El Investigador
Enviado por carloscb10 • 19 de Mayo de 2012 • 1.795 Palabras (8 Páginas) • 393 Visitas
PERFIL DEL INVESTIGADOR CIENTIFICO
Investigador científico es quien se dedica a la investigación original creadora, en forma intensa, incesante y progresiva, con el máximo de sus fuerzas. Esto lo hace:
1) Para hacer avanzar la Ciencia, adquirir nuevos conocimientos y perfeccionar los existentes;
2) Para el adelanto de la Ciencia en su propio país, su continua mejora, su difusión y aplicación, con lo que contribuye a la solución de problemas, a veces muy graves de diferente naturaleza, nacionales o regionales;
Para formar nuevos investigadores, especialmente necesarios en un ambiente aún en desarrollo.
La Ciencia tiene continuidad y expansión a través de la cadena ininterrumpida de generaciones que se suceden, cada una edificando algún peldaño más.
La Ciencia ejerce su acción en los planos intelectual, técnico, moral y cultural. En efecto: 1) aumenta los conocimientos y los perfecciona. desarrolla la inteligencia; 2) sus descubrimientos, al aplicarse, mejoran el bienestar y satisfacen las necesidades y deseos del hombre, aseguran la salud y la producción de bienes; 3) sus conquistas deben llegar lo más pronto posible a beneficiar al mayor número de seres humanos y no deben nunca aplicarse para oprimir, dañar o matar; 4) la ciencia es una parte de la cultura y además proporciona medios para que ella florezca y se difunda en todo el mundo y se transmita a las generaciones futuras.
La Ciencia exige libertad de investigación, discusión y expresión.
Una obligación moral ineludible es ayudar a que los pueblos subdesarrollados tengan progreso científico y técnico, desarrollen su producción y su cultura, alcancen condiciones favorables para su elevación espiritual y moral.
Todo hombre de ciencia tiene deberes para consigo mismo, sus semejantes, su país y la humanidad actual y futura. Debe desarrollar sus propios valores y capacidad, mejorarse y buscar una posición satisfactoria; debe ayudar al adelanto de parientes, amigos, instituciones, ciudad y patria; debe favorecer el progreso, el bienestar, la confraternidad y la paz entre los hombres.
Cualidades del Investigador
La primera es la vocación auténtica y profunda. Se despierta generalmente en contacto con los hechos y con los buenos maestros. Se reconoce por el entusiasmo y la perseverancia. El buen investigador científico está enamorado de la verdad y dedica su vida a encontrarla y hacerla triunfar. Su gloria es verla resplandecer respetada por todos.
Es un rasgo distintivo del investigador verdadero su dedicación constante e intensa a la investigación, a la que consagra todo el tiempo disponible, robándole a otros compromisos.
Se sabe que la vocación es firme y verdadera cuando el candidato se esfuerza en concluir lo más pronto posible y correctamente sus trabajos, venciendo todos los obstáculos, los cuales sirven para comprobar si hay vocación real, tenacidad, ingenio y capacidad de sacrificio. Los obstáculos prueban a los hombres porque detienen a los débiles y estimulan a los fuertes, quienes los superan.
Importante es el idealismo o sea, luchar por un ideal grande: de ciencia, de belleza, de patria o de humanidad. Las grandes realizaciones y adelantos prácticos de hoy fueron un tiempo aspiraciones que parecían sueños difíciles de materializar, utópicos o imposibles.
El desinterés del investigador auténtico suele ser profundo, pues lo único que busca es trabajar bien. Se satisface con realizar un descubrimiento o hallar una ley, porque más que el amor a la gloria o la fama, lo inspira una devoción profunda por la ciencia, pasión dominante a la que suele consagrarse con fidelidad definitiva y sin detenerse por las mayores dificultades. Sólo cuando llega a hacer sacrificios, estamos seguros de que la vocación de un hombre de ciencia es firme y sincera.
Una de sus más bellas virtudes es la generosidad: el ansia de apoyo bondadoso y paciente a los que se forman y su deseo de ayudar a las investigaciones para hallar algo nuevo, sin preocuparse mucho de figurar como autor del trabajo. El dar ampliamente, sin reticencias, ni ocultamientos, es una profunda satisfacción. Por otra parte, sólo da el que tiene. El que teme prodigar sus ideas parece creer que no tendrá ya nunca más otras nuevas.
Curioso e insatisfecho con el conocimiento actual, el hombre de ciencia no lo considera definitivo y procura reinvestigar sus fundamentos y solidez, así como sus proyecciones futuras. Por eso un buen investigador debe poseer la mayor libertad intelectual y tener mucha independencia frente a los dogmas, doctrinas, sistemas y principios de autoridad.
El investigador debe estar dotado de prendas intelectuales y morales destacadas: espíritu de investigación, o sea iniciativa y no pasividad; capacidad de observar y de escribir bien, anotar ordenadamente los resultados, examinarlos críticamente y con frecuencia. Es necesario que posea imaginación creadora, para tener audacia en la hipótesis y rigor en las demostraciones. Poseerá una inteligencia clara, perfeccionada por el ejercicio, para comprender bien y seguir a fondo los razonamientos. Debe adquirir capacidad de síntesis y aptitud para seguir las deducciones hasta sus últimos extremos. Es esencial un espíritu crítico riguroso, pero sin que una tendencia hipercrítica o nihilista lleve a la inacción. Tendrá sentido de la responsabilidad, será puntual, concluirá bien lo que hace y cumplirá su palabra. Tendrá devoción fiel a la verdad y espíritu de justicia. Debe tener afecto a sus discípulos y amistad para los que cultiven su ciencia, sin envidia.
Deberá ser modesto, querer más a la ciencia que a su vanidad. Recordará que es fácil supervalorarse cuando se cultiva solo o casi solo en una materia, en un ambiente poco desarrollado.
Para tener éxito en la investigación hay que tener perseverancia,
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