BOLIVARIANISMO vs MONROISMO

EL BOLIVARIANISMO Y EL MONROISMO-  

        El Bolivarianismo, surge inicialmente como una especie de culto al pensamiento, vida y obra de nuestro Libertador Simón Bolívar; algunos historiadores como Michael Zeuske, han ubicado sus orígenes en la figura del Prócer Independentista José Antonio Páez, quien en 1842, siendo Presidente de la Republica, logra repatriar los restos mortales del Padre de la Patria desde Santa Marta, Colombia, hasta la ciudad de Caracas, para que luego de rendirle los honores correspondientes, por el lapso de ocho (08) días,  descansaran en el Panteón Nacional, estableció las Estatuas de Bolívar en todo el país y en cada localidad debía haber una plaza con su nombre; incluso intento cambiar sin éxito el nombre a la ciudad de Caracas por el de Ciudad Bolívar, cosa que si logro Angostura. Sin embargo, estos historiadores obvian a próceres como el Mariscal Antonio José de Sucre o el General Rafael Urdaneta, cuya lealtad a toda prueba evidenciaba mucho más Bolivarianismo por la amistad y admiración que los unía.

Para hablar de Bolivarianismo se haría preciso mencionar entre otros a Manuela Sáenz y a su viejo amigo y maestro Don Simón Rodríguez, quienes hasta su último aliento defendieron la figura y la esencia de su pensamiento y obra de los más férreos detractores que surgieron de las oligarquías separatistas de la época posterior a la Gran Colombia. También pudiera mencionarse al General O’ Leary, cuyas memorias rinden tributo al Bolívar que pocos llegaron a conocer.  

Aunque una gran cantidad de historiadores coinciden en los orígenes antes mencionados del Bolivarianismo, Otros historiadores como Manuel Caballero señalan que durante el Gobierno del General Guzmán Blanco, cuando se cumpliera en 1883 el centenario del natalicio del Libertador, cuando se afianza aún más este culto al Libertador. Fue Guzmán Blanco quien estableció la “Moneda del Libertador” con la efigie de Barre, cambio el nombre de la Plaza Mayor de Caracas por el de Plaza Bolívar y encargo desde Italia una estatua Ecuestre para ser colocada en ese lugar. Sin embargo, considero que Guzmán rayo en la megalomanía al presentarse a sí mismo como un ser escogido o predestinado por la providencia  para presidir los actos conmemorativos del centenario y para formar un terna conformada por Dios, Bolívar y el mismo para la construcción de una patria organizada y prospera.

Similar megalomanía se evidencio con el dictador Juan Vicente Gómez, en cuyo mandato se conmemoro el centenario de la “Batalla de Carabobo”. Este personaje coincidencialmente nació el mismo día del natalicio del libertador, sin embargo, una vez que falleció, a mediados del mes de diciembre de 1935, se dice que sus seguidores en consenso postergaran el anuncio de la muerte del dictador el 17 de Diciembre, de tal manera  que la fecha de su muerte coincidiera igualmente con la del Libertador.

Posterior a la muerte de Gómez, su sucesor, el General en Jefe Eleazar Lopez Contreras, inspirado en una iniciativa del Libertador, crea el 04 de agosto de 1936 la Guardia Nacional y en lo sucesivo, a lo largo del siglo XX, otros gobernantes, entre los más destacados en Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, han contribuido a consolidar aun más la figura del Libertador, lo cual a su vez ha ubicado al Bolivarianismo  hoy en día como una corriente de pensamiento político apoyada por las clases y partidos políticos populares más representativos de los países bolivarianos agrupados recientemente en el Foro de Sao Paulo, entre otros espacios para el debate de ideas que permitan contrarrestar el resurgimiento del Monroísmo y su esencia colonialista e imperialista, en la figura del actual presidente de los Estados Unidos.

El Monroismo como doctrina, fue inspirada por la política aislacionista de George Washington y el pensamiento de Thomas Jefferson según el cual "América tiene un Hemisferio para sí misma", la mayoría de los autores consultados coinciden en afirmar que esta doctrina fue elaborada por Jhon Quincy Adams, 6to Presidente de los EEUU, pero atribuida a su antecesor James Monroe, establecía que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de los Estados Unidos de América; esto representaba una seria advertencia no sólo a la Santa Alianza, conformada por Prusia, Austria y Rusia, sino también a la propia Gran Bretaña (con quienes los estadounidenses habían trabado recientemente la guerra de 1812), aunque su efecto inmediato, en cuanto a la defensa de los nuevos estados americanos, era puramente moral, dado que los intereses económicos y la capacidad política y militar de Estados Unidos en la época no sobrepasaban la región del Caribe. Es muy importante resaltar que Estados Unidos en esta época aún estaba lejos de ser considerado siquiera una potencia regional. De cualquier forma, la formulación de la Doctrina ayudó a Gran Bretaña a frustrar los planes europeos de recolonización de América, de hecho, durante el Congreso Anfictiónico de Panamá, esta doctrina fue invocada, acordándose entre los países asistentes, su efectivizacion contra las tentativas españolas de reconquista. Por otra parte, permitió que Estados Unidos continuara dilatando sus fronteras hacia el oeste, con el sacrifico de miles de indígenas asesinados o desplazados de sus tierras y confinados a reservas, posteriormente, ya a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, reforzada con las ideas de Mahan y Corbett , justificaría con la explosión del Maine en el Puerto de La Habana, su participación en la Guerra entre Cuba y España para instalar una Base Naval en Guantánamo, al este de la isla para extender su dominio en el mar.

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