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Cuadro comparatuvio Miguel Santos


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2022  •  Tarea  •  3.662 Palabras (15 Páginas)  •  42 Visitas

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Miguel Santos

Guillén, C.

Anécdota

1

El autor habla de que la calificación en el ámbito educativo va dirigida solo hacia el estudiante. Esta calificación, irrefutable, le da responsabilidades de más al estudiante, pues lo ubica en una posición en la cual debe ser responsable por todo sin tener la posibilidad de calificar su proceso de manera consciente.

En la institución en la que llevé a cabo mis estudios desde primaria hasta bachillerato siempre hubo una pequeña nota destinada a la autoevaluación, esta a pesar de ser obligatoria, era dada por los docentes que quisieran dar esta nota, pues algunos preferían añadir esos puntos a otra nota para darle más valor y así no tener que “premiar la mediocridad”

En el grado décimo, un filtro en muchas instituciones, un docente en particular daba la nota de autoevaluación muy alta con el fin de no realizar la evaluación acumulativa respectiva del período. Por otra parte, otro docente de una asignatura diferente sólo daba la posibilidad de la nota autoevaluativa a quienes pasaran la materia.

2

Los procesos también deben ser tenidos en cuenta, pues uno de los problemas que se pueden encontrar en el proceso de evaluación en las instituciones educativas es que una entrega sólo está bien o mal, no hay puntos medios.

A medida en que los estudiantes van avanzando en los años escolares, el proceso de calificación se torna un poco más binario, llevando al estudiante a ser el que lo hizo bien o el que lo hizo mal. Es importante, para mantener el interés de los estudiantes en continuar con el proceso educativo, valorar cada aspecto del proceso que se lleva a cabo al momento de realizar una entrega.

Cuando recién entré a sexto grado, tuvimos como trabajo en clase escribir un poema, en ese entonces, mi caligrafía era buena, pero escribía con mayúsculas sostenidas. Al momento de realizar la entrega, la docente no revisó lo que había escrito si no que al ver todo en mayúscula optó por cualificarme con 0 mi actividad, sin si quiera revisar lo que había escrito.

3

Puede ser que la formación profesional esté rindiendo frutos muy buenos, pero en el camino se está dejando de lado la formación del ser. Se pueden encontrar estudiantes muy capaces en cuanto a las actividades académicas se refiere, pero que no tienen la facilidad de comunicarse con sus pares, bien sea en el ámbito académico o social, pues, en las instituciones no se trabajan estos aspectos.

Es muy importante formar al profesional, pero es igual de importante formar a la persona. No se trata solo de enseñar reglas de gramática o de aritmética, pues si el estudiante no es siquiera empático, respetuoso, comprensivo, entre otros aspectos, tendrá muchos conocimientos que no compartirá con quienes no estén a su mismo nivel y el conocimiento que no se comparte es conocimiento perdido.

En un trabajo que tuve en una de mis vacaciones, conocí a cierto ingeniero muy bien preparado, sabía muchas cosas y sus notas en la universidad habían sido muy buenas. Sin embargo, esta persona sólo se relacionaba con personas de su mismo nivel, otros ingenieros, pues decía que aquellos que no eran ingenieros no entenderían de qué hablaba y sólo perdería el tiempo tratando de explicar algo que probablemente no entenderían.

4

Imponer es perjudicial. Al esperar que los alumnos aprendan de manera directa y sin cuestionamientos lo que el docente quiere que aprenda, sale a la luz un problema grande y es que los estudiantes se sentirán agobiados e incómodos, lo que lleva muchas veces al desinterés que en muchos casos puede ser peligroso.

El estudiante debe tener cierta libertad para aprender lo que le interese aprender. Sin embargo, si hay algo que el estudiante debe aprender, el docente tiene la responsabilidad de encaminar su clase de tal manera que las diferentes actividades que realicen lleven a los estudiantes al punto que el docente espera que lleguen.

En clase de geometría, el profesor nos dejaba explorar libremente las propiedades de las figuras geométricas usando un software, para después, haciendo uso de nuestra experiencia en la exploración, llegáramos al análisis de propiedades y la estructuración de teoremas que nos permitieran usar figuras geométricas básicas en la resolución de problemas más complejos.

