Cuadro comparativo filósofos

Agustín de Hipona

Platón

Tomas de Aquino

Aristóteles

“La ciudad de Dios”, la primera filosofía de la historia desde el punto de vista cristiano, explica que la historia misma está determinada o guiada por Dios o la providencia divina. La historia comienza con la creación del hombre y concluye con el juicio final y nos conduce a poner en juego una elección crucial: optar entre dos ciudades antagónicas

Teoría de las ideas donde encontramos, desde una perspectiva metafísica, un dualismo antropológico y cosmológico. La realidad se encuentra escindida, separada en dos mundos.

La concepción de realidad se encuentra expuesta desde una perspectiva metafísica acorde con los 10 conceptos y categorías aristotélicas. Sin embargo, ello no significa que haya copiado fielmente, sino que logra imprimirle su propio hálito creador mediante una visión cristiana del mundo.

10 categorías o conceptos fundamentales: sustancia, cantidad, cualidad, relación, acción, pasión, lugar, tiempo, situación y hábito. Dichos conceptos representan los modos más generales de ser, es decir, los atributos reales que pueden decirse de las cosas.

La ciudad terrena (o ciudad del diablo) perecedera y pecaminosa. El amor de sí propio hasta llegar a menospreciar a Dios. Puso su gloria en sí mismo.

El mundo de las apariencias: mundo imperfecto, sensible, cambiante, efímero y nada seguro, el cual, a diferencia del mundo ideal, es captado o conocido por medio de los sentidos.

En el proceso de conocimiento, el sujeto capta o aprehende la forma del objeto, pero siempre a partir de los sentidos pues "no hay nada en el intelecto que no haya pasado por los sentidos"

El conocimiento del hombre se inicia a partir de los sentidos; quien esté privado de sentidos no puede adquirir conocimientos.

La ciudad de Dios, la ciudad eterna y buena de por sí. La ciudad celestial que es el amor a Dios hasta llegar al desprecio de sí propio. Puso su gloria en el Señor.

Mundo de las ideas donde se aloja la verdad, formado por las ideas eternas, increadas, intangibles, invisibles, imperecederas e inmutables que no son sino entes metafísicos que constituyen el verdadero ser de las cosas.

Mundo ideal y perfecto se ubica en el topos urano (región celeste) representa la auténtica realidad, un mundo real, objetivo, perfecto captado por la razón.

La mente tiene que partir de las cosas concretas para remontarse a las abstractas y generales, como los conceptos de sustancia, de cantidad o de cualidad, así como las nociones de espacio y de tiempo. Lo primero que conocemos son los seres o entes concretos.

Hay varias clases de sustancias. Existen las concretas e individuales que

por su grado de existencia, son llamadas sustancias primeras. Al lado están las

sustancias segundas que vienen siendo los conceptos generales, los géneros y las especies.

Los atributos de Dios tales como ser perfecto, único, eterno, inmutable, poderoso, bondadoso y sabio, se manifiestan en las criaturas, aunque no de una manera perfecta, sino como una especie de copia o imitación. Las criaturas en particular son algo así como ejemplos de las ideas o formas arquetípicas en la mente divina, de lo perfecto en su totalidad.

Cada idea es un modelo o paradigma de las cosas que observamos, pero que estas cosas jamás alcancen la suprema sin perfección de las ideas o de sus respectivos modelos. Un paisaje que observamos y que captamos por nuestros sentidos, no es más que una réplica o copia de un lugar ideal que existe en el reino de las ideas.

Si reducimos el ser a géneros o especies, éste ya no es más que un denominador común, evaporándose, así, el ser mismo como realidad concreta. De acuerdo con su teoría de la analogía, considera que el ser no puede ser un género.

Los conceptos universales, los géneros y las especies,

estas sustancias segundas, en la medida en que no está separadas de las cosas no son "hablando estricta mente" sustancias.

Las dos ciudades descritas en la ciudad de Dios están un mismo sitio, no están separados. Un mismo donde elegimos entre la salvación eterna, es decir, la ciudad de Dios o la eterna condena, la ciudad terrena.

En la teoría de las ideas los mundos están separados, el mundo de las ideas se encuentra en un supramundo a topos uranus (región celesta), mientras que el mundo de las apariencias en la tierra.

La mente distingue en los objetos concretos una sustancia y un accidente. Aquello que no cambia es la sustancia de las cosas, cualquier ser concreto de la realidad, y aquello cambiante es el accidente de esa misma cosa, una determinación complementaria de la sustancial.

La sustancia es como un soporte o sustrato que admite varias características que no lo constituyen en cuanto tal o que no son esenciales para su existencia y que por ello se llaman "accidentes"

El entendimiento humano se da por medio de las sensaciones, percepciones, hasta la razón nos ayudaran en los caminos de la fe y la gracia divina.

Conocer no es más que recordar aquellas ideas conocidas previamente en una vida anterior, cuando sólo éramos almas. El mundo material y percibido por los sentidos es imperfecto y nunca te lleva a la verdad.

