COMENTARIO DE LA LECTURA "EL SEGUNDO SEXO"

INTRODUCCIÓN

El segundo sexo, en su discusión de la historia de la mujer desde la Revolución Francesa, escrita por Simone de Beauvoir.

“Simone de Beauvoir nació en París en 1908, en una familia de la burguesía francesa. Una vez terminados los estudios secundarios, persiguió los superiores en la Sorbona, donde conoció a Jean-Paul Sartre, cuto nombre es hoy inseparable del suyo. Licenciada en letras y agregada de filosofía en 1929, ejerció como profesora de esta materia en Marsella, Ruán y París hasta 1943, momento en que apareció su primera novela. A partir de entonces, compagina su dedicación a la literatura con una abundante producción de obras ensayísticas y filosóficas de inspiración existencialista. Figura profundamente comprometida con los problemas de su tiempo y militante activa en pro de la emancipación femenina, Simone de Beauvoir ha consagrado su obra antera a la busca de una moral auténticamente humana.” (Beauvoir, 1951)

Simone de Beauvoir nos da la medida de su aproximación al tema de sus investigaciones: la mujer, a la vez objeto de aceptación y de repulsión, el mundo “femenino” al cual ella pertenece pero del cual no quiere formar parte...El Segundo Sexo es a la vez una interpretación crítica de la condición femenina, eliminando las referencia naturalistas y biológicas, y una especie de rechazo de la realidad misma de la mujer a su comportamiento inevitable y rebelde.

La problemática más relevante de la obra es la posición secundaria de la mujer en la sociedad, así como en sus propios patrones de pensamiento. La manipulación que tiene desde pequeña para comportarse, la sumicidad ante los hombres, la falta de conocimiento para no superar al hombre, la belleza que siempre tienen que emanar para agradarles a los hombres, todo gira en torno al “primer sexo” dejando de lado y de forma irrelevante a la mujer.

DESARROLLO

“No se nace, sino que se convierte en una mujer” frase de Simone de Beauvoir. Representa la lógica de las pruebas para apoyar a su argumento de que la feminidad no se debe a diferencias en la biología, la psicología, o el intelecto. Más bien, la feminidad es una construcción de la civilización, un reflejo no de diferencias "esenciales" en los hombres y las mujeres, son las diferencias en sus situaciones. Situaciones determina el carácter, y no al revés. La mujer no nace totalmente formada, va tomando forma poco a poco por su educación. Biología no determina lo que hace a una mujer. La mujer no nace pasiva, secundaria, y no esencial. Cada ser individual, independientemente de su sexo, tiene derecho a la subjetividad, son las fuerzas externas que han conspirado para robarle a la mujer de este derecho.

Existe una contradicción irreconciliable entre su vocación humana y su "destino " como una mujer. Antes se consideraban raras a las mujeres que no que cedían bajo la caracterización que las obliga a ser pasivas, elegantes y silenciosas; se llamaban defectuosas, poco atractivas y poco femeninas. Ellas se consideraban que no eran " mujeres reales ", y eran castigadas por poner su humanidad antes de su feminidad. El problema no era la mujer individual, era la compleja costumbre que las aprisionaba.

Simone de Beauvoir utiliza el término otro todo El segundo sexo para diagnosticar la posición secundaria de la mujer en la sociedad, así como en sus propios patrones de pensamiento. Una de sus metas principales en la realización del proyecto es responder a la pregunta de por qué la mujer es el otro. De Beauvoir explica que la realidad está formada por la interacción de fuerzas opuestas. Para cada tema, debe haber un objeto. Esta relación de reciprocidad es un principio primordial del pensamiento existencialista, y señala que el problema fundamental con el monopolio masculino en la subjetividad.

Esta idea es desigual y desequilibrada cuando se aplica a la relación entre hombres y mujeres. A lo largo de la historia humana, el hombre ha ocupado el papel del yo, el sujeto, el absoluto, el ser libre. Él ve a la mujer como objeto, la desviación, lo no esencial. Tiene valor como pareja sexual, pero no como una entidad independiente. De acuerdo con el esquema de hombre, la mujer es contingente, desviada, y no esencial. Ella lo completa, pero ella misma es incompleta. Debido a que es esencialmente antinatural vivir en el papel de objeto, mujer vacila entre el papel histórico y la afirmación de su libertad. Para aceptar su papel como el otro, niega a una gran parte de su humanidad y entrega todos los reclamos de libertad.

De

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