5

El estudiante atraviesa muchos procesos, procesos que le dejan diferentes aprendizajes que son importantes, pero al no estar establecidos en el currículo de clase, no son tenidos en cuenta. Es necesario darle la importancia que se merecen estos aprendizajes, pues pueden ser incluso más de los que se dibujan en el currículo académico y al ser tan importantes, hacer la respectiva evaluación de estos aprendizajes.

Muchas veces los estudiantes aprenden más gracias a los conocimientos que sus pares les comparten, pero estos conocimientos no son tenidos en cuenta por los docentes, es fácil despreciarlos al no estar obligados a evaluarlos por el pensum que deben seguir.

Para aprender a sumar la estrategia llevada a cabo por mi docente de primaria era “dibujar palitos” o “contar con los dedos”, esta estrategia funciona con cifras pequeñas, pero aún con esto, no me enseñaron una estrategia para contar cifras grandes. Un compañero de clases me enseñó que para sumar o restar él hacía un proceso denominado “completar la decena”, este proceso lo aprendí gracias a él, pero no fue tenido en cuenta por el docente.

6

Los docentes evalúan buscando errores. Buscan algo para corregir y dan una nota o un veredicto teniendo en cuenta más los errores que lo que está bien.

Si se evalúa desde lo que está mal, probablemente la calificación sea lo suficientemente estricta como para crear desinterés en el estudiante, pues sentirá que no es valorado lo que hizo bien.

Un docente de la universidad, de cierta materia relacionada con números, calificaba los trabajos y parciales partiendo desde el 5 y quitando nota dependiendo de los errores que iba encontrando a lo largo del desarrollo de este, lo cual no le daba espacio a la evaluación del proceso.

7

Al momento de evaluar, no se tienen en cuenta los factores más importantes que influyen directamente en el rendimiento del estudiante. Es importante tener esto en cuenta al momento de evaluar para tener una perspectiva más amplia del proceso.

Es necesario tener en cuenta los vacíos que pueda tener el estudiante por cursos anteriores, así como diferentes situaciones personales que pueden interferir con su proceso de desarrollo académico para no arrojar un juicio de valor que pueda ser despectivo para el estudiante.

Cuando cursé la primaria, tenía compañeros que vivían en veredas y como medio de transporte usaban lo que se conoce como “motocarreta”, estos artefactos, usados principalmente para el trabajo pesado, ensuciaban el uniforme de los estudiantes, lo cual llevaba a los docentes a privarlos de la presentación de evaluaciones o exposiciones por la aparente falta de presentación personal.

8

Es necesario evaluar entendiendo el contexto y hacia dónde apunta el estudiante a futuro, pues teniendo en cuenta esto se puede llegar a la obtención de resultados más significativos.

Muchas veces no se tienen en cuenta las aspiraciones que tienen los estudiantes. Por ejemplo, cuando un estudiante quiere dedicarse al arte y por tanto no le da mayor importancia a las matemáticas o la física. Muchos docentes no tienen esto presente y evalúan duramente a estos estudiantes, llegando incluso a desanimarlos.

Un docente de la universidad cambiaba la nota del parcial por los dibujos que hacía un compañero justificando que era algo que era igual de válido, pero no estaba en el lugar indicado, motivándolo a estudiar algo que tuviera que ver con el arte o con lo que de verdad le apasionaba.

9

La calificación cuantitativa limita la correcta evaluación del proceso de aprendizaje, pues no se tiene en cuenta el proceso que lleva a cabo el estudiante o el contexto en el que se desenvuelve, entre otras cosas. Asignar un número puede generar desinterés entre los estudiantes al no sentirse lo suficientemente capaces de llegar a un 9 y crea una comodidad cuando se habla de pasar con 6 o cual fuera la nota mínima para aprobar.

Asignar a los estudiantes un número, independientemente de cómo sea el proceso evaluativo del docente provoca que los estudiantes muchas veces se desinteresen por una materia en la que saben que no llegarán a ser excelentes. Esto sumado a la presión de tener que rendir buenas notas a los padres genera preocupación, ansiedad y muchos otros sentimientos negativos que probablemente no permitirán que el estudiante se desarrolle de manera óptima.

