El Educar para la vida o para trabajar
Enviado por Archi Rosales • 31 de Mayo de 2017 • Ensayo • 2.582 Palabras (11 Páginas) • 531 Visitas
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“¿PARA QUÉ SE EDUCA AL HOMBRE?”
(Ensayo)
Nombre:
Resendez Izaguirre Karla Irasema
Carrera:
Administración y Planeación Educativa
Materia:
Investigación Documental
Maestra:
Contreras Villareal Rosario
INDICE
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN 3
¿PARA QUÉ SE EDUCA AL HOMBRE? 4
FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN 6
ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA DE LA EDUCACIÓN 7
¿EDUCAR PARA LA VIDA O PARA TRABAJAR? 8
CONCLUSIÓN 10
BIBLIOGRAFÍA 11
INTRODUCCIÓN
En el presente ensayo se abordarán temas de ámbito educativo y las cuestiones que nosotros nos hacemos a lo largo del tiempo que estamos estudiando como ¿para qué nos sirve algún tema que hemos aprendido en clase para aplicarlo a la vida cotidiana?, si las instituciones educativas están preparando personas solamente para que encuentren un trabajo y así satisfacer nuestras necesidades o si nos están formando para vivir nuestras vidas plenamente, así como las cuestiones de ¿para qué se educa el hombre?, ¿qué fin tiene educarlo?, ¿qué es el hombre?, etc.
También se aborda una breve explicación del modelo antropológico de Octavi Fullat y de “la caverna” de Platón. En esta última, también se da una breve interpretación de lo que es el educando en el aula de clase, donde recibe la información pero no la practica en la realidad hasta que se le da la libertad de hacerlo y salir a conocer el mundo exterior.
¿PARA QUÉ SE EDUCA AL HOMBRE?
El hombre desde que nace es una “bestia” por decirlo así, que tiene que ser educada y que puede ser educada ya que es una parte de su necesidad o una exigencia y por lo tanto hay que estar educándole siempre. A comparación de los animales que reaccionan mediante sus instintos y que pueden aprender mediante un estímulo-respuesta, el hombre retiene la información y la asimila utilizando la razón. No se encuentra encerrado como los amínales en un estímulo-respuesta, sino que se halla en un estímulo y varias respuestas. “La razón es una capacidad de conocer distinta del conocer animal; además es una capacidad delimitada por la voluntad y por el sentimiento” (Fullat, 2012)
El ser humano es algo inconcluso, algo que desde el momento en que nace, no nace completo, es algo indeterminado que con el tiempo lo que busca es la perfección que como ya sabemos, es algo inalcanzable.
En cuanto a la educación, se puede decir que es un proceso de aprendizaje que se da primeramente en nuestros hogares, en donde se nos inculcan nuestros valores y principios, mientras que la educación que se imparte en instituciones educativas es la encargada de proporcionarnos aprendizajes que nos da herramientas para desarrollar nuestras propias habilidades intelectuales que nos ayudarán para poder desempeñarnos en la sociedad. Prol (2014) nos dice que la vida es un aprendizaje continuo. A veces aprendemos por ensayo y error, otras por estudios, otras por las enseñanzas de buenos maestros.
Pero existen diferentes formas de educar, algunas mejores que otras y que muchas veces nos suprimen a aprender solamente lo que el maestro quiere que aprendamos. Desde hace miles de años se daba este problema y claro ejemplo nos pone Platón con el mito de la caverna en su libro VII de La república (1986).
En su texto, Platón nos relata que en una caverna se encontraban un grupo de hombres prisioneros de nacimiento, encadenados de tal manera que solo podían ver hacia el fondo de la cueva donde una hoguera y figuras manipuladas por otros hombres proyectaban en la pared todo tipo de sombras. Para esos prisioneros las sombras era la única referencia que tenían del mundo exterior. Uno de los prisioneros era liberado y se le permitía ver la realidad entera fuera de la caverna. ¿Qué tanto tiempo le tomaría acostumbrarse al exterior después de toda una vida de encierro? Posiblemente su reacción sería un profundo temor a la realidad. Podría entender lo que era un árbol, el mar, el sol, etc. Este hombre podía ver la realidad tal cual es y lo que era el gran engaño que era la caverna. La necesidad de ese hombre libre de regresar y compartirles a los demás prisioneros lo que había visto al exterior de la caverna y explicarles que ha visto la realidad que ellos viven en un mundo falso de sombras. Pero aquellos prisioneros desde la infancia lo tomaron como un loco y se rieron de él, y que si los liberaban lo matarían.
La interpretación de este mito el ser humano se identifica con los prisioneros encadenados, donde las sombras emitidas en la pared son las apariencias, es decir, lo que captamos a través de nuestros sentidos y que pensamos que es real. El exterior de la cueva, o sea, las cosas naturales que los prisioneros no pueden ver representarían el mundo de las ideas. El prisionero liberado al exterior es el que debe guiar a los demás hacia el mundo real es la imagen del filósofo.
Muchas veces en todo el trayecto que pasamos cuando estamos estudiando nos hemos preguntado “¿Para qué estudio?”, “¿Esta clase de español para qué me sirve” o la pregunta más común que la mayoría nos preguntamos “¿Estas matemáticas para qué me van a servir?”. Muchos creemos que a lo mejor nunca en la vida vamos a utilizar ese cálculo integral que tanto nos fastidió en la preparatoria, esas miles de fechas y nombres importantes en historia o saber en geografía los ríos más importantes de nuestro país, etc. Si bien, posiblemente algunas cosas que aprendimos en ese trayecto educativo no lo aplicaremos en nuestra vida cotidiana, pero algunas otras cosas si, y son muy importantes, ya que nos hacen una persona más culta, más preparada y más competitiva. Queremos que los estudiantes aprendan lo que es relevante y que lo aprendan bien: que nuestros jóvenes adquieran y desarrollen el conocimiento, la sensibilidad y las competencias científicas; lógicas y matemáticas; históricas y sociales; de comunicación y lenguaje que la vida en sociedad exige. (Garnier, 2013)
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