Capítulo 8 – Elementos represivos del régimen de Díaz
Enviado por Paao San Pablo • 28 de Junio de 2016 • Resumen • 1.385 Palabras (6 Páginas) • 1.482 Visitas
Capítulo 8 – Elementos represivos del régimen de Díaz
Los extranjeros que emprenden negocios en México suelen recibir un muy buen trato de las autoridades del país. Si llegó parahacerse rico rápidamente el gobierno será muy benéfico con él para alcanzar su ambición.
Para imponer su autoridad al pueblo que le es contrario, el general Díaz premió a los poderosos de país y trató al extranjero con libertad, sino que privó a su pueblo de sus libertades hasta dejarlo desnudo. Le arrebató los poderes, derechos y garantías y la facultad de pedir todo ello.
En 1876 el general Díaz ocupó con sus fuerzas la capital mexicana y se declaró a sí mismo presidente provisional. Convocó a una elección y se declaró a sí mismo presidente constitucional. Puso a sus soldados en posesión de las urnas electorales e impidió por intimidaciones que apareciera cualquier otro candidato en su contra. En esa forma resultó electo por ‘unanimidad’.
El vicepresidente Corral anunció que el gobierno tenía más de 50 mil soldados listos para actuar en menos de una hora. El pretexto de Díaz para mantener tal ejército en tiempos de paz siempre fue la insinuación de que el país podría estar en peligro de ser invadido por E.U. y la prueba de que su objetivo no era estar preparado contra una invasión sino contra una revolución interna se halla en el hecho de que en vez de fortificar la frontera fortificó ciudades del interior. Además mantuvo el grueso del ejército cerca de las grandes ciudades.
Capítulo 9 – La destrucción de los partidos de oposición
Los órganos de represión de la maquinariagubernamental de Díaz (el ejército, los rurales, la policía ordinaria, la policía secreta y la acordada) se dedican tal vez sólo en 20% a la persecución de verdaderos criminales y el otro 80% a la supresión de movimientos democráticos populares.
México nunca ha gozado de libertad política. El país sólo conoce las promesas de libertad. Sin embargo, estas promesas han ayudado a mantener a los mexicanos patriotas luchando por su cumplimiento, aunque sean muy grandes las desigualdades en su contra.
El primer movimiento de oposición ocurrió al finalizar el primer periodo de Díaz y su propósito fue la reelección de Lerdo, quién había huido a Estados Unidos cuando Díaz entró al poder. El movimiento fue aplastado del modo más sumario y no tuvo tiempo de hacer el menor progreso y salir a la superficie. Los dirigentes fueron considerados como conspiradores y tratados como si fueran reos de traición a pesar de que ni siquiera tuvieron un simulacro de juicio.
Durante los 10 años siguientes, hubo dos mexicanos que aspiraron, en diferentes ocasiones a oponerse al general Díaz para ganar la presidencia. Ninguno de los dos llegó con vida al día de las ‘elecciones’.
El movimiento del Partido Liberal fue el único que Díaz dejó progresar mucho en materia de organización. Surgieron unos 50 periódicos en su apoyo en diferentes estados del país pero todos ellos fueron suprimidos. Dicho partido hizo 2 revolucionesen contra de Díaz y ambas fracasaron de modo lamentable por la eficacia del gobierno para colocar espías entre los revolucionarios y poder así anticiparse a ellos; por los severos métodos aplicados en la represión y por la cooperación efectiva del gobierno de E.U. puesto que las revueltas tenían que ser dirigidas desde el lado norteamericano.
Capítulo 10 – La octava elección de Díaz por ‘unanimidad’
En una entrevista con el señor James Creelman y el Pearson’s magazine el general Díaz declaró que al terminar su séptimo periodo en el poder se retiraría y no volvería a ocupar el puesto otra vez, ya que para ese momento tendría 80 años, además dijo que un partido de oposición sería bienvenido y que lo apoyaría totalmente.
Esto causó un gran revuelo a lo largo de todo el país e inmediatamente comenzó una comedida discusión acerca de posibles candidatos a la presidencia y de incontables asuntos relativos al gobierno popular.
Pero en lo más acalorado de la discusión surgió la voz de que la promesa de Díaz no era definitiva así que inmediatamente dejaron de pensar en alguien para la presidencia pero no se rindieron fácilmente
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