EL HOMBRE Y EL LENGUAJE

EL HOMBRE Y EL LENGUAJE.

        Partiendo de la palabra griega “logos” que significa entre otras cosas razón, pensamiento y para este caso en particular lenguaje, Aristóteles se basa para mencionar que el ser humano es el único animal racional y como consecuencia el único que es otorgado con logos por su capacidad de pensar y de comunicarse a través del lenguaje y no como otros animales, que si bien es cierto se comunican, también es cierto ,que la forma en que lo hacen es de una manera bastante  limitada y  en cambio los hombres al tener lenguaje pueden informarse recíprocamente y expresar ampliamente todo lo que piensan y al hacerlo logran tener tanto conceptos comunes (empatía), así como ideas contrarias.

        Desde tiempos remotos ha surgido el cuestionamiento de cuando se originó el lenguaje, ya sea a partir del punto de vista religioso, en donde se lo atribuyen a la creación y de igual forma a la torre de babel, y por el otro lado el hombre se plantea cuando fue el origen del lenguaje desde el plano natural del mismo, en donde no se concibe un ser humano sin lenguaje (a-lingüístico), y por lo tanto no hay un origen definido del lenguaje, debido a que el hombre al tener siempre pensamiento ha contado siempre con lenguaje, y por lo cual concluyen que los seres humanos sólo pueden pensar dentro del lenguaje. que no es más que la conciencia que el hombre utiliza para comunicarse con el mundo; aunque aclarando que en el ejercicio ningún individuo cuando habla, posee una verdadera conciencia de su lenguaje, porque existen ocasiones en donde el ser humano se cuestiona si una palabra es extraña o se pronuncia de manera distinta y cuando existen este tipo de problemas el autor menciona tres elementos que son importantes de distinguir, como es (i) el auto-olvido esencial, que significa que aún y cuando el lenguaje tiene una estructura con leyes gramaticales, la realidad es que el hombre al expresarse olvida cuales son estos fundamentos y se limita a expresarse, y solo hasta el momento en que alguna palabra le suena diferente o extraña es cuando realmente se da cuenta si está  o no expresando correctamente; (ii) la ausencia de yo, esto significa que la persona es la que menos interesa en el lenguaje y que lo verdaderamente importante es la palabra (hablar), pero con un fin, hacerle ver al otro lo que dijiste (el diálogo), o como diría el autor hablar es hablarle a alguien y el que habla un idioma que ningún otro entiende, en realidad no habla, además de que hace énfasis en que al haber diálogo uno se sentirá lleno, que es lo que dice Platón en juego del habla y replica, prosigue en el diálogo interior del alama consigo misma, como lo definió al pensamiento; y  (iii) la universalidad del lenguaje, esto significa como cita el autor que el lenguaje es el verdadero centro del ser humano y es tan imprescindible para la vida humana, como el aire que respiramos, y es trascendental mencionar que el hombre ocupa el lenguaje aún y cuando no está hablando, porque todo lo que piensa lo traduce a palabras y que si el diálogo se interrumpe porque las personas ya dijeron suficiente o no hay más que decir, internamente continúan pensando y desarrollando lenguaje para renovar el diálogo o por evaluar lo expresado.

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