¿Cuán Legítima Es La Información Que Nos Aporta La Experiencia?

El presente ensayo, intenta discernir hasta qué punto podemos fiarnos de los datos recopilados por nuestros cerebros, a través de los sentidos.

Para tal objetivo, se tratará de comparar en paralelo la película “Matrix” con parte de los postulados de Renato Descartes en si obra “Meditaciones Metafísicas”.

En Matrix, los personajes viven conectados a un programa de realidad virtual. Todas las experiencias que viven los humanos son creadas a través de estímulos artificiales. Morfeo dice: ¿Qué es real? ¿De qué modo definirías real?. Se refiere a lo que se puede sentir, a lo que se puede oler, a lo que se puede saborear y ver; por tanto, lo real podría ser las señales eléctricas que son interpretadas por el cerebro.

Uno podría plantearse la siguiente pregunta ¿Hasta qué punto lo que percibimos por los sentidos es real? Hay filósofos que llevan siglos planteándose esta interrogante, por ejemplo, Kant expresó: lo que conocemos a través de los sentidos es el fenómeno, lo dado a nuestra experiencia. Lo que sea “la cosa en sí”, es decir, lo que haya en el mundo que provoque nuestras experiencias, es el “noúmeno”, y es algo a lo que no podemos acceder.

No sabemos que hay en el mundo que provoca nuestras sensaciones. La única conexión de nuestro yo con la supuesta realidad (la cual desconocemos) son nuestros sentidos, de tal manera, ¿Hasta qué punto podemos estar seguros de que lo que conocemos del mundo es real?

Descartes fue el primero en establecer bases con respecto a este escepticismo acerca de lo real. Él intentaba esclarecer hasta qué punto podemos fiarnos de la información que nos aporta la experiencia. Renato descartes había comprobado que, en ocasiones, los sentidos le habían engañado con ilusiones. El filósofo también había notado que algunos sueños parecían tan reales como cuando uno está despierto; por tanto la experiencia no parecía ser una fuente fiable de conocimiento. El procedimiento utilizado por el filósofo se llama “la duda metódica”, y consiste en poner en duda todo aquello que no sea completa y absolutamente innegable, con el propósito de descubrir si existe alguna verdad más allá de toda posible duda. Para rechazar todo aquello que se pueda poner en duda de forma razonable, Descartes utiliza tres argumentos:

El argumento del error de los sentidos, ya que los sentidos, en algunas ocasiones nos llevan a error, por ejemplo, el caso de los espejismos. Entonces, ¿podemos estar seguros de que no nos engañan siempre?

En Matrix, los sentidos apuntan siempre a hacer referencia a un mundo real, pero todo es el producto de una ilusión.

El segundo argumento es el del sueño. Podría ocurrir que todo lo que una persona cree real es producto de un sueño; ya que en algunas ocasiones, las ilusiones del sueño pueden engañarnos al creer que se trata de experiencias reales.

En Matrix se puede ver que todos los que están enchufados (a Matrix) están viviendo un sueño colectivo, y todos creen estar viviendo en el mundo real, mientras están en su matriz, igual que si se tratara de una cama en la que se duerme durante el sueño.

Según Descartes, el hecho de soñar una cosa no implica que esta no pueda ser verdad, aunque sea por casualidad. Los sueños pueden ser, al menos en principio, fuente de conocimiento.

El tercer argumento corresponde al del genio malino. Descartes imagina que todas las vivencias, experiencias y recuerdos que posee son depositadas en él por un genio maligno y todopoderoso que le engaña. Llegado a este punto, Descartes ha logrado alcanzar una situación en la cual la persona no puede estar segura de que ninguna de sus vivencias corresponde con la realidad. Si consigue encontrar una verdad sobre la cual no pudiera engañarle este genio maligno

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