Cuando llegué a la universidad, conocí un docente que calificaba con colores, esto fue un giro de 180 grados con respecto a todo lo que conocí hasta ese momento como el sistema de calificación, pues se sentía que iba más allá de simplemente obtener un 3, un 4 o un 5. El tener este sistema diferente de evaluación generaba cierta motivación y permitía que el desarrollo de actividades fuera más natural al no estar limitado a un número.

10

Si bien el método de evaluación no es el adecuado, a la hora de la puesta de práctica de este, la reflexión que se hace para evaluar no es la adecuada y no se hace una crítica válida con respecto a lo que se enseña y lo que se espera que el estudiante aprenda.

No se evalúa mucho el proceso, muchas veces los docentes no hacen si quiera una reflexión sobre los aspectos que va a tener en cuenta a la hora de evaluar, simplemente esperan que el resultado sea el correcto y si en algún punto encuentran un error, invalidan la respuesta.

Tuve un docente que, al momento de evaluar, hacía una reflexión teniendo en cuenta los errores de todo el curso para así generalizar en qué fallaba todo el curso y dar una nota más justa.

11

Incoherencia evaluativa. Los docentes muchas veces no encaminan la evaluación de su proceso de tal manera que sea consecuente con lo que enseñaron y con cómo lo enseñaron. Dicho esto, se entiende que el docente no debe esperar evaluar resultados que se salgan de los límites que el mismo estableció, consiente o inconscientemente, al momento de enseñar.

Si un docente enseña usando un método memorístico, entonces debe realizar su actividad evaluativa esperando que los estudiantes hayan memorizado y que este proceso sólo lo tendrán para el momento de la evaluación, luego pasará a ser insignificante y, en consecuencia, lo olvidarán. Se puede hacer una analogía similar con cualquier otro método de enseñanza, analizando en este los aspectos positivos y negativos con los que se puede topar el docente al momento de evaluar todo un proceso de enseñanza/aprendizaje.

Tuve un docente el cual en clase sólo contaba anécdotas de su vida y para avanzar en los temas simplemente nos daba textos para leer, no había reflexión en grupo o individual y al momento de evaluar esperaba que hubiera procesos de razonamiento profundo por nuestra parte, pues tomaba cuestionarios de pruebas de otros docentes que se suponía tenían que ver con lo que “habíamos trabajado”.

12

Cuando se habla de una evaluación competitiva no es precisamente reflexionar sobre las capacidades de los estudiantes, si no más bien crear una especie de rivalidad entre ellos para así tener al “mejor” y al “peor”, esperando ilusamente que los estudiantes que sean clasificados como los “mejores” se sientan realizados y los del otro grupo generen una especie de motivación para mejorar y pertenecer al otro grupo.

Separar en dos grupos a los estudiantes, teniendo en cuenta los resultados cuantificados, es tan perjudicial para los mismos estudiantes porque el personal docente inconscientemente excluye a los “peores” argumentando falta de interés y poca capacidad para resolver situaciones planteadas en la clase. Además de que se crea una separación entre los mismos estudiantes por estas etiquetas impuestas, haciendo que el aprendizaje colaborativo no se presente en el curso.

En la institución de la cual salí como bachiller, los docentes no prestaban mucha atención a los estudiantes que tenían malas notas, pues, estos al estar catalogados como los más malos del curso, no se sentían entusiasmados por participar en la clase y se limitaban a entregar tareas y trabajos simplemente por cumplir, pues de cualquier manera no iban a obtener buenas calificaciones.

12+1

El personal docente no se detiene a evaluar su sistema de evaluación. Impone en los estudiantes lo que consideran está correcto para ser usado, sin hacer una reflexión propia y mucho menos atender a las críticas realizadas por los estudiantes.

Muchas veces los docentes tienen un sistema evaluativo basado en sus propias experiencias y no tienen en cuenta los procesos que realmente se desarrollan en el aula, dejando muchos vacíos en los estudiantes al no ser correctamente evaluados.

Cuando un docente es muy mayor, es poco común que cambie sus métodos de enseñar, más aún sus métodos de calificar. Tuve un docente muy mayor que calificaba de tal manera que lo que se le entregaba estaba bien o estaba mal, no había puntos medios. Su justificación, así aprendió él y gracias a eso sabía lo que sabía.

