Aprender En El Nombre Del Dolor

Lo que nos convocara y queremos afirmar será la siguiente tesis: Las situaciones límites nos enseñan mediante el fracaso. Para diferentes situaciones cotidianas, nos vemos obligados a desarrollarnos tomando en cuenta diferentes situaciones, una de las más importantes son las llamadas situaciones límites, estas dos palabras abarcan varios significados, además de varias interrogantes, la principal seria ¿Que son las situaciones límites? Al referirnos a estas, queremos decir, “Son situaciones de las que no podemos salir y que no podemos alterar” (Jaspers, 1973, pág. 17). Podemos destacar algunas: la muerte, la desconfianza, las enfermedades, el acaso, entre otras. Estas situaciones nos llevan a ser nosotros mismos y buscarnos ante una soledad neta, ya que en el fracaso no estamos acompañados, nos vemos débiles y perturbados por aquella situación que nos aqueja y nos desespera.

Cuando estamos frente al dolor, ante la soledad, el sufrimiento y la desesperación, buscamos respuestas que solo nosotros mismos en aquel momento entenderíamos, porque estamos en presencia de nuestro yo interior, no habrá nadie que nos pueda recriminar aquellos pensamientos y aquellas afirmaciones en las cuales encontramos nuestra propia verdad. Al comunicarnos con nosotros mismos, destapamos nuestros miedos y estamos indefensos a todas nuestras flaquezas y debilidades, nos comprendemos mejor y creemos entendernos, en la mas mínima idea o posibilidad de superación nos aferramos a nuestra solución ante nuestro problema existencial para salir de aquel estado de transición o periodo de crisis, pues pretendemos ver la vida diferente y pensamos que no volveremos a caer en lo mismo, nos sentimos claramente más sabios, poderosos y con fuerza para proseguir, y esto la mayoría de las veces no es así, solo logramos tapar con un velo nuestros miedos, hacernos los ciegos ante aquellas situaciones límites, pues sabemos que no las podemos controlar y dominar, como siempre queremos hacer.

Nuestra condición humana siempre intenta evitar el fracaso y el sufrimiento, pero las pendientes de la vida siempre están oscilando, todo es temporal y nada es para siempre, entonces constantemente buscamos excusas para no caer en algo que generalmente es inevitable, sentirnos solos, vacios y perturbados, pero los resultados de este escape no son suficientes. Esto no significa que todo el tiempo estaremos en ese periodo de transición, estas situaciones hacen sentir al hombre impotente y desesperado y lo llevan a filosofar, a replantearse. Este replanteamiento solo sucede en tiempos de dificultad (frente a una situación límite) pero cuando trascurre el tiempo, el hombre vuelve al curso habitual de irreflexión, en donde estaremos alegres y jubilosos, y como usualmente sucede nos olvidaremos de todo lo mal que lo pasamos, pretendiendo ser más cuidadosos en la próxima vez que veamos amenazas en nuestras vidas.

Planteándonos nuevamente que las situaciones límites nos llevan y enseñan mediante lo que es el fracaso, podríamos afirmar que esto a la vez nos impele o activa en el ámbito del aprendizaje de la vida, en que nos da fortaleza la capacidad de superación que vamos adquiriendo poco a poco cuando nos vemos enfrentados a estas situaciones, el afrontarnos a estas situaciones límite nos lleva a un crecimiento, una maduración y un beneficio personal, si nos damos cuenta, la capacidad de aguante que vamos adquiriendo cada vez es mayor, ya no nos derrumbamos con gran facilidad ante la adversidad.

Claro está, que todo depende en como tome y experimente el fracaso el individuo, en nuestra actitud ante lo adverso es donde vamos a hallar el sentido de nuestra vida; es una de las claves inapelables por la que todo ser humano va a pasar y tendrá que responder de una forma u otra, pues ante toda situación límite llegan abruptamente miles de preguntas que reprochan aquella realidad, porque no son situaciones que esperamos y tampoco estamos preparados para resistir

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