ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA.

 ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA:

 FUNDAMENTO DE LA ÉTICA

¿Qué es el hombre?

Sumario: 1.– Introducción. 2.– Otras antropologías. 3.– El hombre en cuanto ente. 4.– El hombre como “ser” viviente. 5. – El conocimiento sensible. 6.– El cuerpo como sistema. 7.- Constitución dual del hombre.

1. Introducción

        La antropología filosófica se define como filosofía del hombre ésta antropología filosófica muestra cómo puede conocerse al hombre, y nos asegura en que grado de certeza podemos alcanzarla verdad sobre él. Además, estudia al hombre en sí mismo, como ente en su ser y esencia, o sea es una antropología metafísica. ¿Qué es el hombre? Esta pregunta muestra directamente la esencia de la antropología filosófica. La pregunta apunta a la totalidad del hombre y requiere, por tanto, una respuesta metafísica.

2.- Otras antropologías

        Antropología teológica: La teología parte su  reflexión sobre el dato revelado. La antropología teológica, enfatiza la dimensión histórica del hombre y la historia de su salvación que se concibe como diálogo entre Dios y el hombre. Considera al hombre en su relación con Dios como su principio  y su fin. Fundamentando sus afirmaciones en la revelación.

        Antropología física: Estudia los rasgos corporales, morfológicos y fisiológicos de los individuos o grupos humanos, de acuerdo a: localización geográfica y climática; hábitos alimenticios; leyes; sexo y herencia. Pero tiene el peligro de reducir al hombre, como si fuera un animal que no trasciende lo meramente material.

        Antropología cultural: es la ciencia que estudia los modelos típicos de comportamiento de un grupo humano. Para descubrir los códigos o reglas de hábitos en el lenguaje, en las acciones, en la técnica y en las creaciones. También estudia las normas socio - políticas del hombre, su filosofía, su arte y religión. Observa los valores estables y las maneras de transmitir estos valores.

        Antropología social: Analiza la estructura social. La red relaciones sociales que compone un grupo  sus clases y funciones.

3. - El hombre en cuanto ente

        El hombre es un ente, es decir, tiene ser y esencia. El hombre no es un algo, es alguien. Este alguien apunta al modo de ser y este modo de ser en el hombre es ser persona. Al ser el hombre un ente, “es”. Aquí apuntamos al ser. Todo lo que es, es uno, por que hay unidad.

El hombre tiene una naturaleza. El obrar sigue al modo de ser,  es decir la esencia. La esencia en cuanto determina el modo de obrar de un ente, es la naturaleza. La naturaleza de un ente es su esencia en cuanto a principio de operaciones.

        Así la naturaleza del ser humano tiene operaciones propias: inteligencia, voluntad, operaciones sensitivas y vegetativas.

        El hombre por naturaleza es un ser viviente sensitivo que piensa y habla, “zoon logistikon”. Con el lenguaje puede trasmitir pensamiento y establecer relaciones con otros hombres. Además es un ser viviente sensitivo que vive en sociedad, un “zoon politikon”, animal cívico, civilizado y social capaz de vivir en armonía con otros hombres. También el hombre es un ser sensitivo que adquiere hábitos los cuales lo cualifican.

        4. - El hombre como “ser” viviente

        ¿Qué significa que el hombre sea un ser vivo? Los seres vivos se diferencian de los inertes por que tienen vida. Para el viviente su acto de ser es vivir. Esto comprende las siguientes características:

        Vivir es ante todo moverse a uno mismo (auto-moverse). Lo vivo es aquello que tiene dentro de sí mismo el principio de su movimiento.

        Otra característica de la vida es la unidad. Todo los seres vivos son uno, distintos entre sí. Incluso los que se reproducen por bipartición originan dos individuos nuevos, diferentes al original.

La inmanencia o inmanente es lo que se guarda y queda dentro. Es una característica que se da en todo viviente. Para el viviente vivir es ser, en unidad con un mundo interior.

Autorrealización. Lo vivo se distiende a lo largo del tiempo hacía una plenitud de desarrollo y hacía la muerte. Hay un despliegue, un hacerse efectiva la potencia, un crecimiento. Los seres vivos tienen fin, perfección y plenitud. Vivir es crecer.

La vida tiene un ritmo cíclico y armónico, es decir,  su movimiento se repite. Las partes están internamente proporcionadas unas con otras, hasta formar un todo unitario, una armonía que los clásicos llamaban cosmos.

Tenemos que hablar, necesariamente para entender al hombre, de la escala de la vida. Esta de divide en tres grados:

a) La Vida Vegetativa: Propia de las plantas y animales superiores a ellas. Tiene tres funciones principales: la nutrición, el crecimiento y la reproducción.

b) La Vida Sensitiva: Distingue a los animales de las plantas. Este grado tiene tres características esenciales: el carácter automático o no modificable del circuito estímulo–respuesta, la intervención de la sensibilidad en el desencadenamiento de la conducta y la realización de fines exclusivamente específicos o propio de la especie. Este grado de vida tiene  un  sistema perceptivo, que ayuda a las funciones vegetativas, con la captación de diversos estímulos: Lo presente, lo distante, lo pasado y lo futuro. Esta captación se realiza por la sensibilidad externa  e interna. La respuesta de la estimulación captada a través de la vida sensitiva es el instinto.

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