14

La evaluación está hecha para establecer posiciones. Si el docente no tuviese la facultad de calificador, probablemente su autoridad sería muy cuestionada, pues al final los estudiantes están ahí por obtener una calificación. De esto se puede entender que el docente, en última medida, evalúa a sus estudiantes para mantener un orden en el aula.

Al no haber una libertad de elección por parte de los estudiantes, estos no asisten a sus clases por el hecho de querer aprender sino más bien por obtener una nota la cual debe ser aprobatoria para así cumplir con la responsabilidad impuesta por los padres, pues es bien remanente la frase “su única responsabilidad es estudiar” sin cuestionar si lo que se estudia es de interés.

Muchas veces tuve docentes que al percatarse del mal comportamiento el salón de clases recurrían a “bajar puntos de algún trabajo” para así buscar un orden en la clase, al ser la nota lo que estaba en juego, funcionaba el condicionamiento que nos aplicaban.

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Condicionamiento. Es tanto el poder que tiene el proceso de evaluar que le da facultades al docente para controlar a sus alumnos de tal forma que puede incluso hacer que piensen como él quiere que piensen. A todas luces, esto es un problema grave, pues, limita el desarrollo de los estudiantes a lo que el docente quiere o espera de sus estudiantes. Esto se sale de los términos que se entiendes como evaluativos, puesto que se impone el pensamiento del evaluador y no se hace una crítica real y válida al momento de evaluar.

Cuando el docente impone sus juicios de valor al momento de evaluar, deja de ejercer el correcto ejercicio de la evaluación y se deja llevar por el poder que tiene sobre los estudiantes una buena o una mala nota.

Poder controlar esto le permite condicionar a sus evaluados de manera poco moral pues no se enfoca realmente en un proceso evaluativo.

Un docente de bachillerato solía controlar el comportamiento del curso haciendo actividades en toda la institución usando a los estudiantes como logística. Quienes no apoyaran los eventos no aprobaban la materia, pues de cualquier modo no había otra manera de conseguir la nota.

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La evaluación no va más allá del simple acto de sancionar y condicionar a los estudiantes desde la perspectiva del poder que tiene el docente, pues no se pretende hacer un énfasis en el proceso de evaluación de lo que se espera que el estudiante aprenda.

Muchas veces los docentes ni siquiera evalúan para corregir, sancionar o condicionar, si no que simplemente lo hacen para cumplir con la norma de tener que asignar una nota a sus estudiantes. Hace falta profundizar en esto, pues puede ser tan bueno como realizar una evaluación cualitativa que se refleje en una nota necesaria para aprobar o reprobar una asignatura.

Mi docente de cátedra de la paz en el colegio solía promover debates en los que de alguna manera terminábamos participando todos y dependiendo de qué tanto se profundizara en el debate asignaba una nota para todo el curso. Esto se entiende como una manera de evaluar que consistía en asignar una nota porque era necesario reportarlo en la plataforma.

17

La evaluación unidireccional no permite que quienes evalúan tengan un proceso de reconstrucción de su método evaluativo, pues la jerarquía que se preestableció causó de alguna manera un estatus de superioridad de acuerdo con el nivel en el que el evaluador se encuentre, cerrándose así, a la posibilidad de recibir una crítica por parte de quienes evalúa.

Es fácil ver, sobre todo en los mayores, que hay docentes que se niegan rotundamente a escuchar comentarios acerca de sus métodos, pues aparentemente funciona para ellos y sólo tienen buenas notas quienes saben. Es decir, no ahondan en el proceso de quienes no tienen buenas notas. Al no permitirse recibir comentarios, no tiene la posibilidad de cambiar su método de evaluación del proceso de aprendizaje de los estudiantes.

Tuve un profesor muy mayor cuyo sistema de evaluación consistía en la velocidad con la que los estudiantes resolvían problemas, los que tardaban mucho simplemente no eran tenidos en cuenta pues eran etiquetados como menos capaces y, por tanto, menospreciados. Este docente no escuchaba a los estudiantes cuando estos le pedían más tiempo o que por lo menos revisaran sus procedimientos.

18

La falta de la evaluación externa, la cual es más imparcial y por tanto consecuente, lleva a que el proceso de enseñanza/aprendizaje se limite a lo que el docente evalúa, sin dejar espacio a una crítica que permita que se analice de qué manera están funcionando los métodos usados por el docente tanto como para enseñar como para evaluar y del mismo modo, qué tanto aprenden los estudiantes.

