia a la naturaleza y al mismo tiempo al hombre, dicha razón se limita a la experiencia y es controlada por ésta.

El hombre no se reduce a razón, pero todo lo que se refiere a él puede ser investigado a través de la razón. La razón ilustrada es crítica en la medida que es empírica, en la medida que se halla ligada a la experiencia , dicha filosofía debe desarrollarse en libertad y desvelar en este proceso inmanente a ella la forma fundamental de la realidad, la forma de todo el ser, tanto natural como espiritual. La ilustración asigna al pensamiento la fuerza y la tarea de plasmar la vida, la filosofía de la ilustración aparece con claridad no en las doctrinas individuales o en un conjunto de axiomas – sino donde aún se está configurando, donde duda y busca, donde demuele y construye - .

Ligado con la experiencia y contrario a los sistemas metafísicos, el racionalismo ilustrado es un movimiento laico, la actitud escéptica y con más frecuencia aún, irreverente es un rasgo característico esencial de la ilustración, tal filosofía puede considerarse como un gran proceso de secularización del pensamiento, no obstante la ilustración inglesa y alemana fueron menos irreverentes con respecto a la religión.

El deísmo es parte integrante de la ilustración, el deísmo es la religión racional y natural, es todo aquello y solo aquello que la razón humana puede admitir. Los deístas admiten la existencia de Dios, la creación y el gobierno que parte de Dios. Voltaire es uno de los más notables deístas de aquella época y combate no a la creencia en Dios, sino contra la superstición, la intolerancia y los absurdos de las religiones positivas, ya que ello representa un obstáculo para el progreso del conocimiento debido a que son un instrumento de opresión y generadores de intolerancia, de acuerdo con D’Holbach en su política natural que acusa a la religión de que, educar al hombre para que tema a tiranos invisibles, lo educa en realidad para el servilismo y la cobardía ante los tiranos visibles, eliminando en todo aquel su capacidad de independencia y aquella fuerza que lo haría moverse por sí mismo. Para Diderot, la naturaleza es la que debe substituir a la divinidad y dice; hay que tener las agallas para liberarse de las cadenas de la religión y renunciar a todos los dioses.

El deísmo hace referencia a una religiosidad racional, natural y laica, es decir una religión natural con aquellos principios morales que son comunes a todo el género humano.

                                 RAZÓN Y DERECHO NATURAL

El racionalismo ilustrado coloca la razón como fundamento de las normas jurídicas y las concepciones del Estado, ya que si se habla de religión natural y de moral natural, también se habla de derecho natural. El ideal iusnaturalista  de un derecho conforme a la razón se define en el siglo XVIII de un modo cada vez más radical e inspira proyectos de reforma , en Francia la ilustración jurídico-política desembocará en una revolución.

Montesquieu es uno de los pensadores de esa época y en su obra literaria El espíritu de las leyes afirmara; Aunque nos hayamos liberado de las cadenas de la religión, debemos estar sujetos al dominio de la justicia: las leyes del derecho son objetivas y no modificables, al igual que las de la matemática.

Para Voltaire existen una serie de leyes naturales sobre las cuales los hombres de todas partes del mundo tienen que estar de acuerdo.

La ilustración jurídica influyo sobre los soberanos ilustrados, sobre todo en Alemania y Austria y sobre aquella burguesía en ascenso que especialmente en Francia se rebelará contra los monarcas. Basándose en las ideas iusnaturalistas de los ilustrados se elaboró la doctrina de los derechos del hombre y del ciudadano, mediante la cual la Asamblea constituyente francesa quiso especificar en 1789 aquellos principios que servirían como documento programático de la revolución. Tales derechos naturales son los siguientes:

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