Educación Con Sentido

A través del tiempo, se han expresado diferentes puntos de vista sobre la educación, entre ellos el filosofo alemán Friedrich Nietzsche, quien, como ya sabemos, pertenece a la corriente idealista y su enfoque tiende a valorar un elemento que para él es central: “la voluntad” del individuo. De acuerdo a su punto de vista, sólo se logra aprender cuando se ha desarrollado el gusto; ello significa que las personas se nieguen al “sentimiento de culpa”, al “ideal cristiano”, al siglo XVIII de Rousseau, al “romanticismo” y a la “preponderancia de instintos”. Como una de los aspectos que pinta mejor estas cinco negaciones podemos recordar que para este filósofo, el amor es una de las palabras menos utilizadas. Una de las ideas más importantes tiene que ver con la formación de individuos que sean capaces de desarrollarse por sí mismos, de esta forma Nietzsche siempre hacia referencia de un superhombre.

Para Nietzsche, todo proceso educativo debe estar orientado a cumplir con tres tareas importantes: se debe aprender a ver, aprender a pensar, aprender a hablar y a escribir. El aprender tiene relación con la calidad del hombre que puede aproximarse a las otras cosas, con una visión objetiva, producto de su observación dirigida por la voluntad. Por ello podemos deducir que observar es un “ver” sin una técnica elaborada; sino a un arte.

Aprender a ver, según Nietzsche, es acostumbrar los ojos a mirar con calma y con paciencia, dejar que las cosas se acerquen a nosotros, aprender a no ser impulsivos al emitir juicios. Un primer paso para alcanzar el desarrollo intelectual consiste en no responder de manera refleja los estímulos, sino que se debe saber controlar los instintos que nos aíslan. En cuanto al pensar, en su análisis se describe a las escuelas como instituciones donde no ocurre el aprender a pensar; para él era necesario dejar en libertad a los estudiantes dar campo a su voluntad y al gusto de hacerlo.

El enfoque de Nietzsche se puede generalizar en el auténtico aprender, con lo que le dan un sentido al trabajo que se realiza con gusto, por ello creía con toda seguridad que lo más importante era formar hombres capaces de superarse a sí mismos, es decir superhombres, entendidos como individuos que pueden marcar un rumbo para su vida al fijarse una meta claramente definida, además de poder brindar una esperanza.La frase: “aquel que tiene un porque, puede sobrevivir a cualquier como”, se puede interpretar como el propósito que todo individuo puede tener y que al enfrentarse a diferentes circunstancias, debe ser capaz de superar todos los problemas. Para ello es necesario que no se caiga en el pesimismo, ya que según Nietzsche es una enfermedad, que si cayéramos en el estaríamos negando la vida con voluntad y representación; por el contrario deberíamos estar predispuesto a afrontar vicisitudes que podemos encontrar en el camino.

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