Toda sustancia material está compuesta de materia y forma. Los seres o sustancias materiales presentan una composición hilemórfica (hile, “materia” y morphe, "forma"),

La sustancia está integrada por dos elementos: materia y forma. La materia es de lo que está hecha una cosa, y la forma lo que algo sea lo que es. Toda materia tiene forma y toda forma posee una materia. Acorde con la teoría de la materia y la forma, denominada hilemorfismo.

El alma es el vínculo donde mora Dios: “no salgan de sí mismos, en su interior está la verdad”.

Las almas puras vivían en el topos uranus, mundo de la verdad, de modo que conocían en forma directa las ideas. Sin embargo, debido a una falta cometida en contra de los dioses, acabaron por ser expulsa dos a la Tierra, mundo donde nada es verdadero y sus almas fueron encarceladas en trampas materiales o cuerpos donde tuvieron que conocer por medio de los sentidos corporales.

En la realidad material sólo existen en acto sustancias concretas, compuestos individuales de materia y forma. La forma que es por sí misma universal, necesita ser individualizada o particularizada. Sustituyó la noción de forma ejemplar y trascendente, idea platónica; por la de forma sustancial inmanente, de Aristóteles.

Los niveles de abstracción se relacionan con las capas de la realidad; la realidad física le corresponde la menor abstracción la mayor concreción; en cambio a la realidad metafísica le pertenece un máximo de abstracción y un mínimo de concreción.

Si existe el mundo corpóreo y extenso, el cual es efecto y hechura de Dios, entonces tiene el mismo orden, disposición, belleza y movimiento del mundo y de todas las cosas visibles; se proclama que sólo pueden haber sido hechas por Dios

Concibe la idea del bien como Dios o la Idea Suprema

Para que las cosas que están en potencia adquieran una nueva forma, se requiere de una causa eficiente, agente de cambio que modifica las disposiciones de una determinada sustancia corpórea, derivada de la potencialidad de la materia.

Las causas mediante las cuales se puede explicar la realidad son cuatro, entre ellas la causa eficiente, que es el principio primero del movimiento o del cambio.

El cambio presupone una privación o una exigencia de una nueva forma que para la sustancia no ha alcanzado todavía, pero que pide tener en virtud de las modificaciones producidas en ella por el agente

Tránsito de la potencia al acto, una actualización de diversas potencias, de seres que se están realizando continuamente.

La esencia es como una potencia que limita y contrae la existencia que recibe, mientras que la existencia es el acto de la esencia

El ser que todavía no es pero que llegará a ser, es decir el

ser en potencia. Todo ser es en acto y está en potencia.

Más allá del acto de ser no hay nada, todo lo que hay fuera de él es puro no ser. El acto de ser es el acto fundamental y último de todos los seres, ya que por él recibe cada ser sus determinaciones particulares

Ninguna cosa puede ser aquello que no está potencialmente en acto.

Dios es el acto puro, en Él no hay nada en potencia, por ello es absolutamente perfecto

Dios es acto puro sin mezcla de potencia, es una forma sin materia. Es, por lo tanto, el máximo ser de la realidad.

Primera vía para demostrar la existencia de Dios: Todo lo que se mueve es movido por otro motor; si este motor se mueve, necesitará a su vez de otro, así hasta el infinito; esto es imposible, porque no habrá ningún motor si no hay un primero, y éste es Dios.

Teología aristotélica, Dios concebido como un primer motor que mueve todas las cosas. Un motor que ya no sea movido por otro. Este motor inmóvil, como objeto de amor y del deseo que mueve sin ser movido es Dios.

Si el sujeto pensante es capaz de comprender y aprehender verdades necesarias, las cuales son superiores a la mente humana, entonces éstas deben estar fundadas en un ser supremo, la fuente de toda verdad es Dios.

Quinta vía: Los entes inteligentes tienden a un fin y un orden, no por azar, sino por la inteligencia que los dirige y esto nos lleva a pensar que hay un ente inteligente que ordena la naturaleza y la impulsa a su fin, y ese ente no es otro más que Dios.

La mejor vida es la de la inteligencia, a la que el hombre sabio se eleva sólo por breves periodos, por tanto, la vida de la inteligencia es la propia de la sustancia inmóvil, que la goza y vive continua y eternamente.

Dios es la sustancia plenaria, el ser en cuanto tal, que a su vez representa el superior conocimiento a que aspira la metafísica como ciencia del ser en cuanto ser.

Sólo mediante una iluminación sobrenatural puede el ser humano conocer en verdad a Dios. El saber se convierte en un acto de iluminación: Dios ilumina al hombre.

El concepto de Dios es primordial en cuanto que es el ser creador de todo, de ahí que sea necesario probar, por la vía de la razón su existencia, independientemente de que pueda hacerse por medio de una iluminación.

Crea 3 pruebas agustinianas de la existencia de Dios

Propone las cinco vías para demostrar la existencia de Dios