Cuando un evaluador, que es ajeno a un curso e incluso a una institución, realiza un proceso crítico en un curso da pie a una evaluación más transparente que como consecuencia tendrá el amplio desarrollo del curso diferentes aspectos.

Cuando algunos docentes no podían asistir a clases y algunos estudiantes éramos seleccionados para estar al pendiente de un curso, generalmente un grado inferior, nos encontrábamos con muchas faltas en los estudiantes que aseguraban el docente les permitía cometer, pues no era tan riguroso como debería serlo con los estudiantes.

19

El docente no da a los estudiantes la posibilidad de realizar el proceso de autoevaluación partiendo del hecho de la falta de criticidad por parte de los estudiantes al momento de llevar a la acción este proceso. Salen a luz muchas discrepancias con la nota y el proceso del estudiante a lo largo del curso, por lo tanto, la nota la termina acomodando el docente de acuerdo con los resultados obtenidos por el estudiante.

La falta de educación emocional y el desarrollo del pensamiento crítico lleva a los estudiantes a ver la autoevaluación como una nota la cual pueden acomodar para conseguir la nota mínima para aprobar un curso, por lo tanto, no harán una reflexión verdadera sobre su proceso en el curso.

Cuando la nota mínima para aprobar una materia era 6, la nota correspondiente a la autoevaluación era una unidad, en vista de esto, los estudiantes solíamos apuntar a conseguir el 5 correspondiente a las tareas y trabajos para al final pedir la unidad correspondiente a la autoevaluación y con esto aprobar la materia.

20

La evaluación distemporal no es muy acertada, pues los factores que limitaban en un primer momento a la persona que esté evaluando probablemente tiempo después no sean importantes al momento de realizar una crítica al sistema actual. Esto hace referencia a los cambios que sufre un sistema con el paso de los años, tanto legales como sociales que puedan tener peso a la hora de profundizar en el proceso de enseñanza/aprendizaje.

Es muy común escuchar a las personas mayores hablar sobre las dificultades que estos tenían en su época escolar y la comparación que hacen con los resultados que obtienen los estudiantes contando con tantas facilidades que si ellos hubiesen tenido probablemente estarían por encima de los resultados de hoy día, sin contar con la infinidad de cambios que ha afrontado la sociedad actual que por supuesto tienen peso en el proceso educativo.

He conocido muchos adultos que afirman que sus calificaciones serían mejores que las mías si hubiesen tenido las facilidades que yo tengo, pues con tanta información y la facilidad que hay para acceder a ella es insensato de mi parte no rendir con notas más altas.

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La para evaluación es el proceso por el cual se evalúa todo el proceso externamente.

En muchos planteles educativos, los docentes se limitan a evaluar el proceso netamente conceptual de lo que enseñaron, sin profundizar en lo que el estudiante verdaderamente aprendió, los errores que cometió y mucho menos en cómo se dio este proceso.

Muchos hemos tenido docentes que se limitaban a evaluar si un problema estaba bien o mal, centrándose únicamente en el resultado obtenido, sin hacer una reflexión en el proceso que estudiante llevó a cabo.

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Es necesario “evaluar la evaluación” para así realmente llevar a cabo un proceso evaluativo que tenga un significado que va más allá de que el estudiante logró desarrollar algún problema o resolver una situación. Es necesario, entonces, que el método con el cual se va a evaluar al estudiante sea lo suficientemente completo para que abarque todo el espectro del desarrollo del evaluado.

Como se ha mencionado antes, el personal docente se limita muchas veces al desarrollo de un concepto por parte del estudiante, y no tiene en cuenta algo que tiene igual significado en todo el campo del aprendizaje. La evaluación actual no tiene en cuenta muchos aspectos psicológicos, sociales y ambientales que hacen que el estudiante entregue o no buenos resultados.

Cuando un docente realmente se detiene a analizar todo lo que implica evaluar al estudiante, se encuentra con muchas variables que pudieron influir en su desempeño. Un docente de la universidad solía estar al pendiente incluso de si sus estudiantes habían comido antes de ir a sus exámenes, qué tanto habían dormido, entre otras cosas.

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