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Enviado por annepaulita • 25 de Marzo de 2015 • 1.382 Palabras (6 Páginas) • 126 Visitas
Ensayo de Sociologia
Ana Paula Valdospinos 6to BI “1” 18/09/2014
Entre Mujica y Cambalache
Comienza afirmando que de muchacho quiso cambiar el mundo soñando con “una sociedad libertaria y sin clases” y de inmediato sugiere que esos sueños eran errados, “hijos de mi tiempo” y de ellos solo le queda la nostalgia de haber albergado tanta utopía. Y enseguida viene el primer mensaje ladino: “no miro hacia atrás” porque se debe asumir el “hoy real”. El “hoy real” que es la aceptación de los dictados del neoliberalismo. Y concluye con un precepto malicioso “no vivo para cobrar cuentas o reverberar recuerdos”; que es la base argumentativa de su propuesta pública de liberar “los viejitos” torturadores de la cárcel de Domingo Arena. Y una de las razones esgrimidas por los gobernantes y parlamentarios frenteamplistas que defienden y mantienen con tenacidad la impunidad para los criminales de la dictadura.
Volvió a repetir sus endebles anatemas contra el consumismo que ni rozan sus verdaderas causas. Y utilizó esa condena para introducir otro mensaje reaccionario: es el consumismo no consumado el responsable de “la frustración, la pobreza y hasta la autoexclusión”. No se trata, por supuesto, de la imposibilidad de un sector de la población de cubrir sus necesidades mínimas, menos aún la exclusión que la sociedad impone a los habitantes pobres de los barrios suburbanos. Para él el problema no es de desigualdad y exclusión social, sino de “autoexclusión” y de pobreza auto-infligida. “Cuenta regresiva contra la naturaleza”
Luego con descaro y cinismo condena un pecado del cual él es principal responsable protagónico: “Prometemos una vida de derroche y despilfarro, y en el fondo constituye una cuenta regresiva contra la naturaleza, contra la humanidad como futuro.” Parecería que Mujica nada tuvo que ver con la actual extensión de los plantíos de soja en Uruguay que es de 1 millón 275 mil hectáreas, o 12.750 km2 -una superficie mayor que Líbano-, o el millón de hectáreas apropiadas por las pasteras de celulosa para transformarlas en “desierto verde” de eucaliptus. Sin embargo fue el propio gobierno del Frente Amplio el responsable de iniciar “esa cuenta regresiva contra la naturaleza” en el país. Esa escalada de guerra química contra la naturaleza fue promovida por José Mujica cuando fue ministro de ganadería, agricultura y pesca (MGAP) en la presidencia de Tabaré Vásquez. Fue en esos años que Monsanto invadió sin control con sus semillas transgénicas y que las pasteras de celulosa imperialistas se instalaron en el país. El ministerio agrícola de Mujica tiene además el triste record de la mayor extranjerización de la tierra en la historia de Uruguay. Proceso continuado luego bajo la presidencia del propio José Mujica por el ministro Tabaré Aguerre que opera abiertamente como apoderado de los intereses de Monsanto, realizando gestiones en el marco de su visita a China, para que ese país apruebe la autorización de la soja Tecnología Intacta RR2 PRO que Monsanto pretende imponer en las zafras 2013-2014 del enclave sojero sudamericano.
Nos increpa con la denuncia genérica de que “arrasamos la selva, las selvas verdaderas, e implantamos selvas anónimas de cemento”. Mientras, bajo su gobierno hace algunas semanas, se aprueba una leonina ley de minería, dictada por la minera Aratirí, que va a transformar en Valentines, 14.505 hectáreas de campos de invernada y nacientes de agua, en enormes boquetes de tierra arrasada, montículos de desechos de material estéril y manantiales contaminados. A esto habría que agregar el posible inadecuado manejo de almacenamiento o transporte de insumos (combustibles, lubricantes, reactivos químicos y otros residuos) algo que está lejos de ser una anomalía en las mineras a cielo abierto. O el desperdicio y envenenamiento del agua con el faraónico mineroducto para transportar el concentrado de hierro en una corriente de agua hasta la costa atlántica de Rocha. A aquellos ciudadanos preocupados por el problema de
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