Diogenes
Enviado por alejandro12961 • 21 de Febrero de 2015 • Examen • 1.671 Palabras (7 Páginas) • 180 Visitas
DIÓGENES
Era descendiente de Iceso el banquero, nacido en la colonia griega de Sinope hacia el 412 a. C.. Diocles declara que como su padre tuviese banco público y fracase la moneda adulterina, huyó Diógenes. Pero Eubulides, en el libro de “DIÓGENES”, afirma que el mismo Diógenes fue quien lo hizo , y salió desterrado con su padre. Y aún otros dicen que falsifico una moneda y por ello desterrado; lo que se concuerda es que huyo a Delfos. Que preguntó no si adulteraría la moneda, sino que debía practicar para ser hombre célebre, y de esto recibió el oráculo referido.
Pasándose a Atenas, se encaminó a asistentes quien levanto su báculo y estando Diógenes bajo este dijo: “descárgalo, pues no hallarás leño tan duro que de ti me aparte, con tal que enseñes algo ” y desde entonces quedo discípulo suyo. De aquí hayo el remedio a su indigencia hallando donde comer y donde beber.
Se encontró un tiempo débil de fuerzas, lo que lo llevo a andar en sus viajes con un báculo y un zurró; pidió un cuarto para acomodarse pero al no ser atendido rápidamente tomo como habitación la cuba de metroó.
Era tan vehemente que llamo a la escuela de Euclides cólera, a la disputa de Platón la llamó un concurso, a los Juegos Bacanales les dio el nombre de grandes maravillas para los necios, y a los gobernadores del pueblo les decía ministros de la plebe. Con los grandes profesionales de las áreas, decía que el hombre es el animal más recomendable de todos, pero sin embargo cuando veía a los mundanos decía que nada tenía por más necio que el hombre.
Entre Diógenes y Platón existía un evidente sarcasmo. Y así mismo una clara ironía y a su vez inquietante admiración para con los gramáticos, los músicos, los matemáticos, los oradores, los avaros y principalmente de los esclavos y para cada uno de ellos tenía una frase, y a estos últimos les correspondió: “admirase a los esclavos que viendo la voracidad de sus amos nada hurtaban de la comida”
Tenía una visión un tanto equitativa pues a los esclavos les decía que no solo hay que obseder por obedecer si no por el simple hecho de la obediencia como virtud. Además del hecho de que muchos obtienen riquezas por el simple hecho de que son riquezas, no hay valor por la funcionalidad o la calidad.
Diógenes, poseía una grandiosa capacidad para enseñar a sus discípulos de una manera muy peculiar, pero al parecer bastante humana y espiritual, y en tanto tuvieran conocimiento: la humildad era la grandeza. Del mismo modo Diógenes aplicaba lo que predicaba pues su andanza por la vida fue verdaderamente humana.
Adquirió una visión objetivista sobre la oración, pues para él los hombre rezaban por las cosas que les parecían buenas para sí mismo pero no las que realmente lo eran. Y así mismo, criticaba a los hombres que “tiraban la piedra y escondían la mano”. Y señalaba a los diputados ladrones grandes pues los otros (aquellos conocidos en las calles) eran simple ladrones. Y al necesitar dinero pedía a sus amigos que le diesen no como un préstamo si no como el pago a una deuda.
A todos aquellos que ponían su gloria a la retórica los llamaba tres hombres por ser tres veces miserables. El rico-ignorante era para Diógenes la oveja con la piel de oro.
Llamo al amor por el dinero la metrópoli de todos los males. Y que los hombres buenos eran imágenes de los dioses y el amor, y para él, la cosa más miserable existente en la vida era el viejo pobre.
Una vez habiendo visto unas mujeres ahorcadas expreso que esperaba que los arboles dieran un fruto como lo es la mujer. Pero, por otro lado tenia diferentes opiniones del matrimonio, los jóvenes no estaban listos y los viejos mucho menos.
Y al igual que con Platón tenía una opinión de locura para con Sócrates, “era un loco”.
Refuto el hecho de renegar por la vida, para él vivir no era malo, es malo vivir mal.
Diógenes tenía en claro cuánta era la necesidad de hambre, tanto que un día en visita al retorico Anaxímenes y quien era de cuerpo robusto, le dijo que debería este regalarles un poco de tripa, pues Diógenes y los otros se alimentarían y este tendría un mejor cuerpo, de todos modos, todos se beneficiarían.
Tanto gustaba de la filosofía que al ver a un joven
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